Controles de alcoholemia: ojo al conducir después de haber bebido alcohol
Los controles de alcoholemia son más normales durante los meses de verano y es fácil que en algún momento nos encontremos con uno de ellos, por lo que es mejor no consumir alcohol si hay que conducir y evitemos la posibilidad de enfrentarnos con una de las sanciones estipuladas
El verano es una época estupenda para coger el coche y salir más de lo que lo hacemos durante el resto del año. Por ese motivo, pasamos más horas en la carretera y disfrutamos mucho más del tiempo libre. Pero cuando juntamos esa emoción del conducir nuestro coche y los momentos de ocio con el alcohol, nos encontramos con serios problemas. Se trata no solo de los controles de alcoholemia, que pueden darnos un buen susto, aunque sufrir un accidente a causa de la pérdida de reflejos tras consumir alcohol puede ser realmente grave.
Hay que tener cuidado, ya que la tasa máxima de alcohol en aire espirado es solo de 0,25 miligramos por litro, algo que se consigue con solo dos cervezas o con algo más de una copa de vino. Esto, con una constitución de unos 70 kg, porque para una persona que pese 60 kg esto se reduce a solo una cerveza. A partir de esta cantidad de alcohol en aire espirado ya se entra en territorio de sanción y a medida que se vaya incrementando, aumenta la pena y la cantidad que hay que pagar por la multa.
La sanción parte de los 500 euros y la retirada de 4 puntos del carnet, lo que ya pica bastante y debería hacernos pensar en respetar estas medidas. Con 0,60 miligramos de alcohol por aire espirado la sanción aumenta hasta considerarse delito penal y conlleva una pena de retirada del permiso de conducir de 1 a 4 años y pena de prisión de 3 a 6 meses.
Si el sancionado es reincidente, es decir, que haya sido multado en un periodo de tiempo inferior a un año, la cuantía de la multa asciende hasta los 1.000 euros y los puntos que se retiran asciende hasta los seis. Hay que recordar que durante el verano se realizan muchos controles de alcoholemia en carreteras secundarias y que es fácil encontrarse con alguno de ellos. Es obligatorio realizar el control y se puede aplicar una sanción administrativa de 500 euros e incluso de la retirada del permiso de circulación de 1 a 4 años y una pena de prisión de 6 meses a 1 año, si se llega a la vía penal.
Lo mejor es no arriesgarse y evitar que estas sanciones puedan llegar a hacerse efectivas, no consumiendo alcohol si hay que conducir. Es una asunto bastante serio, ya que el alcohol está presente, según varios estudios, entre 30 y 50 accidentes de tráfico que se han registrado durante los últimos años.
Fuente | CEA
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