¡Ciudado! Estos son los peligros de circular con neumáticos con baja presión
Los neumáticos han de resvisarse una vez al mes para comprobar que tienen la presión adecuada para evitar riesgos a la hora de conducir.
No nos vamos a cansar nunca de hablar sobre los neumáticos. Es muy importante mantener este elemento fundamental para la seguridad de nuestro coche. Es importante saber que no solo hay que vigilar la profundidad de las ranuras de la banda de rodadura, sino también realizar una revisión periódica de la presión de las ruedas.
Y es que según estimaciones, hay alrededor de un 70% de conductores de Europa que conduce con una presión inadecuada en los neumáticos. Esto provoca un riesgo importante para el conductor. Los riesgos aumentan considerablemente cuando se conduce con una presión demasiado baja en las ruedas, pero también los problemas medioambientales.
Más consumo y más contaminación
El consumo de combustible aumenta cuando las ruedas no tienen la presión adecuada. La resistencia que ofrecen estos neumáticos deficientes hace que se necesite más combustible para recorrer la misma distancia. El desgaste de los neumáticos también es superior, así que también provoca que se tenga que sustituir la goma mucho antes que si se conduce con los neumáticos en buen estado.
Es importante también comprobar que en este caso, el desgaste no se realiza de manera uniforme, así que es posible que la parte visible del neumático se vea bien, pero que en la parte no visible el desgaste sea mucho mayor. Esto conlleva un riesgo, porque podemos ver que la rueda está en buenas condiciones, pero en realidad está muy desgastada. El riesgo de reventón es superior y hace que sea muy peligroso circular.
Pérdida de agarre
El agarre también se ve afectado por una presión inadecuada. Esto quiere decir que ante una curva o cualquier otra maniobra donde se requiera un agarre considerable, el coche no responderá como debe. La falta de presión hace que el comportamiento del neumático sea diferente y aumentan las posibilidades de perder el control en una maniobra.
En condiciones de asfalto mojado, con lluvia, también resulta perjudicial utilizar un neumático sin la presión correcta. La rueda no desagua correctamente y es más fácil sufrir el efecto aquaplanning, creando un peligro importante a la hora de conducir. Por último, se incrementa la distancia de frenado, algo que no se tiene en cuenta y puede hacer que se sufra una colisión por alcance, al no medir bien las condiciones de frenada del coche.
Todo estoy hay que tenerlo en cuenta a la hora de coger nuestro coche. Normalmente, un conductor acostumbrado al coche puede notar cuando hay una rueda con una presión por debajo de lo normal y actuar cuanto antes para solucionarlo. Pero siempre es mejor anticiparse a esta situación y realizar una comprobación de la presión de las ruedas al menos una vez al mes.
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