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El Audi R8 desmenuza su imponente mecánica para crear toda una obra de arte
Audi y el V10 de su R8 cumplen 10 años, motivo por el que han recurrido al artista Fabian Oefner para desmontar todas las piezas y crear esta obra de arte.
Seguro que muchos recordaréis a aquel Lamborghini Miura del que desmontó hasta el último tornillo de su propulsor para crear un efecto eyector dando lugar así a una auténtica obra de arte. Pues bien, el Audi R8 ha querido mimetizar dicha situación pero recurrido a su poderoso propulsor V10. Con esta premisa, hemos sido participes de como el superdeportivo alemán se desprendía de todos y cada uno de sus componentes mecánicos para ofrecernos esta escena tan pintoresca y curiosa que podría hasta llegar a convertirse en un nuevo movimiento artístico, puesto que no sería la primera vez que se recurre al sector automovilístico para crear precisamente eso, arte.
Sin embargo, hay una razón de ser detrás de este despiece mecánico, y es que el motor V10 que da vida al R8 cumple ni más ni menos que diez años, una cifra simbólica para este corazón tan aclamado y en peligro de extinción. Para conmemorarlos de esta manera tan original y poco frecuente, la firma de los cuarto aros ha recurrido al artista suizo, Fabian Oefner, para dirigir esta obra también de la ingeniería.
Un despiece sin tapujos
Puede que muchos sufran al apreciar cómo todas las piezas que confieren al V10 atmosférico del Audi R8 son arrebatadas sin motivo aparente. Sin embargo, el mimo y cuidado con el que ha sido realizada dicha acción nos permite respirar tranquilos a los amantes no solo del superdeportivo germano, sino también de todo tipo de vehículo con un propulsor de grandes dimensiones.
Defensa, faros, sistema de escape y demás piezas principales han sido las primeras en sucumbir ante los destornilladores y demás herramientas del equipo de Audi, quien no ha dejado ni un solo componente en las entrañas del R8. La transmisión, motor, culata y una larga lista de piezas fueron las siguientes en ser extirpadas, con el objetivo de colocarlas una a una de forma estratégica para ofrecer el glorioso resultado final que podemos observar.
Una obra de arte que pasará a la historia
No siempre tiene uno la oportunidad de apreciar todos las piezas que se encargan de dar vida a un motor del calibre de un V10 atmosférico de 5.2 litros como es el caso, pero Audi y Fabian Oefner han conseguido permitirnos observar con detenimiento su esquema mecánico. Todas las piezas que juntas dan forma al corazón del Audi R8 se han colocado delante de una pared negra con una única intención: ofrecer esa sensación de que el superdeportivo alemán se descompone de manera limpia y suave.
Esta bonita «composición» se presenta como homenaje a ese propulsor V10, un tipo de mecánica que está en el punto de mira de las leyes anticontaminización pero que sigue aullando por doquier. Con este cuadro -que por cierto, podéis tener en formato póster– se ha conseguido inmortalizar la esencia del motor del Audi R8, un motor que siempre estará presente en nuestras memorias una vez que llegue el momento de despedirnos de él.
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