Coches con historia: Volvo 240
El Volvo 240 fue todo un éxito para la marca sueca. Nunca pensaron que se convertiría en un vehículo tan popular y deseado con el paso de los años. Ahora se cumple el 40 aniversario desde su lanzamiento en 1974.
Además se ha convertido en un coche deseado por los coleccionistas y por el que se pagan sumas de dinero que van incrementándose cada vez más. Todo un logro para el Volvo 240 y sus diferentes versiones.
Para Volvo el 240 fue un auténtico icono debido a su éxito desde su lanzamiento en 1974. El 21 de agosto de ese mismo año, la marca sueca, lo presentó ante los medios de comunicación que trasladó desde la sede central en Torslanda hasta Borlänge.
Los periodistas presentes en el acto tuvieron la oportunidad de probar el modelo 244 GL que Volvo tenía en la ciudad de Borlänge para el acto de presentación. Estaban pintados de un color naranja, muy típico de la época, y el interior era de una tonalidad similar al de la carrocería.
El Volvo 240, inspirado en la serie 140, fue una evolución de dicho modelo al que se le introdujeron numerosos cambios. El frontal estaba basado en el coche de seguridad VESC, presentado dos años antes, y del que heredaba unos prominentes parachoques que le hacían 13 cm más largo que la serie 140. Incluía también unos reposacabezas de celosía muy característicos que se convirtieron en seña de identidad para el 240.
Además, la parte delantera era de nuevo diseño y en la que se montaba una suspensión de tipo MacPherson junto con una nueva dirección de cremallera y piñón. Los diferentes modelos se diferenciaban en los dígitos de su nomenclatura. El segundo hacía referencia al número de cilindros del motor y el tercero al número de puertas de la carrocería.
Bajo el capó montaba el motor B21 en dos variantes. Una era la versión con carburador que rendía 97 CV y la otra contaba con inyección de combustible que rendía 123 CV.
Más tarde, en octubre de 1974, llegaba el Volvo 260 que era la serie más exclusiva y que contaba con dos versiones, GL y DL. El Volvo 264 montaba un motor V6 de 2.7 litros y 140 CV denominado B27. Fue el resultado de una colaboración entre Volvo, Peugeot y Renault. Este propulsor se fabricaba en Douvrin, al norte de Francia.
Durante su periodo de producción, el Volvo 240 tuvo a su disposición un variado abanico de opciones en lo que respecta a motorizaciones. En el modelo de 1979, llegó una variante de seis cilindros desarrollado en colaboración con Volkswagen. En algunos mercados estuvo disponible un motor diésel de cinco cilindros y en 1981 se lanzó el Volvo 244 turbo con 155 CV. Algo más tarde llegaría el Volvo 245 turbo, con gran demanda en el mercado de segunda mano, con carrocería station wagon o familiar.
Con respecto a las variantes de carrocería, el Volvo 240 tuvo infinidad de versiones. Se fabricó en dos, cuatro y cinco puertas, aunque también hubo una versión coupé, el Volvo 262C, construido por la firma italiana Bertone y del que se fabricaron 6.622 unidades entre 1977 y 1981. El 264TE y el 245T tenían una carrocería 70 centímetros más larga. El primero era una edición de limusina de lujo (Top Ejecutivo) y el segundo se destinó, entre otros muchos usos, para el transporte escolar en las zonas rurales.
El Volvo 240 turbo también participó en competiciones en las que cosechó éxitos. El más importante fue el título del Camponato Europeo de Turismos conseguido por Thomas Lindström y Gianfranco Brancatelli en 1985.
En 1976 llegaron los primeros coches que incluían convertidores catalíticos y sondas Lambda. Esto hacía que el 90% de los gases nocivos que provenían del tubo de escape desapareciesen en el convertidor catalítico. Gracias a estos avances el Volvo 240 ganó el Premio Nacional de la Industria Ambiental de América en 1977 y en 1978 fue nombrado el coche más limpio de los EE.UU. por la Junta de Recursos del Aire de California.
En temas de seguridad pasiva y fiabilidad mecánica, los diseñadores de Volvo no se podían ni imaginar que con el tiempo haría famosa a la marca este modelo, siendo reconocido con galardones importantes tanto en Europa como en Estados Unidos. Fue fabricado durante más años de los que en un principio se tenían previstos. Tuvo tanto éxito que incluso en Kalmar (Suecia) y en la ciudad belga de Gante también se fabricó el Volvo 240.
El 5 de mayo de 1993 salió el último coche de la cadena de montaje de la planta de Torslanda en Gotemburgo. Pehr G. Gyllenhamma, CEO de Volvo, fue el encargado de entregar las llaves de esta última unidad.
Desde su lanzamiento, en 1974, y hasta el final de su producción, en 1993, se fabricaron 2.862.573 unidades, por lo que se convirtió en el Volvo más producido en la historia de la marca. Del total 2.685.171 unidades pertenecían a la serie 240 y 177.402 unidades eran de la serie 260, la más exclusiva.
El Volvo 240 se ha convertido en un coche de coleccionistas, siendo el turbo el más demandado por ellos. Los precios que se pagan por los modelos más comunes van en incremento. Además, desde Volvo, se garantiza la disposición de un gran número de piezas de repuesto.
Fuente | Volvo
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