Audi Q7 4.2 V8 TDI 340 CV, prueba (Motor y prestaciones)
Al volante del Audi Q7 4.2 V8 TDI de 340 CV. En este apartado: motor, prestaciones, comportamiento y consumo.
Como adelantamos en el teaser de la prueba, nos ponemos al volante de algo grande. Ya sea por carrocería, puesto que el Audi Q7 con siete plazas no se puede considerar un utilitario con sus 5 metros de largo, o por motor, el potente 4,2 litros V8 TDI que equipa bajo el capó capaz de alcanzar los 340 CV.
Pero grande también por equipamiento, puesto que la unidad de pruebas venía casi completa de extras, destacando el sistema de sonido Bang & Olufsen (7.735 euros) y grande también por el precio final que rondaba los 118.000 euros (el precio de una vivienda en un coche). Sin más dilaciones arrancamos y empezamos por la parte mecánica y prestacional del Audi Q7.
Motor y prestaciones
En la gama del Q7 podemos elegir entre propulsores de 204 CV hasta 340 CV, curioso que son los propulsores diesel quienes abren la gama con el TDI de 204 CV y cierran la gama con el 4.2 V8 TDI de 340 CV. En medio tenemos los gasolina de 272 CV y 333 CV, ambos 3.0 V6 TFSI. Todos los Audi Q7 cuentan de serie con tracción Quattro.
En diesel arranca en el tres litros V6 TDI de 204 CV, continua con una variante de 245 CV y finalmente está el 4,2 litros V8 TDI de 340 CV. La variante más racional para el Audi Q7 es sin duda el 3.0 TDI de 245 CV, porque ya hablamos de un motor muy prestacional y movido a gasóleo.
Pero aunque el 4,2 V8 no sea racional, sencillamente enamora. Es un propulsor muy suave, extremadamente suave que además hace el ruido justo sin caer en excesos y con una buena insonorización interior. La cifra de par motor nos da una idea de la capacidad de empuje de este potente V8, nada más y nada menos que 800 Nm de par.
Aunque las medidas y peso del Audi Q7 se notan, cuando pisamos al acelerador consigue pegarnos al asiento con mucha facilidad. En ese momento, que presionamos el acelerador demandando más potencia es cuando el suave sonido del motor torna algo más salvaje y denota que no estamos ante un cuatro cilindros, ni mucho menos.
La respuesta del motor la ofrece desde las 2.000 r.p.m. hasta prácticamente llegar a la zona roja (poco más de 4.000 vueltas), eso sí, cuando pisamos el acelerador la respuesta no es inmediata en gran parte por culpa del cambio de ocho velocidades Tiptronic, pero que no es tan rápido como una caja de doble embrague.
La caja de cambios normalmente mantiene el coche a 1.200 r.p.m. a no ser que seleccionemos el modo Sport que lo intenta llevar por encima de 2.500 vueltas para que la respuesta al pisar el acelerador sea más inmediata.
Comportamiento
Antes de meternos en profundidad con el equipamiento hay que aclarar que la unidad de pruebas equipaba la Suspensión Neumática y adaptativa, siendo excelente por confort y con varios modos seleccionables según nuestra conducción.
En total cinco modos: Auto, Dynamic, Confort, Lift y Off-Road (los últimos modos son para rutas fuera de la carretera, donde eleva la altura de la suspensión). Y en modo Dynamic se endurece para hacerlo más dinámico en zonas de curvas o conducción deportiva.
Sin duda, la cualidad más destacable es el confort. Gracias a la suspensión hace desaparecer cualquier tipo de irregularidad en el asfalto, y en carretera o autovía el nivel de confort es sublime.
En carreteras algo más sinuosas con la suspensión en modo Dynamic el Q7 esconde sus medidas y pesos y se comporta de manera más cercana a un turismo que a un SUV de cinco metros de largo. Eso sí, lejos queda el comportamiento de otros modelos como el BMW X5 mucho más deportivo y ágil en este terreno.
La ruta elegida para probar el dinamismo del Audi Q7 era realmente exigente, una carretera de montaña entre Puebla de Sanabria y Bragança en Portugal. La carretera es estrecha, llena de curvas muy cerradas y ausente de rectas. Nos sorprendió que mantuviera en todo momento el tipo sin problema.
La dirección no se modifica en ningún momento, dispongamos del modo que dispongamos sólo afecta a la suspensión, pero aún así el tacto nos pareció correcto. Por otro lado el equipo de frenos cumple su función sin mayores pretensiones, pero al ser una versión tan potente debería llevar un equipo que «mordiera» más al frenar. Dicho esto, el funcionamiento era correcto y siempre conseguían detener al Q7 sin problemas.
Consumo
En este apartado los 340 CV, el peso y sus medidas pasan factura. Pero aún así, se mantiene en cifras razonables si consideramos todo lo anterior. En carretera el menor consumo que pudimos sacarle rondaba los 8,5 litros a los 100 km. Mientras que en autovía la cifra subió hasta casi 10 litros a los 100 km.
La ciudad es el peor terreno para moverse con un Audi Q7, tanto por dimensiones como por consumos, puesto que nuestro protagonista en ciudad «bebía» literalmente el gasóleo con un consumo que rondaba entre los 15 y 18 litros a los 100 km.
Las cifras de carretera y autovía no me parecen demasiado elevadas para un SUV que supera las dos toneladas y cuenta con un V8 de 340 CV.
Modo Off-Road
Pese a que es un modelo con tracción Quattro, sus prestaciones fuera del asfalto son más bien de un SUV. El sistema de tracción es excelente, algo que pudimos comprobar en varias ocasiones y la altura libre del suelo, gracias a la suspensión neumática es bastante generosa.
Pero a diferencia de un Land Rover Range Rover o de un Mercedes ML, no cuenta con programas específicos de tracción para fuera del asfalto y de serie viene con unos neumáticos que odian el campo. Si lo comparamos con otros SUV de lujo, esta en un punto intermedio entre un BMW X5 y un Mercedes ML. Pero la baza del coche no son sus aptitudes off-road.
En la siguiente parte de la prueba nos centraremos en el diseño exterior, habitabilidad interior y acabados, así como, maletero.
Fotos | Equipo de Pruebas, Diego G. Moreira y agradecimientos a colaboradores en las fotos exteriores en Portugal.
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