Coches de pila de combustible con hidrógeno ¿es la opción más ecológica?

Los combustibles alternativos están teniendo una mayor presencia en el mercado del automóvil. Seguimos dependiendo del petróleo para movernos en nuestro día al día, pero estamos viendo que llegan modelos de vehículos que están propulsados por energías como la electricidad, el gas licuado del petróleo o las pilas de combustible. El problema es que estos combustibles dependen casi totalmente del petróleo, a excepción del hidrógeno.

Se dice que es la fuente de energía más saludable con diferencia de todas las que hay disponibles en el mercado de la automoción es el hidrógeno. La cuestión es que no solo es un combustible más económico que la gasolina sino que además produce unas emisiones que son casi completamente inócuas para la atmósfera y para los sufridos pulmones de las personas.

Las emisiones de este tipo de motores están compuestas por vapor de agua, así que poco daño pueden hacer a la atmósfera y a nuestro organismo. Pero ¿cómo de sanas son estas emisiones? Pues según los técnicos de Toyota, incluso pueden superar en pureza y sana a la leche. Esto suena a maniobra comercial, claro, pero no dejan de tener parte de razón.

El agua que surge de la utilización de un motor con pila de combustible se debe a la combinación del hidrógeno del tanque y el oxígeno que hay alrededor. El agua que sale de esta reacción química (recuerda, el agua la forman dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno) es bastante pura. Tanto, que los resultados extraídos de su estudio en un laboratorio de Toyota ha determinado que no tiene tantas impurezas como la leche, por ejemplo. Incluso dicen que es menos ácida que la cerveza, con un PH de 5.

Pero cuidado, también han determinado que ese agua que surge del escape de un coche de pila de combustible no es potable. El oxígeno que lo participa en la reacción química puede contener bacterias que causen problemas, como el E.Coli, ya que el motor no depura ni filtra el agua, aunque no sean problemáticos en los escapes.

De todas maneras, parece que se trata de un combustible que, con la tecnología adecuada y los avances necesarios puede representar un gran paso adelante en la sustitución de los combustibles más contaminantes. Aunque claro, todavía falta mucho para que eso suceda.

En cuanto a la electricidad, que no parece tener relación con el petróleo en un principio, hay que recordar que muchas de las plantas de producción utilizan el gas para generar la electricidad que pasa a la red. Otras maneras de producir la electricidad son la energía nuclear, que tiene sus riesgos y las centrales hidraúlicas, que también tiene un efecto pernicioso en los lugares donde se instalan.

Quizá, si el uso de energías renovables, como la solar o la eólica se potencian, se reduzca el impacto en la atmósfera, pero hoy por hoy, sigue teniendo un coste medioambiental demasiado alto. Y el precio sigue siendo excesivo, como sabemos al mirar el recibo de la luz.

Esperemos que la tecnología pueda hacer que se popularice la energía producida por hidrógeno, seguiremos contando con los combustibles fósiles, que cada vez contaminan menos pero que siguen siendo un problema, tanto a nivel mediambiental como económico.