Comprar un SUV híbrido, ¿qué es mejor, enchufable o autorrecargable?
No muchos fabricantes ofrecen todocaminos con variantes híbridas e híbridas enchufables pero, en caso de hacerlo, ¿qué interesa más, un SUV HEV o un SUV PHEV?
Vayan por delante, antes de entrar en materia sobre el dilema de comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable, dos apreciaciones iniciales. La primera, por antonomasia, la que aceptamos como verdad irrefutable y que afirma que, el mejor coche es aquel que cubre las necesidades, exigencias o gustos de su comprador. A partir de ahí, la segunda es que no hay demasiados fabricantes que ofrezcan el mismo coche en una variante como HEV y como PHEV a la vez en su catálogo, encontramos las excepciones en modelo tan deseados como el Ford Kuga o el popular KIA Niro al que cabe plantearse la disyuntiva si de optar por el eléctrico, dándose la singularidad de que, por lo general, los fabricantes ofrecen, o bien uno híbrido o bien uno híbrido recargable pero no sendos esquemas de manera simultánea e, incluso, competitivas dentro de su porfolio.
Ahora, analizando qué es mejor comprar, un SUV híbrido autorrecargable o un híbrido enchufable, la balanza se declinará a favor del modelo, ventajas y argumentos que cada comprador acabe haciendo como suyas y que, desde este púlpito, nos ofrecemos como ayuda, guía, pero nunca como verdad única atendiendo al principio fundamental de compra que abre este artículo.
Sea como fuere, nos encontramos ante dos mecánicas electrificadas y que, si bien es cierto que tienen en común puentes que tienden a asociarlos a un mismo tipo de movilidad, la tecnología de cada cual difiere de la otra de manera considerable haciendo casi tan importante decidirse a la hora de comprar un coche híbrido o híbrido recargable como, no hace tantos años, a la elección entre la compra de un automóvil diésel o gasolina y, ahora, híbrido también.
Por eso, vamos a analizar puntos que en común atañen o conciernen a ambas tecnologías pero que, en sí mismas, suponen las mayores diferencias, discrepancias o singularidades que pueden declinar la decisión sobre comprar un HEV o un PHEV con un margen a favor del elegido en detrimento del desechado muy pequeño. Comenzamos.
Comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable: la tecnología etiqueta
Como es sabido, desde 2016, la Dirección General de Tráfico tuvo a bien clasificar los vehículos, con mejor o peor fin, en función de lo que este organismo público entendió eficiencia energética. De esta manera, a groso modo, diferenciaba entre cuatro grupos, dos, digamos, al borde del precipicio, otros dos, políticamente correctos.
Entre estos dos últimos, la pegatina CERO, adalid de la tendencia política en materia de ecología y tráfico, se otorga, en cuanto a híbridos, independientemente de tu tipo, a los vehículos capaces de recorrer al menos 40 km en modo totalmente eléctrico mientras que la ECO, básicamente mete a todos los electrificados que no alcancen este rango.
Ahora, dado que las pegatinas de la DGT hacen de llave o de ancla para con la entrada o denegación de acceso, respectivamente, a diferentes ciudades, áreas o, incluso, episodios de contaminación, la revisión del etiquetado, prometido para esta primavera, nos hace temer, a tenor de las sibilinas reducciones que el distintivo ECO ha ido perdiendo en cuanto a la comparativa sobre las ventajas de la etiqueta CERO aporta, nos hace pensar que, para quienes tengan en mente comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable de cara a mantenerlo, al menos, en el próximo lustro, la pegatina azul garantizará, sin dudas, beneficios para sus portadores que, posiblemente, los bicolores azul y verde reduzcan o pierdan.
Comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable: cuándo conviene más uno que otro
Lo que queda claro es que los coches híbridos o híbridos recargables, para largas distancias, siguen sin alcanzar las cotas de ahorro que los coches diésel, en sus mejores épocas, permitían.
Sea como fuere, con rangos medios que ya se acercan a los 50 km de recorrido en modo 100 por 100 eléctrico, es factible, en función de lo que los propios fabricantes anuncian sobre sus potenciales clientes, que un automóvil híbrido recargable de más de 40 km cubra el trayecto interurbano habitual de estos usuarios, haciendo de su uso diario su mejor aliado en el ahorro respecto del carburante fósil.
Ahora, este hecho hace necesario, por no decir, exige que, a la hora de comprar un SUV híbrido enchufable mejor que un híbrido autorrecargable, como quien hace lo propio con un eléctrico puro, requiera de la disposición de un punto de recarga al que conectar el equipo de almacenamiento de electricidad.
Bien sea en su propio domicilio, en un aparcamiento comunitario o del entorno laboral, dado el tiempo que se necesita para reponer por o casi al completo toda la electricidad que es capaz de acumular un condensador de un PHEV, equiparable a las horas medias de sueño o a las jornadas laborales estándar, resulte desaconsejable comprar un coche híbrido enchufable y, entonces, abocar por uno autorrecargable.
Comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable: cuándo sale más a cuenta
Ambas mecánicas permiten circular, en mayor o menor medida, en modo eléctrico. Esto hace que, en cualquier caso, su impacto ambiental en el entorno urbano sea mejor, siendo aún más sutil el de los híbridos enchufables también en cuanto al ya citado consumo de carburante.
Es por esto que, aunque no suele ser el motivo fundamental, los principios éticos para con el respeto y protección del medio ambiente, pueda ser uno de los motivos por los que comprar un SUV híbrido enchufable en vez de uno autorrecargable.
Ahora, si es el ahorro en combustible lo que mueve la elección entre comprar un SUV híbrido o híbrido enchufable hay que comparar el gasto por kilómetro de uno y de otro. Por lo general, en función del gasto de carburante y electricidad, del precio de ambas fuentes energéticas y de los consumos homologados, se puede generalizar que el coste por kilómetro de un coche híbrido enchufable cuesta aproximadamente la mitad que el de uno autorrecargable.
Ahora, con el listado de vehículos PHEV o HEV disponibles, modelo por modelo, habría entonces que valorar otros aspectos propios con los que decantar la decisión como son las ya citadas posibles ventajas a disfrutar por la diferenciación entre la etiqueta ECO o CERO.
También es sumamente importante el coste final de adquisición de cada vehículo donde entre ambas versiones poseen precios bien diferenciados por la tecnología que presenten, casi siempre, significativamente más costosos en el caso del PHEV, así como las posibles deducciones, rebajas o incentivos destinados a la compra de vehículos cuanto más eficientes mejor.
Por último, no hay que olvidarse ni de las operaciones de mantenimiento o reparación que, aunque puedan compartir ciertas exigencias, es más complicado y, por ende, laborioso y caro para el caso de los híbridos recargables… ni tampoco de los seguros obligatorios, también vinculados a, entre otros, el valor del vehículo en sí.
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