Si tu coche TDI consume agua y no se calienta… ¡atento al enfriador de la a EGR!
Muchos usuarios se encuentran con que el motor TDI de su coche empieza a consumir líquido refrigerante y piensan en un problema de culata, cuando puede ser el enfriador de la EGR
Cuando el motor de un coche consume líquido refrigerante saltan las alarmas, sobre todo si por el escape sale humo denso de color blanco, señal casi inequívoca de un problema de junta de culata. Y puede salir muy caro, pues el refrigerante se “cuela” a la cámara de combustión, con consecuencias desastrosas. Ya sabes: calentamiento del motor, desgaste excesivo al mezclarse refrigerante con el aceite…
Pero existe una avería que está provocando muchos quebraderos de cabeza, especialmente a usuarios de coches con motor turbodiésel TDI del Grupo Volkswagen, que puede llevarnos a pensar en un problema de junta de culata, cuando no es así. Me refiero a problemas o fugas en el enfriador de la EGR.
Consumo de líquido refrigerante: posibles causas
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el circuito de refrigeración es estanco, y no debe presentar fugas. Por lo tanto, si tu coche consume líquido refrigerante, solo hay dos posibilidades: o lo pierde por algún sitio, o lo está consumiendo.
Normalmente una pérdida o fuga de refrigerante no es difícil de detectar. Puede tratarse de un manguito, un poro en el radiador, fugas por el retén de la bomba de agua… Incluso muchas veces es algo tan sencillo como el propio tapón del vaso de expansión.
Pero si nuestro TDI consume refrigerante y descartamos una posible fuga, y el motor no se calienta más de lo debido, el coche no hecha humo y tampoco aparecen síntomas de sobrepresión en los manguitos, lo primero que conviene verificar, antes de plantearse siquiera abrir la culata, es el refrigerador de la válvula de recirculación de gases de escape, la famosa EGR.
El enfriador de la EGR: problemas y soluciones
El conocido como enfriador de la EGR no es otra cosa que un intercambiador de calor, aunque exteriormente no tiene forma de radiador. Por este intercambiador circulan los gases de escape a recircular –es decir, los que se van a introducir nuevamente en la admisión para reducir el contenido de oxígeno y, de esta manera, reducir los óxidos de nitrógeno que se producen en la combustión– y el líquido refrigerante, que es el mismo que utiliza el circuito de refrigeración principal del motor. El objetivo, como podrás adivinar, es reducir la temperatura de los gases de escape a recircular, para mejorar la combustión.
Cuando existe una pequeña fuga en el enfriador de la EGR, que suele producirse por la corrosión que provocan los vapores de los gases recirculados, el motor consumirá refrigerante. Normalmente no será un consumo excesivo. Pero, tarde o temprano, te saltará el testigo indicador de que el nivel del refrigerante está en el mínimo, y te tocará reponer en el vaso de expansión.
Si la fisura en el enfriador de la EGR es pequeña, puede suceder que el refrigerante directamente se evapore nada más entrar en contacto con el calor que desprenden los gases de escape. Por este motivo no se detectará la fuga visualmente con el motor en marcha. Y tampoco notaremos los síntomas que provocaría la llegada de líquido refrigerante a los cilindros, como por ejemplo el humo blanco en el escape. Pero el motor consumirá refrigerante con el paso de los kilómetros, y tocará reponer.
Sin embargo, si la fuga es suficientemente grande, entonces los síntomas sí son muy similares a los de un posible problema de junta de culata, hasta el punto de que pueden llegar a confundirse. Por ello es recomendable revisar primero el enfriador de la EGR, puesto que es mucho más sencillo… y más barato.
Normalmente la forma de hacerlo es puentear los tubos que hacen circular el líquido refrigerante por el enfriador de la EGR. De esta forma no se refrigerarán los gases de escape, lo que conlleva una muy ligera pérdida de rendimiento. Pero se puede seguir circulando y comprobar si así desaparece el consumo. Si lo hace, toca cambiar la EGR. Si una vez puenteado el enfriador el motor sigue consumiendo agua, mal asunto, todo apunta a la culata.
¿Cuánto cuesta cambiar el enfriador de la EGR?
Hay quien añade tapafugas al líquido de refrigeración, y le ha funcionado. Pero es un riesgo que puede provocar daños mayores, puesto que si el tapafugas no hace su función y se “cuela” por la fisura junto al refrigerante, acabará en el interior de los cilindros y puede provocar males mayores.
También hay usuarios que tras sufrir muchos problemas con el enfriador de la EGR, han optado por dejarlo puenteado y anularlo. No supone un problema con la ITV si los valores de opacidad que miden en la inspección se mantienen dentro de lo permitido, como suele ser normal. Aunque tienes que saber que tu coche contaminará más si este enfriador no funciona.
Lo mejor, por lo tanto, es sustituir el enfriador de la EGR. El precio de este repuesto en un motor 2.0 TDI es de unos 180 euros, a lo que habría que añadir la mano de obra. En total, puede suponer unos 300 euros sustituir la pieza. Entre 8 y 10 veces menos que una reparación de culata, sin ir más lejos.
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