Bugatti Bolide, el automóvil definitivo

Miguel Lorente     28 octubre 2020     5 min.
Bugatti Bolide, el automóvil definitivo

Damas y caballeros, con todos ustedes, el Bugatti Bolide

Solo hay una marca que actualmente puede dar lugar a un coche como éste y solo una persona capaz de liderar un proyecto como éste llevándolo a buen puerto en un momento de la Historia más reciente tan complicado como éste, y ésa es la Bugatti del Bolide de Stephan Winkelmann.

La compañía de lujo integrada en el Grupo Volkswagen puso al genio de la chistera inagotable a dirigir los designios de la más exclusiva de las marcas del consorcio para lograr lo que parecía imposible.

Porque, superada la época del resurgir de Bugatti con el Veyron, el Chiron, con sus vueltas de tuercas dadas en forma de Divo, Pure Sport, La Voiture Noire… el ejecutivo que encabeza la firma creada por Ettore Bugatti se pregunto «What if?» o, lo que viene a decir, «¿y si?¡».

¿Y si exprimimos al máximo el bloque W16, y si reducimos al máximo el peso mínimo de un coche, y si nos basamos en la herencia en las carreras… y si queremos hacer el hipercoche definitivo? La respuesta tiene un nombre: Bugatti Bolide.

Bugatti Bolide: cuando los límites los pone la técnica

El vídeo, que bien merece la pena disfrutar una y otra vez, como quien suscribe ya ha hecho, de casi cuarto de hora, muestra un pletórico Stephan Winkelmann presentando su última apuesta extrema ofrecida a la clientela de Bugatti.

En este filme se repasa la creación, desde el cuestionamiento del mandatario hasta la salida a pista de una de las unidades ya fabricadas de una máquina sin igual porque, ni en el automovilismo de producción ni en el de competición el Bugatti Bolide tiene par.

Se trata de un coche para circuito que no puede competir bajo ningún reglamento, esta concepción, basada en un desarrollo totalmente ajeno a normas y regulaciones que permiten la homologación de un coche para circular por vía pública o para competir en un determinado campeonato, hace que este coche híbrido de Bugatti, entendiéndose híbrido por su naturaleza concebida a partir de la mezcla de la automoción de producción y de la de competición, es una bestia desatada que solo responde a los designios de un equipo de ingenieros cuyo límite ha sido la propia técnica.

Bugatti Bolide (14)

Por eso, en el plano estructural, el Bugatti Bolide se conforma como un coche de competición, con una arquitectura, basada en la construcción con los materiales más extremos disponibles, tanto por composición como por costes.

Por ejemplo, la barra estabilizadora de la suspensión delantera ‘push-rod’ está realizada en titanio, pesa 100 gramos y suporta hasta 3,7 toneladas. La posición y la inclinación del asiento del piloto, porque llamarlo conductor sería injusto, se ubica insertado en un chasis monocasco de fibra de carbono,  prácticamente como los de un Formula 1, los neumáticos utilizados son de tipo slick, llegando a una anchura de pisada de 400 milímetros para las del eje posterior.

Bugatti Bolide (21)

Con todo esto, la carrocería es un ejemplo de evolución y adaptación de la imagen de la C iniciada por el Bugatti Chiron, mantenida en el Divo y que se traduce a la mínima expresión en el Bugatti Bolide y que, además, basa sus trazas básicas y muestra cruces o equis porque viene a inspirarse, habida cuenta de rendir homenaje, en el hito aeronáutico conseguido por el piloto militar ‘Chuck’ Yeager que, en 1947, rompió la barrera del sonido con su avión X-1 experimental superando el Mach 1, es decir, la velocidad del sonido.

Una máquina capaz de romper barreras físicas y virtuales

En cualquier caso, el Bugati Bolide no puede superar la barrera del sonido pero sí la de la lógica humana y desciframos el enigmático mensaje referente a la cantidad 0,67.

Porque, con un peso de tan solo 1.240 kg, con una potencia de 1.850 CV, se logra una relación de peso-potencia y peso-par motor que se traduce en una misma cantidad, pero diferentes magnitud: 0,67. 0,67 kg/CV; 0,67 kg/Nm.

Esto se traduce en otras cantidades tan fascinantes o más como es la de marcar el 0 a 100 km/h en tan solo 2,17 segundos, llegar a los 200 en 4,36; hacer lo propio hasta 300 en 7,37; a los 400 en 12,08 y, cuando parece que ha llegado el límite, el Bugati Bolide alcanza los 500 kilómetros a la hora invirtiendo 20,16 segundos.

En pista esto se debería concretar batiendo los récords de tiempo sobre el asfalto en el que vuelan tanto coches de competición como también coches de producción, en carreras como en tandas o track days.

Al margen del test en el Circuito de Paul Ricard, donde el mítico Andy Wallace, piloto de carreras y de pruebas de la marca francesa, procedió a grabar el vídeo que hemos incluido y que, de manera paralela pero extraoficialmente, otros aficionados avanzaron lo que hoy conocemos, de momento solo mediante simulaciones hechas sobre los trazados más míticos jamás diseñados podemos hacernos una idea de cuán rápido es este vehículo.

Los ingenieros de Bugatti han realizado emulaciones del Bugatti Bolide en el trazado que acoge las 24 horas de Le Mans, el de La Sarthe, arrojando un tiempo increíble: 3 minutos, 7 segundos y 1 décima esto es, unos 8 segundos más rápido que el tiempo de la Hyperpole del Toyota TS050 Hybrid que partió de la primera posición en la última edición de la prueba de resistencia por antonomasia.

Bugatti Bolide (15)

Pero no menos impactante es el tiempo obtenido en la simulación en el trazado largo del Circuito de Nürburgring, el Nordschleife: 5 minutos, 23 segundos y 1 décima, lo cual, según esta recreación informática, no le permitiría hacerse con el mejor tiempo por vuelta que fijó el Porsche 919 Hybrid, una vez liberado de sus ataduras competitivas, pero suena a todo un desafío el de rebajar esos poco menos de 4 segundos ya en la vida real, apostando un Bugatti Bolide presto y dispuesto a alzarse como el ‘rey del Ring’.


Deja un comentario