Los compactos deportivos no paran de evolucionar, pero ¿hasta qué punto llegarán?

Muchos son los cambios que ha experimentado el mundo del automóvil desde sus primeros pasos y en todo tipo de vehículos. Sin embargo, hay un segmento en concreto que no para de crecer, evolucionar y entrar en distintas etapas, los compactos deportivos. Este tipo de coches llevan entre nosotros desde finales del siglo pasado, presentándose como una opción muy a tener en cuenta para aquellos clientes que buscasen prestaciones deportivas sin la necesidad de gastar una descabellada cantidad de dinero pero, ¿hasta qué punto tienen pensado llegar los hot hatchbacks?

Debemos remontarnos a principios de los años 80, punto de la historia en el que estaban de moda los pantalones de campana, las chaquetas con hombreras y nacieron los compactos deportivos. El Volkswagen Golf GTi fue uno de los precursores de este segmento y, desde entonces, no han hecho más que crecer en todos los sentidos. En la actualidad, escasean las marcas que no cuenten con uno de estos vehículos entre sus modelos, pero desconocemos qué camino pretenden tomar respecto a ellos.

En el año 2018 es difícil que las firmas actuales no puedan satisfacer nuestras necesidades, puesto que cuentan con multitud de distintos segmentos. Esto también afecta a esos clientes más radicales, puesto que los GTi ofrecen un perfecto equilibrio entre deportividad y versatilidad, una combinación que se ha ido acentuando con el paso del tiempo y con el crecimiento de estos modelos.

Si nos paramos a hacer un pequeño análisis de las prestaciones de estos vehículos nos encontraremos con que, multitud de ellos, superan el rango de los 300 CV. El Volkswagen Golf R, Ford Focus RS u Honda Civic Type R son un buen ejemplo de ello. Son cifras que en antaño eran propias de superdeportivos de altos vuelos, sin embargo ahora nos resulta complicado concebir que un hot hatchback ofrezca cifras inferiores a los 250 CV, algo que se ha dejado para los vehículos de un segmento inferior, como el Volkswagen Polo GTi y el Renault Clio RS entre otros.

Teniendo en cuenta que las cifras en los primeros compactos deportivos no sobrepasaban los 110 CV de potencia, nos preguntamos cómo serán los propulsores de estos modelos en un futuro no muy lejano. Seguramente -y al igual que sucede con vehículos de segmentos superiores- veremos en unos años cómo la hibridación se hace cargo de darle vida a este segmento y aumentar considerablemente su potencia.

Esto también nos lleva a plantearnos que los precios ascenderán progresivamente, por lo que la exclusividad envolverá aún más a los compactos «juguetones» desbancando a vehículos que en la actualidad se encuentran por encima de ellos. Sin duda alguna, esto obligará a las marcas a continuar con un progresivo crecimiento de los deportivos y, por ende superdeportivos. Esta es la única alternativa que se ve factible, además de estancar un escalafón de la cadena de la automoción, algo que no parece ser una opción.