Cómo proteger el coche del sol cuando aparques en verano
El verano tiene un grave problema: el sol está presente durante muchas horas al día y sus efectos se dejan sentir en el interior y el exterior del coche
Uno de los principales problemas con los que nos encontramos en verano es entrar al coche tras una jornada de playa. Normalmente, hay que pensárselo un poco y dejar que el calor acumulado salga por la puerta o por las ventanillas. En un artículo anterior te contamos cómo enfriar el coche cuando más calienta el sol, pero lo que te vamos a contar hoy es cómo proteger el coche del sol y evitar que este estropee el interior del vehículo.
El sol puede estropear el interior del coche y hacer que el plástico del salpicadero sufra bastante no solo por el calor, sino por la acción directa del sol. La tapicería también sufre por la radiación solar, así que es conveniente tener un poco de cuidado e ir bien preparado para evitar los efectos del astro rey. Veamos unos pocos consejos para proteger el coche del sol.
Aparca a la sombra
Esto, aunque parezca algo muy lógico, es algo que no siempre se tiene en cuenta. Pero cuando nos referimos a aparcar en la sombra, no lo decimos porque tengas que aparcarlo bajo un árbol, sino que busques una plaza de aparcamiento techado. La sombra de un árbol puede estar sobre el coche cuando se aparque, pero al cabo de poco tiempo la sombra se moverá y el coche ya no estará protegido.
Hay un truco para que, al menos, el coche esté el máximo del tiempo a la sombra. O, al menos, esté cubierto cuando vayas a volver a subir a él. Si conoces la zona donde se va a aparcar, procura dejar el coche donde la sombra esté presente cuando vayas a entrar en él. Así, por lo menos, evitarás el golpe de calor inicial.
Utilizar un parasol
Aunque dejes el coche en una zona que esté cubierta con la sombra o apliques el truco anterior, puede ser que haya un momento en que el sol caiga sobre el coche y calentará el interior. Es conveniente llevar siempre un parasol de los que se colocan en el parabrisas. De esta manera, se evita que el sol entre directamente por el cristal más grande del coche e incida sobre el salpicadero y el volante.
Hay dos tipos de parasoles. El primero es el modelo de cartón, que suele ir decorado con publicidad. Es muy práctico y normalmente lo regalan en varios sitios durante el verano o en las semanas previas, así que puede resultar una buena idea, y además, gratuita. El otro tipo de modelo es el que está hecho con material reflectante.
Este evita la entrada del sol, pero también del calor irradiado, así que es más útil que el otro. Ambos se colocan con mucha facilidad y son fáciles de retirar, ocupan poco espacio y son muy cómodos de trasladar. Además, también pueden colocarse en la parte trasera, así que si esta queda expuesta, también está protegida.
Protector del volante
Si no se dispone de un parasol, se puede proteger el volante con una funda. Si no se dispone de ella, un trapo sobre el volante no evitará el calor general, pero evitará que los rayos del sol le den directamente.
Evita las horas de más calor para conducir
Sabemos que esto es difícil de cumplir, porque hay que trasladarse hasta la playa, hasta la piscina o incluso hasta el trabajo. Pero si puedes, hazlo en las horas de menor calor. Y antes de salir, asegúrate que llevas el parasol.
Mantén el coche limpio
La carrocería limpia ayuda a mantener el coche (algo) más fresco. Además, si se utiliza una cera protectora contra los rayos ultravioleta, es posible que el efecto del sol sobre la carrocería se reduzca y el metal no se caliente tanto. Esto protegerá la carrocería, pero también el interior del coche, que no se calentará tanto.
Hay que tener en cuenta que el calor va a estar siempre durante el verano, pero podemos conseguir que, al menos, el sol no produzca daños en el interior del coche y el calor no haga estragos en el material plástico o la tela del coche.
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