Citroën XM: el pionero tecnológico
El Citroën XM fue un portento tecnológico en las berlinas del momento. La marca invirtió muchos millones en su desarrollo introduciendo sistemas muy avanzados
Citroën en 1974, decidió desarrollar un nuevo modelo que fuese el sucesor del mítico “tiburón”, el Citroën DS, e incluyese sistemas muy avanzados y la amplia experiencia que la marca francesa había adquirido con el precioso SM.
El Citroën CX, fue aquel sucesor y el primero en equipar el novedoso sistema de dirección DIRAVI, que más tarde se equipó en todos los CX. Este sistema, hacia centrar el volante siempre que lo soltásemos, funcionando como una dirección con gran suavidad.
Tras más de un millón de unidades vendidas del CX, en 1989 ya llegaba el momento de sucederlo con otro modelo. Aquí llego el momento de nuestro protagonista de hoy: El Citroën XM.
Continuista pero avanzado a su tiempo
El Citroën XM debía posicionarse como el buque insignia de la marca, con un diseño original y con un gran equipamiento tecnológico por entonces, destacando la suspensión hidroactiva que Citroën llevaba años trabajando, y que como curiosidad, ya contaba con Modo Sport por entonces.
El Citroën XM se comercializó entre los años 1989 al 2000 y su nombre provenía de la combinación de la “X”, propia de los Citroën de la época y la “M” de Maserati, ya que el diseño firmado por Bertone de este vehículo, estaba inspirado en el icónico Citroën SM, caracterizado por sus limpios y elegantes trazos, que fue fabricado por Citroën y Maserati entre 1970 y 1975.
El corazón de 6 cilindros: el gran reclamo
En 1989, el XM se convirtió en objeto de deseo de los puristas de la marca, ya que existía como opción, una versión V6, que desempeñaba hasta 200 CV.
Que el Citroën XM pudiese montar un seis cilindros fue una gran novedad, ya que desde el SM no había existido esa opción en la marca francesa.
Además de la nombrada versión V6, también existieron versiones más económicas con bloques de cuatro cilindros y 2.0 litros de cubicaje de gasolina y también las versiones diésel, que aportaban un bajo consumo y un confort de rodadura elevado.
Como datos curiosos, el XM, al responder a muchas de las demandas de los clientes del antiguo CX, aumentó su espacio interior y se le dotó de unos asientos con un gran acabado con posibilidad de ser revestidos en cuero, amplios y cómodos con los que poder llevar a cabo largos viajes con total comodidad.
Estos asientos, además podían contar con regulación eléctrica. Y es que, en el XM, podíamos equipar con regulación eléctrica desde las cuatro ventanillas del coche hasta el reposabrazos central.
Su volante era otro de los protagonistas del interior del XM, ya que era un peculiar volante monobrazo con botones para el control de la radio, un equipamiento verdaderamente sorprendente teniendo en cuenta que estamos hablando de principios de los 90.
El Citroën XM tenía un gran compromiso por aportar comodidad y practicidad a sus ocupantes y en especial a su conductor. Permitía ofrecer una visión 360º al contar con nada más y nada menos que 12 lunetas o incluso una luz de cortesía bajo el capó, por si necesitábamos acceder al motor de noche y no teníamos con que alumbrar.
El Citroën XM tenía a su espalda una gran inversión por parte de la marca francesa que, pese a cuidar muchos detalles visibles, descuidó algunos sistemas que posteriormente, darían lugar a la mala fama que se llevaron muchos de estos coches por sus averías electrónicas.
Deja un comentario