Cómo pintar las pinzas de freno para darle un nuevo toque a nuestro coche
Hoy os traemos una serie de sencillos pasos para poder pintar las pinzas de freno de forma adecuada y darle un toque de color a nuestro coche.
Como buenos aficionados al mundo del motor seguro que invertís varias horas pensando en diferentes ideas para modificar vuestro vehículo sin tener que afrontar un gran desembolso. Sin duda alguna, el mundo de las mejoras no es precisamente barato, pero hoy os traemos los pasos a seguir para pintar las pinzas de freno, una modificación sencilla y asequible que puede proporcionarle a nuestro fiel compañero un aspecto más deportivo o distintivo. Podemos encontrarnos con diferentes métodos, y en los cuales variará tanto la dificultad como la calidad del resultado, por lo que tendremos que tener en cuenta antes de comenzar el proceso de pintado nuestras capacidades y recursos para cambiar el color de las pinzas.
De esta forma, seremos capaces de evitar errores que arruinen una modificación que a priori resulta sencilla de ejecutar y que nos permitirá aumentar -o disminuir- el nivel de deportividad de nuestro vehículo. Si queremos obtener un aspecto más llamativo, la mejor opción es recurrir a colores llamativos y que contrasten adecuadamente con la carrocería del coche; si por lo contrario queremos un aspecto más discreto, debemos hacer uso de tonalidades más neutras y apaciguadas.
Primer paso: limpiar bien las pinzas y eliminar la anterior pintura
Una vez que ya estemos decididos a realizar el proceso, tendremos que desmontar las ruedas de nuestro coche para tener acceso a las propias pinzas. Son muchos los que directamente aplican las nuevas capas de pintura con estas aún acopladas al propio disco, pero si queremos obtener un resultado mucho más cuidado, es recomendable desmontarlas para poder trabajar con ellas correctamente.
Para ello y comenzando con las pinzas de las ruedas delanteras, es aconsejable girar la dirección para tener un mejor acceso a los tornillos que tendremos que sacar para poder comenzar con el trabajo. Primero extraeremos los tornillos de sujeción de la propia pinza, desconectaremos los manguitos y listo, tendremos nuestra pinza de freno fuera.
Pero un paso muy importante y que debemos realizar si queremos llegar a un resultado óptimo es, sin duda alguna, retirar la anterior capa de pintura. Para ello podemos lijarlas o recurrir a algún tipo de decapante -dejando que actúe durante unos 15 o 20 minutos y después retirarlo con un estropajo de aluminio- o directamente aplicar un chorro de arena con una manguera específica.
Debemos tener en cuenta que es una pieza que se encuentra muy expuesta, por lo tanto es muy reacia a acumular varias capas de suciedad. Para asegurar una limpieza profunda y correcta, es recomendable desmontar tantas piezas de la pinza como nos sea posible, como las pastillas de freno y retenes, con el objetivo de tener un acceso a todas las zonas que las confieren.
Podemos recurrir a diferentes limpiadores de freno para llevar a acabo esta tarea y, si queremos realizar un trabajo aún más meticuloso, podemos aprovechar este punto para eliminar cualquier imperfección que presenten. Antes de comenzar a pintar, debemos tapar con cinta adhesiva -u otro material que actúe de protección- los pistones de las pinzas.
Capa de imprimación
Antes de disponernos a aplicar las capas de pintura de nuestro color deseado, debemos llevar a cabo la imprimación, un proceso de vital importancia y que nos asegurará un acabado más largo y duradero. Esta se podrá encontrar en spray y cuya dispensación será más rápida y sencilla. Los tiempos de secado dependerán de los productos empleados, los cuales especificarán cómo deben de ser aplicados para obtener un resultado óptimo.
Tendremos que proporcionar varias capas para asegurarnos una imprimación correcta, puesto que se trata de un paso que permitirá que la pintura se aplique con mayor contundencia. En la segunda capa nos resultará más sencillo centrarnos en partes específicas a las que no pudimos acceder durante la capa más general, de forma que todas las zonas de la pinza reciban la imprimación.
Un toque de color
Una vez que la imprimación está lista y hemos respetado los periodos de secado, es hora de aplicar nuestro color deseado y obtener un aspecto diferente. No importa la tonalidad escogida, puesto que eso es una cuestión íntegramente de gustos pero, al igual que sucedía con la imprimación, es importante seguir todos los pasos a rajatabla para obtener el resultado más apropiado posible.
Para aplicar la pintura es aconsejable ponernos a una distancia de unos 20 centímetros aproximadamente y realizar movimientos de codo, no de muñeca, con el objetivo de que la capa sea lo más uniforme posible por toda la pinza. También debemos aplicar varias capas de pintura en todas las zonas de la pinza, puesto que no es recomendable intentar cubrirla entera con una primera pasada, ya que nos arriesgamos a que se produzcan desniveles de pintura o que se acumule más en otras zonas.
Y listo, ya tendríamos nuestras pinzas de freno preparadas para volver a su sitio con un nuevo color. Es cierto que existen otros métodos más rápidos y menos laboriosos que no implican retirar la pintura anterior ni el desmontaje de las mismas, pero hemos considerado que este proceso es el más adecuado y el que nos proporcionará un acabado limpio y perfecto siempre y cuando seamos cuidados y respetuosos con las instrucciones de los productos empleados.
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