Cómo reaccionar si se rompe el parabrisas: consejos y recomendaciones
Las pequeñas grietas que se producen en los parabrisas pueden causar bastantes problemas si no se reparan con rapidez, ya que pueden causar que estas se hagan más grandes y causen un problema bastante grave, ya que con un impacto el parabrisas se cuartea y se vuelve opaco
En el día a día al volante de nuestro coche podemos sufrir pequeños accidentes que pueden estropear el día. Son pequeñas cosas que no suelen suceder, pero si llegan a ocurrir podemos encontrarnos con un gran problema si estamos conduciendo, sobre todo si lo hacemos a alta velocidad. Uno de esos accidentes puede ser la rotura del parabrisas.
Ante este imprevisto, que entre otras cosas impide tener visibilidad, hay que saber cómo actuar y recordar lo principal en este tipo de accidentes: mantener siempre la calma y estar listos para reaccionar de manera rápida.
La construcción de los cristales de los parabrisas está hecha para que ante el impacto con un guijarro o cualquier otro objeto contundente no se parta en astillas, sino que se agrieta formando pequeños fragmentos que no salen disparados hacia el interior, algo que podría causar daños graves en los ocupantes.
Aunque esto se evita, hace que el parabrisas se vuelva opaco, haciendo que no se pueda ver nada a través de él. La rotura suele venir acompañada por un sonido fuerte, similar a una explosión, que puede asustar al conductor, creando una situación de peligro. Ante todo, se ha de mantener la calma.
Aunque el primer impulso sea el de frenar en seco, se ha de evitar. Esto podría causar algún accidente por alcance. Lo primero que se ha de hacer es levantar el pie del acelerador, de manera que el coche pierda velocidad y accionar las luces de emergencia para avisar a los coches que llegan por detrás que está ocurriendo algo.
Se ha mantener el volante firme, evitando que se desvíe y si podemos recordar el trazado inmediato de la carretera, hay que adecuar la trayectoria a ese trazado si es posible. El paso siguiente es terminar de romper el parabrisas con un fuerte golpe seco. Hay que intentar hacerlo de manera rápida para recuperar cuanto antes la visibilidad. El cristal cederá con facilidad, ya que está cuarteado y se podrá romper sin demasiado esfuerzo.
Con la visibilidad recuperada, hay que buscar un lugar donde poder detener completamente el vehículo y hacerlo. Obviamente, esto se puede hacer en determinadas condiciones, como una carretera recta, en la que se pueda tener un margen de tiempo para reaccionar. En el caso de que el siniestro se produzca en una carretera con curvas, no se puede esperar tanto.
Hay que detener el coche para evitar una salida de la calzada y señalizar inmediatamente. En estas carreteras se circula a velocidades menores y es fácil que el coche que va detrás pueda detenerse a tiempo si se señaliza con las luces de emergencia. De todas maneras, el sentido común y la precaución son siempre los mejores acompañantes en nuestros viajes.
Para evitar sufrir este peligroso percance hay que recordar dejar una distancia de seguridad con el vehículo precedente para evitar que golpee el parabrisas cualquier piedra o gravilla impulsada por las ruedas. Con un pequeño golpe puede haber surgido una pequeña grieta que crecerá ante cualquier pequeño golpe posterior, así que mejor repararlo cuanto antes.
Si el parabrisas se congela, es mejor no quitar el hielo con agua caliente, ya que el cristal se podría romper con el cambio brusco de temperatura. Esto vale también si en el exterior hay temperaturas extremas, tanto si es frío como si es calor, porque si se dirige hacia el cristal el aire acondicionado o la calefacción, puede suceder lo mismo.
Fuente | Producción propia
Deja un comentario