Prueba Audi RS 4 Avant: 450 CV para llevar a la familia y disfrutar en el circuito
En esta ocasión ponemos a prueba al Audi RS 4 Avant 2020, un familiar deportivo que desarrolla 450 CV y 600 Nm de par derivados de un V6 de 2.9 litros.
Cuando pensamos en un vehículo familiar, deportivo y capaz de permitirnos realizar nuestros quehaceres diarios no se nos ocurre otro que no sea un RS de Audi. Así es, esta semana nos hemos puesto a los mandos del Audi RS 4 Avant, variante más radical del Audi A4 Avant que llega dispuesta a conquistar a esos que, además de tener que lidiar con la familia, quieren seguir disfrutando de un vehículo con extra de picante.
Y es que hemos querido saber de primera mano si realmente para disfrutar al volante y gozar de unas prestaciones de altos vuelos es necesario sacrificar la versatilidad de un familiar. El Audi RS 4 Avant es el aliado perfecto para descubrirlo.
Un diseño fiel a sus principios
En una primera instancia, nos encontramos con un Audi RS 4 Avant que sigue con lo estipulado por su antepasado, el emblemático Audi RS2. Y es que desde Highmotor agradecemos profundamente al loco y empedernido petrolhead que tuvo la grandilocuente idea de maridar las lindezas de un familiar con la puesta a punto de un deportivo puro y duro. Bendito legado.
La fidelidad del Audi RS 4 Avant a ese concepto la percibimos a través de su imponente estética adaptada a los cánones y gustos actuales. El frontal, gobernado por la característica parrilla singleframe de Audi y por el logo “RS 4”, ya deja entrever que no estamos ante un vehículo normal y corriente; hay mucho más.
Los pasos de rueda ensanchados no solo dan pie a unas llamativas llantas de 21 pulgadas, sino que también ayudan a dar músculo al familiar de los cuatro aros. No obstante, es la zaga la zona que se encarga de poner la guinda final y de desvelar el verdadero carácter del Audi RS 4 Avant.
Esto es posible de la mano de un marcado spoiler y de un difusor que, además de ofrecer una mejor aerodinámica, da cobijo a dos salidas de escape cilíndricas de considerable diámetro y encargadas de dirigir la banda sonora del V6 biturbo que reside en sus entrañas.
Un habitáculo que aúna deportividad y confort
Pero antes de resolver todos los entresijos dinámicos y mecánicos del Audi RS 4 Avant, es mejor que le echemos un vistazo a su interior. Y es que aquí nos topamos con importantes novedades que llegan por cortesía del restyling al que la marca alemana ha sometido no solo a su familiar deportivo, sino también a toda la gama A4.
El salpicadero se encuentra gobernado por un volante achatado por abajo y, en este caso, forrado en Alcántara, un material muy bonito al tacto pero que terminará desluciendo con el paso del tiempo y tras haber sido expuesto a nuestras manos. Detrás de este se instaura el más que conocido Virtual Cockpit, un cuadro de mandos completamente digital, rápido e intuitivo que ahora presenta un nuevo menú cuando seleccionamos el modo Dynamic.
En el salpicadero la principal novedad radica en la pantalla, la cual ahora pasa a ser de 10,1 pulgadas frente a las 8,3 que declaraba antes. Al igual que sucede con el cuadro de mandos, su comportamiento es rápido y fluido, lo que se complementa con un funcionamiento muy intuitivo. Sin embargo, Audi ha sacrificado la ruleta de la consola central con la que podíamos manejar el sistema de infoentretenimineto, siendo ahora completamente táctil. Por suerte los mandos de la climatización siguen siendo físicos.
En general, los materiales son de primera calidad, que son los esperados en un vehículo cuyo precio de partida supera los 100.000 euros. Sin embargo, desentonan ciertas molduras de la consola central rematadas en plástico -las cuales en opción pueden ser de fibra de carbono- y algunos ajustes de la zona de las puertas o aireadores.
En lo que a comodidad y confort se refiere, nos encontramos con dos plazas delanteras representadas por medio de unos asientos tipo backet. Estos presentan ajustes eléctricos, están calefactados y en opción pueden se refrigerados. Sus numerosos ajustes nos ayudarán no solo a encontrar rápidamente una buena posición de conducción, sino también a estar cómodos. El agarre lateral es excepcional y, al mismo tiempo, su nivel de confort nos permitirá afrontar largos viajes sin remordimientos.
Las plazas posteriores acogerán a dos adultos sin demasiados problemas. La altura libre al techo es generosa, pero el espacio para las piernas y la anchura no es tan apreciable como un podría esperar de un familiar. La plaza central cuenta con un respaldo más bien duro, y el acentuado túnel de transmisión nos complicará la tarea de colocar los pies cómodamente.
Por último pero no por ello menos importante, el maletero del Audi RS 4 Avant. Este declara 495 litros, una capacidad más que suficiente para llevar los bártulos de cuatro personas que se podrán depositar con facilidad gracias a sus dimensiones regulares y a una boca de carga plana. Sin lugar a duda un plus para esos que busquen un coche deportivo y práctico.
Listo para el circuito y para llevar a la familia
Pero el quid de esta cuestión lo encontramos en su apartado mecánico y dinámico, donde entran en juego un V6 biturbo de 2.9 litros capaz de erogar 450 CV y 600 Nm de par, una caja automática de ocho relaciones de tipo convertidor de par y una tracción quattro arropada por un diferencial autoblocante en opción.
¿Cómo se traslada este suculento conjunto al asfalto? Pues debemos destacar que el Audi RS 4 Avant tiene una doble cara, un poco a lo Doctor Jeykil y Mr. Hyde. Esto lo percibimos al toparnos con un vehículo perfectamente válido para el día a día siempre y cuando podamos lidiar con su elevado consumo -el cual asciende hasta los 15 litros/100 km en ciudad- y a una suspensión firme y dura que trasladará con exactitud los rotos del asfalto al habitáculo.
Y es que en autopista nos topamos con un coche familiar casi normal y corriente. En modo Efficiency, la caja de convertidor de par del RS 4 busca engranar rápidamente octava y permitirnos gozar de un tranquilo viaje, así como reducir el consumo hasta una media de 9,8 litros, que no está mal para un V6 de más de 400 CV. Su confort es bueno pese a tratarse de un vehículo deportivo, y tan solo nos acordaremos de malas maneras del departamento Audi Sport cuando la suspensión dura y seca se tope con las imperfecciones de la carretera.
En el mundo urbano el RS 4 no es el mejor de los aliados. Su suspensión dura vuelve a hacer acto de presencia y sus dimensiones no ayudan a callejar con comodidad, pero sí que destaca por su amplio maletero y su capacidad para llevar a cinco pasajeros, algo de lo que no puede gozar el propietario de un Ferrari F430, por ejemplo. Tampoco estamos ante un coche que llame demasiado la atención, algo posible gracias al discreto color Gris Daytona que equipaba la unidad de pruebas y al sonido del V6, que incluso en los modos de conducción más desbocados sigue siendo ligeramente apaciguado.
Sin embargo, el Audi RS 4 tiene un lado rebelde y picante que busca huir de esa injusta categorización de vehículo “aburrido” que se le asigna a los últimos RS. Pisar a fondo el pedal derecho implica la liberación de una jauría de caballos dispuestos a ofrecer una desbocada potencia pero perfectamente gestionada por un ángel de la guarda llamado quattro.
Y es que uno de los puntos que más sorprende del Audi RS 4 Avant es su capacidad de tracción y de digerir curvas. El familiar alemán no se inmuta e incluso perdona errores garrafales al conductor, transmitiendo una constante sensación de seguridad y de ir sobre raíles. Las órdenes se trasmiten a la perfección por medio de una dirección directa aunque no tan comunicativa como la de algunos modelos de la competencia, y la suspensión dura y seca, que penaliza en cierta manera en confort, ayuda a que la carrocería no muestre ni un solo vaivén cuando le exigimos al familiar alemán.
Las rectas se devoran en cuestión de segundos y las curvas se pueden atacar con la precisión de un bisturí. Si forzamos mucho podremos descolocar hasta cierto punto la trasera y así redondear la curva. Pero en condiciones extremas y llevando al RS 4 a sus límites, nos toparemos con un leve subviraje fácilmente corregible.
Mención aparte merecen los frenos carbo-cerámicos, una opción que implica un alto desembolso pero que pueden merecer la pena si somos asiduos visitantes de los circuitos. Es cierto que hasta no alcanzan la temperatura ideal no son tan eficaces como uno espera, pero después su frenada es precisa, dura y contundente. Y es que no está de más contar con un buen equipo de frenos para parar al RS 4, un coche que corre y mucho.
El propulsor V6 no titubea en ningún momento. Los 600 Nm de par llegan con frenesí en los primeros pasos del tacómetro, a tan solo 1.900 vueltas, mientras que los 450 CV hacen acto de presencia entre las 5.700 y 6.700 vueltas, ofreciendo una sensación constante de fuerza en todo el rango de revoluciones aunque de una manera lineal.
La caja de convertidor de par está bien acompasada, gestionando los cambios con rapidez e interpretando perfectamente las necesidades del conductor, aunque se muestra algo perezosa cuando demandamos potencia en el modo confort. En modo secuencial es rápida, muy rápida, incluso más que la anterior caja s tronic de doble embrague. Además, podremos llegar al corte sin que el cambio ascienda a la siguiente marcha, permitiéndonos así disfrutar aún más de la conducción deportiva.
conclusión
Así que sí, el Audi RS 4 Avant es un auténtico deportivo disfrazado de coche familiar, lo que nos permite llevar a nuestra familia, hacer nuestros quehaceres diarios y, al mismo tiempo, disfrutar en una carretera de montaña.
Cierto es que su puesta a punto lo hacen más duro e «incómodo» que una berlina -o familiar normal y corriente en su defecto- y es precisamente su versatilidad la que no lo hace ni tan radical ni pasional como un superdeportivo puro y duro; pero en general nos encontramos con un coche que recoge todo lo que un amante del automóvil querría tener en un solo vehículo.
También debemos de tener en cuenta que su precio de partida de 102.830 euros no es apto para todos los públicos, pero si vuestra economía os lo permite y necesitáis un coche para todo, el Audi RS 4 es una de las opciones más sensatas siempre y cuando no nos fijemos en su principal inconveniente, el Audi RS 6 Avant. Pero no nos vamos a meter en peleas de familia.
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