Coches de hidrógeno: cómo funcionan y cómo se recargan
Los coches de hidrógeno son modelos que funcionan con electricidad, pero generada por una reacción química producida por la unión del hidrógeno y el oxígeno
Dicen que es el combustible del futuro, pero cada vez está más presente en los planes de los fabricantes de coches. El hidrógeno es un combustible que puede utilizarse con toda tranquilidad para conseguir unas emisiones cero de gases contaminantes e incluso hemos visto como deportistas de élite han respirado los gases producidos por motores de este tipo y se puede beber el agua resultante de la combustión de este elemento.
Los coches de hidrógeno son una parte muy pequeña de ese pequeño pedazo de pastel del mercado automovilístico, pero hay varios modelos en el mercado y se espera que llegue alguno más en los próximos años. Pero, ¿sabemos cómo funcionan y cómo se recargan?
Cómo funcionan los coches de hidrógeno
Los coches de hidrógeno funcionan realmente con electricidad, aunque en este caso esta se consigue gracias a la utilización del hidrógeno. El hidrógeno se mezcla en la pila de combustible con oxígeno. En este proceso químico se genera la electricidad que permite mover el motor eléctrico y genera las emisiones inocuas del coche de hidrógeno.
La recarga de los coches de hidrógeno no requiere que el coche esté conectado a la red eléctrica durante varias horas. La carga del depósito de hidrógeno se realiza en solo cinco minutos y pasado este tiempo está listo para comenzar la marcha a plena carga. El problema de este sistema es que no existen prácticamente ningún punto de recarga en Europa.
De hecho, en España hay apenas una decena de puntos de recarga, aunque se espera que para 2020 esa cifra ascienda a 20 puntos de recarga de hidrógeno. Una cantidad todavía insuficiente pero que muestra una tendencia a la instalación de estas estaciones de repostaje de hidrógeno, algo que es fundamental para que los coches de hidrógeno puedan venderse con garantías.
En cuanto a la autonomía que presentan los coches de hidrógeno, con un depósito lleno se puede recorrer alrededor de 600 kilómetros, lo que no está nada mal. El precio de un depósito puede ser de unos 60 euros del tamaño más habitual. Esto representa unos 10 euros cada 100 km, lo que sigue siendo un precio superior a un coche eléctrico tradicional.
Pese a estos inconvenientes, a los que se une que el hidrógeno es altamente inflamable y requiere unos depósitos muy especializados con una vida útil de 15 años, los coches de hidrógeno son parte del futuro de la movilidad eléctrica y durante los próximos años tendremos novedades en este sentido.
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