Los neumáticos han de resvisarse una vez al mes para comprobar que tienen la presión adecuada para evitar riesgos a la hora de conducir.
Cinco trucos para conservar en buen estado tus neumáticos
Si llevas a cabo estas recomendaciones, al menos, una vez al mes, conseguirás conservar en buen estado tus neumáticos durante más tiempo.
Tras este largo período de tiempo que hemos vivido con la movilidad reducida debido a la crisis sanitaria del COVID-19, antes de emprender ningún viaje es imprescindible que revises el estado de tus neumáticos. Si tienes duda, te aconsejamos que lleves el vehículo al taller más cercano para que te puedan ayudar y evitar así un posible accidente de tráfico por el mal estado de tus neumáticos. Queremos ayudarte y por eso te contamos cinco trucos para conservar en buen estado tus neumáticos.
Los neumáticos son un componente fundamental para la seguridad activa del vehículo, ya que son el único punto de contacto con la calzada. Es de vital importancia que revises, de forma periódica, el estado de las gomas; ya no solo la presión sino también el tipo de desgaste. Para mostrarte como hacerlo, hemos creado esta lista de cinco trucos para conservar en buen estado tus neumáticos.
Comprueba la presión de los neumáticos
Comprobar la presión solo te llevará unos minutos y puedes quedarte tranquilo ya que la presión es uno de los actores que más influye en el desgaste y envejecimiento prematuro de los neumáticos. Si la presión es superior a la establecida por el fabricante, provocará un mayor desgaste en la parte central del neumático. Además, la superficie de contacto con el asfalto es menor, por lo tanto también el agarre se verá mermado.
Si por el contrario, las ruedas llevan una presión demasiado baja, las gomas sufrirán un desgaste muy irregular en la parte externa del neumático. Esto reducirá la superficie de contacto.
Antes de meter aire a lo loco, es recomendable que se revise la presión recomendada por el fabricante, al menos, una vez al mes y siempre antes de emprender un viaje largo. Circular con la presión correcta contribuye a nuestra seguridad, se reduce el riesgo de dañar los neumáticos e incluso ahorrarás combustible.
Profundidad de la banda de rodadura
Vigilar la profundidad de la banda de rodadura y el desgaste del dibujo es algo fundamental ya que si el dibujo está por debajo de 1,6 mm deja de cumplir su función y aumenta el peligro debido a que no hay agarre y la distancia de frenado se aumenta notablemente. A esto también se le añade el riesgo de patinaje e incluso de aquaplaning.
Para asegurarte de que los neumáticos están en buen estado, la profundidad debe ser superior a 1.6 mm y se deben cambiar las ruedas cuando la profundidad sea inferior a 3 mm. No obstante, si se circula con unos neumáticos desgastados por debajo del límite legal, te pueden sancionar con una multa económica de 200 euros e incluso te pueden inmovilizar el vehículo si se verifica que el desgaste del neumático es grave.
Paralelo
Si circulas y notas que el coche se va a la derecha o a la izquierda sin tocar el volante o bien notas vibraciones, es probable que el coche no tenga hecho el paralelo o se haya ido debido a bordillazos o golpes. Unos neumáticos no alineados no agarran correctamente y, por lo tanto, su funcionamiento no será el óptimo.
Daños en la goma
Es importantísimo revisar que los flancos no tienen bultos causados por bordillazos o pequeños roces y/o cortes, así como grietas causadas por los cambios de temperatura. En el momento que veas uno, ve directo al taller porque puede ocasionarte algún que otro susto. Lo aconsejable es que cambies las dos ruedas del mismo eje para que no haya diferencias y evitar reventones mientras se circula.
Válvulas y tapones
Las válvulas de los neumáticos son las encargadas de mantener la hermeticidad de los neumáticos al contener la presión de aire en la unión del neumático con la llanta. Estos elementos están sometidos a esfuerzos muy duros durante su vida útil. Ante la más mínima duda de pérdida de aire, se recomienda cambiarla.
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