Para dar un respiro a los fabricantes y poder progresar en las nuevas tecnologías que supongan cero emisiones en la movilidad, la UE aplaza 5 años la tan estricta normativa Euro 7
La compra de derechos de emisiones contaminantes, la manera de evitar multas
Los fabricantes europeos se enfrentan a una reducción de la cantidad de emisiones contaminantes que se pueden lanzar a la atmósfera y quieren evitar sanciones.
Desde el día 1 de enero se ha puesto en vigor una nueva norma que limita de nuevo las emisiones contaminantes en la Unión Europea. El límite de emisiones pasa de 106,6 g/km a 93,6 g/km, una reducción bastante importante. Las multas que se establecen son de 95 euros por gramo superado y esto, multiplicado por cada uno de los coches vendidos, supone unas cifras muy elevadas,
Muchas marcas no van a poder cumplir con la exigencia, ya que la implantación de los coches eléctricos se ha visto ralentizada durante los últimos años. De todas maneras, siempre hay una salida legal para escapar de estas sanciones. Y esta pasa por comprar los derechos de emisiones que tienen todos los fabricantes, aunque se dediquen a fabricar coches eléctricos.
Una práctica antigua
Esto no es algo nuevo y se lleva haciendo desde hace años. En el año 2019, esta práctica ya salvó a FCA, hoy Stellantis, cuando se enfrentaba a serias sanciones por no poder cumplir con la normativa de emisiones contaminantes. En ese momento, el grupo automovilistico compró parte de los derechos de emisiones de Tesla para poder cumplir la normativa de emisiones.
Esto sigue haciéndose, ya que según una nota de Europa Press, varias compañías se han dirigido a Tesla para volver a comprar parte de sus derechos de emisión. Tiene mucho sentido, ya que en la actualidad, Tesla tiene una cuota de mercado bastante superior y su cuota es mayor.
En particular, se nombra a Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru como compañías interesadas en la compra de estas cuotas a Tela. Otras empresas, al parecer, se han dirigido a Polestar, por lo que esta estrategia permitirá a estas marcas en la cuerda floja evitar las sanciones.
Según el CEO de Renault, esto puede debilitar la industria automovilística europea y dar ventaja a los fabricantes estadounidenses y sobre todo, a los asiáticos. Para Renault será posible conseguir llegar a estas cifras impuestas por las normas europeas en 2025, pero pide más claridad a la Unión Europea sobre las exigencias que quiere imponer.
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