Los chinos se interesan por el coche volador: Geely compra Terrafugia
La compañía de automóviles china Geely adquiere el fabricante de coches voladores Terrafugia, tras adquirir Lotus, Proton o Volvo Cars
Zhejiang Geely Holding Group, la gigantesca corporación china de automoción conocida popularmente Geely, sigue con su política de adquisiciones de marcas de automóviles de cara al futuro. La última es Terrafugia, el fabricante de coches voladores.
Desde que en 2010 sorprendiera con la compra a Ford de Volvo Cars, el gigante chino de automoción Geely ha ido ampliando su portfolio de marcas con la adquisición entre otras de Lotus, Proton y, ahora, con la compra de Terrafugia, la empresa americana que está desarrollando desde cero un automóvil volador.
Fundada en 2006 por ingenieros y estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussets (Estados Unidos), Terrafugia es un fabricante que desde el principio a buscado desarrollar un coche volador que permitiera incrementar las posibilidades de desplazamiento de sus propietarios. Su último desarrollo en este sentido es el denominado Proyecto TF-X, un vehículo volador que evoluciona la idea original que permitió la fundación de Terrafugia, un vehículo prescindía del motor de combustión para incorporar sendos motores eléctricos para impulsar las hélices direccionales que permiten al TF-X despegar y aterrizar en vertical. Una vez en el aire, el TF-X podría alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h en el aire gracias a los más de 300 CV que proporcionan sus motores, y todo ello con autonomía suficiente para recorrer hasta 800 kilómetros de distancia.
El proyecto también contaba con que, durante su uso en tierra, el TF-X dispondría de avanzadas tecnologías embarcadas que permitirían su conducción de forma completamente autónoma.
Apenas tres años después de su fundación, en 2009, los primeros prototipos de Terrafugia ya realizaron sus primeros vuelos. Aquellos vehículos disponían de una cabina con capacidad para dos pasajeros y con un diseño similar al de un coche convencional en su parte frontal, con una hélice en la trasera y con alas retráctiles en los laterales que permitían transformar en apenas unos segundos el vehículo de modo coche a modo avión, en función del tipo de uso deseado.
En aquel momento incluso se fijó un precio estimado para este vehículo, 280.000 dólares (unos 245.500 euros), pero el coche no llegó a comercializarse hasta la fecha debido a problemas de distinta índole. En todo caso, esto no ha sido problema para que el proyecto atrajera el intéres de Geely, que se ha hecho con todos los servicios de Terrafugia, empresa a la que el angel investor Seymon Dukach aportó en su momento 5,82 millones de dólares (unos 105 millones de euros).
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