Las baterías de los vehículos eléctricos cuestan un 90% menos que hace 15 años

Como bien sabéis, la industria del automóvil está experimentando un cambio significativo en la fabricación de vehículos eléctricos, impulsado por la notable reducción en el coste de las baterías. En tan solo 15 años, el precio de los paquetes de baterías ha caído un 90%, un factor clave que está permitiendo a los fabricantes acercarse cada vez más a la paridad de precios con los coches de combustión interna.

De 1.300 a 130 euros por kWh

En 2008, el coste de una batería de iones de litio para un vehículo eléctrico rondaba los 1.300€ por kilovatio-hora (kWh). Hoy, ese coste se ha desplomado hasta aproximadamente 130€ por kWh. Este descenso es el resultado de múltiples factores, incluyendo avances en la tecnología de baterías, la optimización de procesos de fabricación y el aumento de la producción a gran escala. Esta tendencia ha sido fundamental para hacer que los coches eléctricos sean cada vez más accesibles para un público más amplio.

Por ejemplo, en 2008, la batería de 81 kWh que utiliza el Tesla Model Y habría costado unos 104.000€. Hoy, esa misma batería se sitúa en torno a los 10.400€. Este tipo de reducción no solo ha permitido que los coches eléctricos sean más competitivos en términos de precio, sino que también está facilitando una mayor adopción en el mercado.

Factores que impulsan el cambio

El desplome en los costes de las baterías no es fruto de un único avance, sino de una combinación de mejoras tecnológicas y económicas como el progreso y la evolución que se ha experimentado en la química de las baterías, el perfeccionamiento de los procesos de producción y la expansión de la fabricación en masa han sido determinantes para reducir los costes. A medida que más fabricantes se comprometen con la electrificación y la demanda de vehículos eléctricos sigue en aumento, la producción de baterías se ha vuelto más eficiente, lo que ha contribuido a esta significativa caída en los precios.

Paridad de precios con modelos de combustión

La reducción en el coste de las baterías tiene implicaciones profundas para el futuro de la industria automotriz. A medida que estos costes continúan bajando, los coches eléctricos están cada vez más cerca de igualar los precios de los vehículos con motores de combustión interna. Esto no solo haría que los vehículos eléctricos fueran una opción más atractiva para los consumidores, sino que también aceleraría la transición hacia una movilidad más sostenible y libre de emisiones.

Muchos fabricantes de automóviles ya están trabajando con la expectativa de que la paridad de precios se alcanzará en un futuro no muy lejano. Esto significaría que los consumidores podrían optar por un coche eléctrico no solo por razones medioambientales, sino también por consideraciones económicas, lo que llevaría a una adopción masiva de estos vehículos.

Beneficios para los consumidores

La caída en el coste de las baterías no solo beneficia a los fabricantes de automóviles, sino que también tiene un impacto positivo directo en los consumidores. Los vehículos eléctricos, con su menor coste de operación y mantenimiento, ya están demostrando ser una opción más económica a largo plazo en comparación con los coches de combustión interna. La reducción en el precio de compra de estos vehículos, gracias a las baterías más baratas, hará que la transición hacia la electrificación sea más accesible para un mayor número de personas.

A pesar de los avances, el camino hacia un futuro dominado por los coches eléctricos aún presenta desafíos. La incertidumbre sobre la demanda global de vehículos eléctricos y el impacto que podría tener en los costes de producción es una preocupación constante. Sin embargo, la tendencia actual indica un optimismo generalizado, con planes de expansión en la producción de baterías que sugieren un crecimiento continuo en este sector.