Coches con historia: Elizalde
En Coches con Historia te contamos la trayectoria de Elizalde, la marca fundada en Barcelona por Arturo Elizalde Rouvier. Esta marca de los años de preguerra y postguerra, llegó a tener casi tanto prestigio como Hispano-Suiza, con unos coches que eran verdaderas obras de arte de lujo. Llamaban también la atención porque los Elizalde de ocho cilindros en línea, llegaron a ser verdaderos gigantes de la época.
La marca española de coches Elizalde desarrolló su actividad desde 1914 a 1925, construyendo coches de lujo, con unas características muy particulares que los pondrían casi a la par de la gran marca española del momento, Hispano-Suiza.
A principios del siglo pasado, casi cualquier inversor con cierta cantidad de dinero para fundar una compañía y con ciertos conocimientos técnicos, podía emprender proyectos como éste. El caso de Elizalde, no es diferente a otras compañías que comenzaban a producir coches en Europa o EEUU. Fundada por Arturo Elizalde, su cuñado Rafael Biada y el inversor Josep Maria Vallet, la compañía era en sus inicios un taller dedicado a fabricar diversas piezas para motores, para luego convertirse en representante en España de la marca de coches franceses Delahaye.
El señor Arturo Elizalde soñaba con fabricar sus propios coches, que llevarían su nombre. Pero no serían cualquier coche, sino que tendrían que tener cierta calidad y categoría. Luego de rigurosas pruebas sobre los prototipos, que ponían de manifiesto la seriedad del proyecto, el 19 de abril de 1914 se lanzaba el primer modelo bautizado como Tipo 20. A este primer coche le siguió el 20 Sport y luego el Reina Victoria Eugenia. Éste último modelo contaba con instalación eléctrica y frenos a tambor en la parte delantera, con lo que puede considerarse que fue el primer modelo en España dotado de frenos en las cuatro ruedas. Los Elizalde también usaban culatas de bronce y un primitivo ABS, ya que inventaron un servo-freno mecánico con un dispositivo especial que evitaba por completo el bloqueo de las ruedas.
Básicamente las motorizaciones empleadas en un inicio eran motores de 15 a 29 caballos, de cuatro cilindros, aplicados a los Tipo 20, 21, 26, 27, el más liviano Tipo 513 y los Tipo 51 y 517, ya con motores que llegaban a los 1.500 y 1.700 cc. Algunos de ellos contaban con cajas de 3 velocidades, otros con transmisión de 4 velocidades. En 1920 se construía el Tipo 29, impulsado por un motor de cuatro cilindros en línea y dotado de válvulas en cabeza.
Con tantos modelos, a Elizalde no le faltaba variedad. El público los consideraba coches de lujo, aunque no todos ellos estaban destinados a serlo, ya que po ejemplo el Tipo 513 era un poco más pequeño que sus hermanos. Pero si hablamos de tamaño, Elizalde se destacó por sus motores de ocho cilindros en línea; el Tipo 48, ya alcanzaba los 60 caballos y contaba con un tamaño de casi 4 metros de ancho.
Sobre el bastidor del Tipo 48, se erigiría uno de los modelos más famosos de esta casi ignota marca española. En aquella época era común que se encargaran las carrocerías con diversos toques de lujo, mientras que el bastidor era lo de menos. Aún así, el elizalde Tipo 48 causaba sensación por ser un gigante de 8.000 cc, treinta y dos válvulas y dos carburadores. Además estaba dotado de una serie de ingeniosos artilugios, como la bomba para hinchar los neumáticos, incorporada al motor, instrumento que también podía ser utilizado para la limpieza del interior del vehículo. En tamaño, el Tipo 48 era gigantesco: su enorme motor de ocho cilindros en línea era tan alto que las personas de talla normal no podía ver por encima del capó.
Durante el periodo de 1924 a 1927, y denominado como Modelo Tipo 518 de 20/30 caballos, se construyó otro modelo de 8 cilindros, cuyo motor constituyo la base de un coche de carreras, el denominado 5.181, de 80 caballos, con una velocidad máxima garantizada de 160 Km/h, una velocidad realmente importante para la época.
Elizalde también se dedicó a la fabricación de vehículos industriales, camiones de reparto, autobuses y vehículos usados por el ejército español. Los bastidores eran casi indestructibles y destacaba entre ellos el Tipo 30 C, un gigantesco modelo de 5 metros de ancho y una dimensión total de casi ocho metros, con 5.000 kilos de carga útil.
El grupo industrial se vio perjudicado por varios factores, que comenzaron a marcar el final de la compañía. La Primera Guerra Mundial afectó seriamente a los primeros modelos de Elizalde, ya que se tenía pensado importar las piezas forjadas desde Bélgica, lo que no fue posible por la ocupación alemana. Más tarde, el final de la Gran Guerra volvía a afectar a Elizalde, al no poder vender un motor de aviación encargado por la Aviación española, ante la competencia de las piezas sobrantes de guerra. Para complicar más el panorama, en 1925 fallecía Arturo Elizalde Rouvier, fundador de esta compañía.
La marca comenzó a inclinarse cada vez más por el lado de la aviación. Una de las últimas acciones de Arturo Elizalde fue la firma de un contrato con la casa francesa Lorraine, para construir bajo licencia los motores que debían equipar a los aviones Breguet para la aviación española. El 27 de diciembre de 1951, vistas las graves dificultades de todo orden, se firmó el convenio de venta de Elizalde S.A al Instituto Nacional de Industria, pasando a denominarse «Empresa Nacional de Motores de Aviación S.A». Con esto, terminaba la trayectoria de una marca que se iba a convertir en toda una referencia de la industria europea.
Vía | Fundación Elizalde, Motor Historia
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