GT86 Toyota Coupés Deportivos Tuning
El corazón de un Ferrari 458 en el cuerpo de un Toyota GT86
Hace unos meses probamos el Toyota GT86, un deportivo económico en el que, a nivel dinámico, brillaba especialmente la puesta a punto de su chasis. Muchos colectivos han criticado al modelo japonés por su falta de potencia… y alguien ha encontrado la solución: sustituir su motor bóxer por un V8 de Ferrari.
Muchas son las veces que te traemos en Highmotor algún artículo sobre modificaciones mecánicas llevadas a cabo por preparadores reconocidos a base de kits de carrocería y reprogramaciones o, directamente, un cambio de motor. Pero esta vez el cambio es tan drástico que merece una especial atención.
Hace pocos meses nos pusimos al volante del Toyota GT86, prueba que te recomiendo que leas si es que no lo has hecho ya. El deportivo de la marca nipona nos enamoró especialmente por la puesta a punto de su chasis, que permite un paso por curva a velocidades muy elevadas con sensaciones de conducción muy presentes y unas inercias muy bien sujetas, a la vez que no resulta áspero, seco, rudo. En definitiva, un gran compromiso.
El Toyota GT86 ha sido criticado por una razón: su potencia. Utiliza un 2 litros tipo bóxer que genera 200 caballos. Quienes tanto lo han criticado (y lo siguen criticando) lo han hecho porque dicen que el chasis está muy por encima del motor, es decir, que podían haber utilizado un propulsor bastante más «gordo». Por ese motivo, llega a estas líneas el impresionante “swap” que os presentamos a continuación.
Esta unidad ha visto sustituido su motor bóxer tetracilíndrico de Subaru por un propulsor que no se ve todos los días, el V8 con denominación F136 de Ferrari. Sí, has leído bien y no nos hemos equivocado: de Ferrari. Dicho propulsor, que tiene un cubicaje de 4,5 litros, se utiliza en modelos de la marca del “cavallino rampante” como el F430, el California o el 458 Italia, desarrollando hasta 570 caballos en el último.
El resultado final, que aún está por ver, debe ser una auténtica locura. El GT86 pesa poco más de 1.300 kilos, aunque con la instalación del V8 de Ferrari la báscula marcará unos cuantos kilos más. En cualquier caso, la relación peso potencia será muy baja y las compactas dimensiones y anchos de vías del deportivo japonés deben otorgar un comportamiento tan reactivo como divertido. Eso sí, a su dueño, que seguro que es un experto en coches, no le recomendamos buscar diversión con él en vías públicas.
Os dejamos con un breve vídeo de la unidad en cuestión:
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Vía | Autoblog
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