El Audi SQ5 TDI prueba la fruta prohibida de ABT para rozar los 400 CV
Audi y ABT lo han vuelto a hacer, solo que en esta ocasión ha sido el SQ5 TDI el que se ha dejado modificar para aumentar su potencia hasta los 384 CV.
Fue hace unos meses cuando Audi mostró al mundo a su nueva ofensiva deportiva diésel, algo que no fue recibido de buen agrado por muchos de los amantes de los modelos S y RS de la casa germana. Hasta hace unos años, tan solo el Q5 y el Q7 recurrían a motores de gasóleo en sus variantes más deportivas, pero ha sido en 2019 cuando sus hermanos de gama el A5, A6 y A7 han sucumbido a dicho sustento de vida. Sin embargo, ABT, alejado de ver como algo negativo el empleo de estas mecánicas, ha decidido jugar con el SQ5 TDI y tentarlo a incrementar su potencia.
El concepto SUV deportivo empieza a cuajar cada vez mejor, y el preparador teutón ha querido aprovechar la buena acogida para proporcionarle al Q5 un ligero «chispazo». Con esta premisa, ABT ha recurrido a sus mejores artimañas para exprimir hasta el último ápice de potencia y deportividad del SUV de los cuatro aros, un vehículo que en su variante S ya destaca por un considerable nivel de prestaciones.
Y es que Audi no se anda con memeces cuando se trata de crear un vehículo de carácter deportivo independientemente de si es diésel, gasolina o eléctrico. Las siglas SQ5 se encargan de asentar en las entrañas del SUV alemán un propulsor V6 de 3.0 litros capaz de producir 347 CV y la friolera de 700 Nm de par, cifras que lo catapultan hasta los 100 km/h en unos impresionantes en 5,1 segundos.
Pero ya conocemos de sobra la insatisfacción de ABT, motivo por el que ha decidido sacar a relucir el potencial oculto del Audi SQ5. Para lograrlo, los ingenieros de la marca han recurrido a un nuevo kit de potenciación capaz de aumentar tanto la potencia como el par hasta los 384 CV y 760 Nm respectivamente. Gracias a este nuevo umbral de potencia, el SUV de Audi reduce el spring de 5,1 a 4,9 segundos.
Acompañando a este incremento de prestaciones nos encontramos con una estética más picante, atributo que se distingue a través de unas nuevas llantas de 22 pulgadas con un diseño capaz de mejorar la aerodinámica. Al mismo tiempo, la suspensión tipo coilover es capaz de reducir la altura de la carrocería entre 35 y 60 mm, proporcionando así un mejor comportamiento dinámico y una estética más agresiva.
Como guinda final podemos apreciar la presencia de un alerón tipo ducktail, un difusor con una cuádruple salida de escape cilíndrica rematada en fibra de carbono y un splitter más pronunciado. De esta forma, ABT se ha cerciorado de provocar que el Audi SQ5 sea un vehículo aún más imponente, algo que se puede acentuar con la instalación del wide body que también ofrece la compañía alemana.
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