Comentario sobre Dirt Showdown
La saga se desdobla para independizar a las competiciones menos cercanas a los rallyes.
Codemasters rejuvenece la saga Dirt con un título que busca reorganizar algo mejor sus aspiraciones. Showdown viene a marcar el inicio de un camino independiente para los juegos de esta franquicia que no se dediquen a los rallyes tradicionales sino a modalidades de competición alternativas. Busca así hacer más fácil la elección a las distintas clases de jugadores que se acercaban a Dirt hasta ahora pero que lo veían todo demasiado mezclado.
La inclusión de las pruebas englobadas en la Gymkhana popularizada por el piloto estadounidense Ken Block en Dirt 3 había señalado la necesidad de crear Showdown. Su escasa diferencia de tiempo de lanzamiento con esta anterior entrega se debe a que no se trata de un juego nuevo propiamente dicho. En realidad toma prestados muchos contenidos de los segundo y tercer Dirt que no fuesen ni rally ni cross ni otras competiciones convencionales.
No es de extrañar entonces que su apartado gráfico no presenta prácticamente ninguna novedad. Mantiene el mismo buen nivel de calidad que logró Dirt 3 en iluminaciones, efectos especiales, escenarios o vehículos. Si bien no es del todo perfecto por culpa de un ligero popping al mover la cámara o unos daños menos espectaculares de lo que cabría esperar en un juego dedicado a la destrucción automovilística.
La jugabilidad en gran parte tampoco se diferencia tanto. La forma de progresar es muy similar, solo que en Showdown hay que acumular dinero en vez de puntos de experiencia para desbloquear elementos. Y de nuevo se ofrecen tres niveles de dificultad adaptados a cada jugador con los que al final se acaban obteniendo las mismas recompensas a un ritmo parecido.
Los defectos de Showdown en este aspecto son sobre todo dos. Por un lado la física de los vehículos ha perdido algo de la garra que tenía en Dirt 3. Solamente en el nivel avanzado deja jugar un poco a derrapar o hacer maniobras más arriesgadas. Y por el otro, la duración de los modos en solitario es bastante menor debido a que ofrece bastantes menos campeonatos y desafíos al centrarse en unos contenidos muy concretos.
Lo primero se solventa en cierta manera con los modos de juego de Carrera y Demolición. El buen número de vehículos en carrera y su agresividad aportan la diversión entre tantos choques y vuelcos que no da su manejo. Y varias de esas modalidades las recordarán los que hayan probado las sagas Destruction Derby o FlatOut. La duración global se resuelve en caso de poseer conexión a Internet. La nueva red Racenet de Codemasters convoca a sus miembros a menudo a participar en torneos exclusivos y a que los pilotos se desafíen entre ellos, comenten sus puntuaciones o compartan vídeos, alargando la vida del juego.
El apartado sonoro, como el gráfico, no adolece de ninguna pega. Buenos efectos de sonido, doblaje y una banda sonora muy cañera que por fin también se deja escuchar durante las carreras y no solo en los menús como ocurría en Dirt 3. Para concluir, un título destinado más a los que les van los coches de choque más bestias que a los aficionados al rally profesional. Dirt Showdown está a la venta para PC, PS3 y Xbox 360 por 60,99 euros.
Deja un comentario