Audi A8 3.0 TDI clean diesel 262 CV Quattro, opinión y prueba
Nos ponemos al volante de una berlina con mayúsculas, del buque insignia de Audi. Hemos probado el Audi A8 3.0 V6 TDI clean diesel 262 CV Quattro con la caja de cambios automática de ocho relaciones, y en esta prueba analizamos con todo detalle esta cómoda y deportiva berlina alemana.
En la gama diesel del A8 sólo hay dos motorizaciones disponibles: 3.0 V6 TDI 262 CV y 4.2 V8 TDI 385 CV. ¿V6 o V8? Cualquiera de los dos propulsores es más que suficiente para aportarnos potencia, suavidad y deportividad, aunque nosotros nos hemos decantado por la versión diesel 3.0 V6 TDI de 262 CV y el resultado ha sido sobresaliente.
Es un propulsor muy suave, con una respuesta contundente desde bajas vueltas (de 1.500 hasta 4.500 r.p.m.), con especial empuje al pasar las 3.000 vueltas. Al hundir el acelerador rápidamente notamos como aumenta la velocidad, siempre de forma progresiva, sin desfallecer y sin brusquedades (como no puede ser de otra manera en una berlina de este segmento), muestra de esa capacidad de aceleración es el par motor de 580 Nm. Entre las prestaciones destaca la aceleración de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos o la velocidad máxima de 250 km/h.

Un elemento importante en el Audi A8 es la tracción Quattro, permitiendo una motricidad sencillamente sublime en casi cualquier situación. Da igual es estado del asfalto o las condiciones meteorológicas, puesto que la tracción se ocupa de que no se produzca ninguna pérdida de potencia. La caja de cambios encargada de transmitir esos 262 CV al asfalto es una transmisión de ocho relaciones (convertidor de par) con un funcionamiento correcto, dispone de levas para un manejo secuencial y es rápida a la hora de cambiar, incluso es eficaz reteniendo el coche en descensos prolongados, la única pega que se puede poner es en las reducciones bruscas (al pisar a fondo el acelerador y bajar marchas para subir de vueltas el motor) donde es algo lenta la reacción, aunque por otra parte no es un S8.
Comportamiento

Nada más arrancar lo primero que se percibe es el buen aislamiento acústico del motor, incluso en momentos de máxima aceleración el sonido es bastante tenue. El arranque desde parado es muy suave, gracias a la caja de cambios automática que va cambiando de velocidades sin apenas notarlo. Pese a que mide más de cinco metros y pesa cerca de dos toneladas, al volante la sensación es de ligereza o al menos no se percibe el peso ni las medidas del coche.
Mediante el «Audi drive select» se pueden seleccionar diferentes modos de conducción, para ello deberemos pulsar la tecla «CAR» del tren central. Los modos de conducción (Effiency, Confort, Auto, Dynamic e Individual) modifican la respuesta del cambio/motor, de la suspensión neumática (ajustando la firmeza), de la dirección y del control de velocidad adaptativo.

Nuestra primera prueba en carretera fue en autovía, un ambiente donde el Audi A8 se mueve con total soltura y confort abordo, la insonorización interior es más que correcta y la suspensión cuida el confort interior, la sensación es de estabilidad y el propulsor no le teme a un adelantamiento o incorporación. En carretera, pese a sus medidas, es un coche cómodo y bastante ágil, gracias al propulsor, al sistema de tracción Quattro y a una dirección precisa, no le teme a una carretera con curvas ni a un puerto de montaña.
Durante la prueba coincidió con bastante mal tiempo y gracias a esto pudimos probarlo en carreteras con el asfalto muy mojado, carreteras de montaña donde el Audi A8 circulaba con total tranquilidad y la sensación de control era total, siendo realmente complicado sacarlo de la trazada marcada, y en caso de que insinúe algún movimiento que se desvíe de la trazada, actúa de inmediato el ESP. Nos ha sorprendido la capacidad de tracción y la agilidad, incluso en condiciones desfavorables.
Consumo

El Audi A8 con este motor diesel V6 Clean Diesel con 262 CV es bastante ahorrador, como muestra la media de consumo en autovía en nuestro recorrido habitual entre Madrid > Vigo > Madrid, que se situó en los 7,3 litros a los 100 km con una conducción normal. En carretera la cifra normal de consumo ronda los 8 litros a los 100 km, ahora bien, si somos cuidadosos con el pedal del acelerador es posible bajar hasta los 7 litros a los 100 km de media.
En ciudad sin embargo el consumo ronda los 10 litros a los 100 km, algo totalmente comprensible e incluso no es una cifra muy elevada, seguro que ayuda el sistema de arranque y parada que equipa de serie este propulsor.
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¿Es clean diésel… de verdad?