Un BMW M3 E92 con motor Ferrari: ¿sacrilegio o genialidad?
Hoy nos hemos topado con un auténtico Frankestein automovilístico, un BMW M3 E92 que padeció un swap con un motor V8 de origen Ferrari-Maserati.
Existen ciertos países en los que la legislación permite a sus habitantes más petrolhead jugar sin miedo, modificar sus vehículos y realizar locuras como la que hoy nos ocupa. Y es que nos tenemos que desplazar hasta Australia para conocer todos los detalles de este Frankestein automovilístico: un BMW M3 E92 con una peculiar sorpresa. Sí, es cierto, esta generación del deportivo alemán contaba en sus entrañas con un fabuloso motor, pero el propietario de dicha unidad ha querido darle un toque…italiano.
Desconocemos las razones que le han llevado a realizar este swap, pero desde luego es original, hay que reconocerlo. Estamos hablando de un BMW M3 E92 equipado con un propulsor V8 de origen Ferrari-Maserati, un motor menos potente que el de fábrica pero que es capaz de proporcionar grandes dosis de encanto a este curioso proyecto.
Además, también nos encontramos con importantes diferencias a nivel estético, como un body-kit de Pandem importado desde Japón, un desmesurado alerón tipo ducktail y unos pasos de rueda mucho más anchos, proporcionando al M3 un estética más imponente y ruda si cabe. Además, el dueño también ha aprovechado para instalar un sistema de escape completamente nuevo que ayuda a que su montura siga cantando como los auténticos ángeles; aunque eso no era muy difícil con un V8 italiano en sus entrañas.
Pero, más allá de las mejoras estéticas, sonoras y aerodinámicas, nos encontramos precisamente con la guinda del pastel, su nuevo motor. Estamos hablando del F136, un propulsor que ha dado vida a modelos tan ilustres como el Maserati GranTurismo, el Ferrari F430 o el Alfa Romeo 8C, aunque en todos ellos con sus respectivas modificaciones. De serie y en condiciones normales, estamos ante un V8 capaz de producir cerca de 400 CV, cifra ligeramente menor que los 420 CV que erogaba el M3 E92.
Otra sorpresa de lo más placentera es la transmisión, protagonizada en esta ocasión por una caja de cambios manual de seis relaciones, la misma que ofrece el alemán de serie. Sin embargo, las novedades no terminan aquí, y es que el dueño de esta unidad ha declarado que, cuando se canse de su creación, recurrirá a un sistema twin-turbo para asegurarse de que el V8 italiano rinda al máximo.
Sea como fuere, estamos ante una curiosa creación gracias a un swap nunca antes realizado que sepamos. Nos podrá gustar más o gustar menos, pero desde luego debemos reconocer que la idea de instalar un V8 de origen Ferrari en el interior de un BMW M3 es original.
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