Bugatti Veyron Superdeportivos Vídeos
Este Bugatti Veyron tiene más de 1.000 CV, es tracción trasera y es todo un espectáculo haciendo donuts
Este Bugatti Veyron cuenta con el pack de Mansory pero, por si no fuera poco, su dueño ha decidido convertirlo en un hyperdeportivo de tracción trasera.
Hay ciertos vehículos que cuentan con un alto nivel de deportividad, el cual es difícil de superar pero, en ciertas ocasiones, esto se consigue. En esta tesitura se encuentra este Bugatti Veyron y su dueño, quien ha decidido llevar a cabo una operación nunca antes contemplada en un vehículo de este calibre. Ni corto ni perezoso, Houston Crosta, dueño del Veyron, decidió llevarlo a su taller personal y llevar a cabo una conversión íntegra para hacer que el hyperdeportivo francés envíe toda la potencia de su W16 exclusivamente al eje trasero en lugar de a ambos ejes, convirtiéndose así en el primer Bugatti Veyron de tracción trasera.
Para muchos esta operación será un sacrilegio, para otros una locura que deberíamos cometer si estuviéramos en dicha tesitura, pero la verdadera razón por la que este Veyron ha perdido su tracción total es porque, según Crosta, es lento. Él mismo explica que el Bugatti Veyron es muy rápido en línea recta, pero las carreteras reviradas no son su punto fuerte, y parte de este problema se debe a los 1.888 kilogramos que declara sobre la báscula.
Houston también es dueño de Royalty Exotic Cars, una compañía que se encarga de alquilar superdeportivos del calibre de un McLaren 720S o Lamborghini Huracán Performante. Sin embargo, hoy ha decidido centrarse en su vehículo personal, un Bugatti Veyron al cual le hace todos los mantenimientos oportunos él mismo. Esto sorprende aún más, puesto que todos somos conscientes del nivel de exigencia que muestra la firma francesa en cuanto a realizar servicios como el cambio de aceite, un proceso que tan solo se puede llevar a cabo en un concesionario oficial o en la propia fábrica.
Crosta ha decidido que eso no iba a pasar con su Bugatti Veyron, que al mismo tiempo cuenta con el pack ofrecido por Mansory, lo que provoca que esta unidad sea aún más especial. Al mismo tiempo, Houston afirma que trabajar con el hyperdeportivo francés es relativamente sencillo, puesto que muestra un lenguaje mecánico muy similar al de otros vehículos del grupo VAG, como el Audi R8 o el Lamborghini Gallardo, dos modelos que han pasado por las manos de este apasionado del mundo del motor.
En las entrañas de este Bugatti Veyron se esconde un propulsor W16 sobrealimentado de 8.0 litros capaz de generar 1.200 CV de potencia y 1.500 Nm de par, unas cifras que ahora se envían directamente al eje trasero. De esta forma, el hyperdeportivo francés se ha convertido en toda una máquina de hacer donuts y drift, unas hazañas que nadie habría imaginado que podrían ser llevadas a cabo por un Bugatti Veyron mucho más ligero y radical.
Sin duda alguna, Houston Crosta ha tenido el valor suficiente para cruzar esa línea que impone Bugatti a sus clientes, la cual no les permite interactuar a nivel mecánico con sus vehículos. Sin embargo, Crosta ha decidido ir más lejos y jugar con su Veyron y hacerle todas las modificaciones que crea oportunas.
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