Consejos para quitar la nieve y el hielo del coche sin dañarlo

Para quienes han disfrutado tanto de la nieve como se han sorprendido al ver el estado de sus vehículos apostados, cubiertos, casi ocultados por la nieve, una vez que ya no fue posible haber cubierto previamente el coche con una lona o haber aplicado una solución antilluvia a los cristales o, al menos, haberlos tapado con el tradicional cartón o el mismo parasol al que se recurre en verano, para quienes la tarea de quitar la nieve y el hielo del coche les resulta una novedad, les avisamos que, la buena noticia es que, esta ardua tarea que les espera, se podrá realizar con solo dos herramientas fundamentales, la mala es que son la paciencia y el esfuerzo.

No existen trucos para eliminar la nieve y el hielo que la acción conjunta de la borrasca Filomena y el fuerte descenso térmico nos ha hecho padecer y que, habida cuenta de que el colapso circulatorio, hace que, durante las jornadas que vivimos en adelante, implique que muchos usuarios que estacionan sus vehículos a cielo descubierto se vean en la necesidad de retirar todo ese peligroso lastre de sus automóviles exige un buen rato de decicación.

Sea como fuere, vamos a repasar qué hacer para poder quitar la nieve y el hielo del coche pero también que no se debe hacer en el procedimiento de retirar los restos del agua en estado sólido, a fin de preservar el mismo y no generar más daños de los que el temporal y la propia dureza del invierno en sí ya hayan podido generar.

Cómo se quita la nieve de un coche

Para poder quitar la nieve de la carrocería de un coche hay que armarse con aquellas herramientas que, al impactar o hacer contacto con la superficie del vehículo, tanto la carrocería como los cristales, llantas o ruedas, no dañen los mismos y estos son los utensilios de goma.

A tenor de la escasez de palas que se ha o hemos sufrido en algunas zonas, sabemos que, cuando la necesidad aprieta, el ingenio apremia y los útiles de goma o plástico blando con los que quitar la nieve del coche que tengamos a mano serán las mejores herramientas con las que quitar la nieve o el hielo depositado sobre nuestros coches.

Por áreas, desde arriba hasta abajo del vehículo, desde el techo hasta las ruedas, recomendamos utilizar escobas de cerdas de goma, nunca los de cerdas plásticas, o recogedores de limpieza del suelo, incluso, cuando la necesidad presiona y por muy ridículo o surrealista que parezca, las palas de los kit de juegos o juguetes para la arena infantiles se muestran funcionales.

Los recogedores domésticos o las pequeñas palas o infantiles pueden ayudar a retirar la nieve más superficial de manera eficaz y, dado sus dimensiones, peso y su resistencia, en pequeñas cantidades, pueden alzarse como un aparejo efectivo para quitar en un sinfín de repeticiones la nieve aplomada en la superficie del coche

Una vez que el grueso del ahora sólido elemento haya sido retirado, toca quitar el más próximo a la superficie del coche. Entonces, es más recomendable que nunca el utilizar cualquier útil que no dañe la carrocería como puedan ser las espátulas plásticas o una guía de labios de goma, aquella que se utiliza para quitar los restos del agua cuando se lava el coche, por ejemplo, aunque siempre con suavidad y sin rascar ya que, además de dañar la propia goma, podría hacer lo mismo sobre la chapa.

Cómo se elimina el hielo de los cristales de un coche

Una vez que la nieve ha sido retirada del automóvil pero aún queda trabajar para quitar el hielo de los cristales del coche, una vez que se ha quitado el primero de las superficies acristaladas, toca primero introducir y advertir de lo que nunca se debe hacer para tal propósito, siempre y cuando se tenga un mínimo de aprecio al vehículo propio, con tal de no generar mayores daños al vehículo.

Los remedios más lógicos como son la de arrojar agua caliente, esparcir sal o rociar alcohol o vinagre, habida cuenta de que el primero puede provocar la rotura de los cristales, los cambios súbitos de temperatura, tanto a los seres vivos como a los inertes, no sientan bien, como tampoco recibir baños de productos que, aunque en bajas cantidades son necesarias para vivir, en dosis moderadas o elevadas pueden provocar daños irreparables como son, para el caso de los coches, la corrosión o la erosión de la pintura.

En todo caso, para quitar el hielo de los cristales de un coche, una vez que el hielo se entienda como superficial y de poca densidad, es posible retirarlo utilizando un rascador específico de hielo y nunca recurrir a ‘inventos’ o ‘genialidades’ que la sabiduría popular ha extendido como buenos bulos difundidos por grupos de contactos como puede ser recurrir a una tarjeta de crédito, la cual, todo sea dicho de paso, puede dañarse e, incluso romperse, o, ni mucho menos, los ya casi extintos discos compactos cuyos contornos pueden ser tremendamente dañinos para las lunas.

Igualmente, una vez que se aprecie que el agua aún congelada en la superficie del crista es susceptible de ser diluida, se podría recurrir a una disolución en bajas proporciones del reactivo de alguno de los productos citados (sal, alcohol o vinagre) cuya acción química permita eliminar el hielo del cristal del coche.

Por eso, la mezcla pobre en cantidades de sal, alcohol o vinagre en agua podría aliviar la tarea de quitar el hielo del cristal del coche, incluso hacerla posible sin intervenir activamente en ella.

Advertimos aquí, como antes, que tanto la sal como el vinagre pueden actuar como agentes abrasantes de la carrocería e, incluso, de las gomas o siliconas que hacen las veces de elementos de sujeción y estanqueidad por lo que, de aplicar estos remedios, deberán aplicarse lo más directamente al cristal evitando no solo su difusión fuera de la superficie acristalada sino en las proximidades de sus contornos.

Para terminar, siempre y cuando sea posible, se deberían retirar los restos tanto de la disolución original empleada para su eliminación como también de los desechos que la propia mezcla ha generado, si es posible, dando un buen lavado al coche, que seguro que, con los malos días que está sufriendo a la intemperie, bien lo merece y agradece.