El Brabham BT62 comienza a mostrarse y nos desvelan sus primeros detalles mecánicos a escasos días de su presentación, programada para los días 4 y 5 de mayo
Brabham está de vuelta con el BT62: un superdeportivo de 710 CV solo para circuitos
Ya está aquí. Con el súper deportivo BT62 creado para circuitos, la marca británica vuelve a la actividad con el hijo del mítico Jack al frente de la compañía
Jack Brabham murió en 2014, pero su estela perdura en el automovilismo mundial por su genialidad y sus éxitos en el mundo de la competición, especialmente los logrados en la Fórmula donde su nombre se encuentra entre los más grandes. Además de como piloto, Brabham destacó sobre todo por sus grandes cualidades como ingeniero, que fueron las que proporcionaron mayores éxitos a su escudería durante las décadas de los 60 y los 70. Ahora, es su hijo quien continúa con su legado.
Y lo hace con una renacida Brabham Automotive y este primer modelo, el BT62, un superdeportivo de prestaciones puras creado para proporcionar excitantes y satisfactorias experiencias en las pistas de los circuitos. El coche mide 4,460mm de largo por 1.950 mm de ancho, y cuenta con una distancia entre ejes de 2.695 mm.
Pero lo que más llama la atención es su reducido peso, auténtico caballo de batalla para ofrecer las más rabiosas prestaciones: apenas 972 kg. Cifra que supone todo un logro para un coche de sus características y que sin duda tendrá su influencia y repercusiones cuando el biplaza comience a rodar sobre la pista.
Porque ese será el único escenario donde se podrá contemplar el BT62 en acción. El coche ha sido especialmente creado para rodar en circuitos, donde poder extraer todo el potencial que sea capaz de entregar el motor atmosférico de ocho cilindros en V y 5.4 litros de capacidad que monta. Respirando a la antigua, sin turbos ni nada parecido, este bloque entrega hasta 710 CV de potencia y 667 Nm de par máximos, acoplado a la caja de cambios secuencial de seis velocidades procedente del especialista británico Holinger. Los rendimientos del coche no han sido todavía comunicados pero semejante potencial, unido al reducido peso alcanzando nos hacen imaginar que sin duda las prestaciones serán de auténtico infarto.
Tal y como le gustaba hacer al viejo Jack, el BT62 se ha diseñado partiendo de un folio completamente en blanco, creando el coche acorde a su función más que a la forma. Y el resultado es el que muestran las imágenes un auténtico coche de competición atractivo y rabiosamente deportivo, que ya luce el tradicional color verde que siempre identificó a Brabham.
Tanto en el exterior como en el interior del coche, la fibra de carbono está muy presente, dado que conscientemente se han dejado partes del bastidor a la vista para ganar en peso y en atractivo visual, además de otras inserciones más decorativas en su espartana terminación y acabado interior. Allí, apenas se dispone de lo necesario para que conductor y acompañante disfruten de la experiencia. Dos cómodos bacquets forrados en Alcantara, un volante de competición con numerosos mandos para reglar y adaptar el equilibrio del coche y dos pantallas digitales de gran tamaño sobre el salpicadero, la correspondiente al cuadro de la instrumentación, y la situada verticalmente sobre la zona central del mismo donde se regulan las funciones “convencionales” del coche: intermitentes, luces, limpiaparabrisas, luneta térmica, ventilador, encendido y apagado de luces, brillo y contraste de la pantalla del cuadro, consumo, así como los controles de distintos sistemas embarcados (ABS, ESP, ASR,…), entre otras funciones.
Diseñado específicamente con la idea de someter a sus conductores a la máxima exigencia posible en busca de sus límites al volante, el BT62 retrae al piloto a la conducción más clásica, aquella en la que eran las manos y el conocimiento del piloto los responsables tanto del control del vehículo como de cada décima ganada al crono, que fijará sus registros en función de su capacidad y determinación.
Del BT62 únicamente está previsto construir una corta serie de apenas 70 unidades, cifra elegida en recuerdo de los 70 años de la marca. Brabham vuelve ahora a la actividad con un plan a largo plazo y un ambicioso programa de desarrollo de productos que irá asumiendo en sucesivas etapas. David Brabham, hijo de Jack y ganador varias veces de las 24 horas de Le Mans, es quien está al frente de la compañía desde donde lucha para que el sueño de su padre no solo siga vivo sino que en esta nueva etapa de la marca vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en el automovilismo mundial. El BT62 es tan sólo la primera de esas etapas y retornar a la competición, con el primer objetivo fijado en retornar a las 24 horas de Le Mans.
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