Audi A5 Coupé 40 TDI quattro S tronic: deportivo para todo
En plena era de los SUV, de la electrificación y la digitalización todavía quedan coches como este Audi A5 Coupé, con los que disfrutar de la conducción “de siempre”, con un magnífico chasis y un buen motor turbodiésel.
Hay coches cuya silueta, con apenas unos pocos trazos, perdura en el tiempo, incluso a pesar de sucesivas evoluciones. Y eso es algo que sucede con el Audi A5 Coupé, cuya primera generación llegó al mercado en 2007 y sufrió un restyling en 2011, hasta la presentación de la segunda generación en 2016, que se renovó para la temporada 2020… y aquí sigue, mejor y más atractivo que nunca, me atrevería a decir.
Y eso que no corren buenos tiempos para este tipo de carrocerías, más aún cuando hasta los SUV se han multiplicado ofreciendo también versiones que intentan imitar el estilo coupé. En Audi, sin ir más lejos, tenemos las variantes Sportback de los Audi e-tron, Audi Q3 o Audi Q5. O el mismísimo Audi Q8, que no lleva el apellido Sportback, pero podría considerarse la versión deportiva del Audi Q7.
Elegante y deportivo: el diseño del Audi A5 Coupé
Aun así, todavía hay hueco para coches como el Audi A5, que, recordemos, también se ofrece en variantes de carrocería Cabrio y Sportback. Aunque en este último caso la denominación Sportback conlleva otras connotaciones, junto al contrario que en los SUV: se trata de un coupé que integra las ventajas de una berlina añadiendo dos puertas traseras. Más adelante volverá a aparecer esta interesante versión de carrocería.
Siguiendo con el A5 Coupé, entre sus rivales más directos encontramos al BMW Serie 4 Coupé, puesto que el nuevo Mercedes-Benz Clase C solo se ofrece de momento en versiones de carrocería berlina y familiar. Y como se espera de un coupé, su silueta desprende deportividad, sin necesidad de irte al acabado Black Line tope de gama, que es el que llevaba la unidad que ves en las imágenes, con el paquete de estilo negro de Audi exclusive. Sí es cierto que la apariencia final cambia bastante en función de la línea de acabado elegida, así como de los paquetes opcionales de personalización, algo que también se aplica al interior.
Ya desde las versiones Advanced es de serie la línea de equipamiento con este mismo nombre, que incluye la parrilla delantera en negro mate con el marco cromado, un difusor trasero en negro titanio y las salidas de escape trapezoidales en negro mate, además de los faros LED y las llantas de aleación de 18 pulgadas con diseño de 5 radios en Y con neumáticos 245/40-18.
En cuanto a los colores de carrocería, son 5 pinturas sólidas, 8 metalizadas y una con efecto perla, además de los colores personalizados de Audi exclusive. El precio de las pinturas metalizadas o con efecto perla ronda los 1.250 euros, y el coche cambia mucho según el color elegido: más elegante con los tonos grises y oscuros, deportivo con el rojo Tango o el Azul Turbo, y especialmente llamativo con el gris Daytona, el verde distrito o el con el ulta especialmente llamativo el gris Daytona o el verde distrito. Las llantas pueden ser de hasta 20 pulgadas.
Un coupé deportivo con el que también puedes viajar
Salvo por lo difícil que resulta acceder a las plazas traseras, que para ser un coupé no están nada mal en cuanto a espacio, el Audi A5 Coupé es un coche que permite viajar con una gran comodidad, aunque mejor para dos que para cuatro. Si vas a hacerlo frecuentemente con pasajeros, ahí está la versión Sportback que, a igualdad de motor y equipamiento cuesta lo mismo que el coupé.
Llevar equipaje no será un problema, gracias a los 450 litros de capacidad que cubica el maletero. Además, tiene formas regulares y, por lo tanto, resulta muy aprovechable. No faltan las clásicas argollas metálicas que ofrece Audi para enganchar redes de sujeción, y bajo el piso se encuentra la batería y un kit de reparación de pinchazos.
Pero donde de verdad se disfruta el Audi A5 Coupé es desde las plazas delanteras. En concreto, nos encontramos ante uno de los pocos modelos de Audi a los que todavía no les ha llegado la digitalizción completa, con todo lo bueno que ello supone. Por ejemplo, se mantiene el control de los sistemas como la climatización o el equipo de sonido mediante botones físicos, que ofrecen un tacto exquisito. También los mandos clásicos en el manífico volante multifunción plus de serie, de los de pulsar o girar, me gustan más que los de, por ejemplo, el moderno e innovador Audi Q4.
La calidad de acabado es magnífica, lo mires por donde lo mires. Y se puede elegir entre una gran variedad de inserciones para el salpicadero que cambian mucho la apariencia del interior, con maderas de roble o nogal, lacado brillante, look carbono o aluminio…
La pantalla táctil, es todavía de las de disposición flotante, en vez de las que se integran en el diseño del salpicadero, y alcanza las 10,1 pulgadas. El corto pomo del selector del cambio “by-wire” también ofrece un tacto muy bueno y permite utilizar el modo manual secuencial, aunque es más cómodo hacerlo desde las levas tras el volante. Por delante de esta palanca contamos con dos portabebidas y un hueco pequeño para, por ejemplo, dejar la llave. Adicionalmente, hay un espacio de almacenamiento bajo el cómodo reposabrazos.
Equipamiento y sistemas multimedia
Desde el acabado Advanced la instrumentación de serie es el Audi virtual cockpit plus, con pantalla de 12,3 pulgadas, que añade los modos de visualización “Dynamic” y “Sport”. A mi juicio, tanto esta instrumentación, sin necesidad de que sea la versión plus, es de las mejores que podemos encontrar en el mercado. Y no solo por la calidad de los gráficos, también por la organización y la presentación de los menús, así como por las posibilidades de personalización que ofrece.
También es de serie en todos los acabados el Audi MMI Navegación plus, que además de la mencionada pantalla multimedia de 10,1 pulgadas incluye el control por voz mediante lenguaje natural –que funciona bastante bien, dicho sea de paso–, mapas 3D con actualizaciones gratuitas, punto de acceso wifi y los servicios de Audi connect, como información sobre puntos de interés, de tráfico o de peligros y el tiempo, noticias online y navegación con Google Earth, entre muchas otras funciones.
En lo que se refiere al equipamiento de serie u opcional, nadie diría que no estamos ante un Audi de los de ultimísima generación: al A5 Coupé no le falta absolutamente de nada. De serie cuenta con faros de LED (Matrix LED desde el acabado S line), y opcionalmente puede equipar incluso los faros Matrix LED con luz láser. También es opcional la llave Audi connect key, que permite abrir, cerrar y arrancar el motor con el smartphone.
Sin embargo, los asientos deportivos son opcionales, por unos 500 euros; y por encima quedan los asientos S o RS con reposacabezas integrados (unos 1.200 euros), ideales tanto para conducir en carreteras de curvas como para que los kilómetros por autopista no pasen factura. Al menos los primeros deberían ser de serie.
También creo que en un coche de este nivel no debería formar parte del equipamiento opcional el completo paquete de asistentes a la conducción; pero en Audi prefieren ofrecerlo así, incluso en las versiones topes de gama S5 y RS 5. Su precio es de unos 3.600 euros, e incluye el control de crucero adaptativo con función stop-go, el sistema active lane assist de mantenimiento dentro del carril, los sistemas anticolisión Audi pre sense rear y basic, el aviso de cambio involuntario de carril y el reconocimiento de señales de tráfico mediante cámara de vídeo.
En marcha con el Audi A5 Coupé 40 TDI
Tras la última actualización de la gama de motores, Audi ofrece actualmente cuatro opciones para el A5 Coupé, dos de gasolina y dos diésel, todos ya con cuatro cilindros, 2 litros de cilindrada y sistema Mild-Hybrid de 12 voltios, por lo que cuentan con etiqueta ECO de la DGT. El cambio es siempre el S tronic de doble embrague con 7 marchas.
Los gasolina son el 40 TFSI con 204 CV y el 45 TFSI de 265 CV, que se asocia a la tracción quattro ultra. La gama diésel comienza con el 35 TDI de 163 CV, seguido del 40 TDI con 204 CV, que se puede elegir con tracción delantera o con tracción quattro. Por encima quedan, a otro nivel de potencia y precio, el S5 TDI con el mismo motor V6 de 341 CV que probamos en el SQ5, o el poderoso RS 5 TFSI de 450 CV.
El más que conocido motor 2.0 TDI, que en la última evolución aumentó la potencia de 190 CV a 204 CV, además de incorporar el sistema MHEV, es una magnífica alternativa al 40 TFSI de gasolina con idéntica potencia. Y tiene la ventaja de poder optar por la versión con la tracción quattro-ultra, que tiene un sobreprecio de 2.530 euros. Si quieres un A5 Coupé con tracción quattro y motor de gasolina tiene que ser el 45 TFSI, ya con 265 CV.
Frente al 40 TFSI de gasolina, el 40 TDI supone un sobreprecio de unos 1.400 euros. Está claro que no es un motor tan fino como el TFSI, sobre todo cuando toca conducir apurando marchas. Pero en el resto de situaciones te aseguro que no es en absoluto un motor falto de refinamiento… ni de prestaciones, con una respuesta al acelerador muy progresiva y un empuje contundente y muy gratificante desde poco más de 1.500 rpm.
Un motor que se lleva muy bien con el cambio de doble embrague, que puede ser tan suave como rápido, en función del programa elegido en el Audi drive select. En el orientado a conseguir un bajo consumo, el modo efficiency, permite incluso la marcha por inercia, desacoplando el motor del cambio en determinadas situaciones para dejar que el coche avance en punto muerto.
Ya que hablamos de eficiencia, esta es la palabra que mejor sigue definiendo a los motores TDI. El Audi A5 Coupé con este motor es capaz de registrar medias de consumo en el ordenador en torno a 6,8 l/100 km en uso real y sin centrarnos para nada en una conducción eficiente. Una cifra que no está nada mal si tenemos en cuenta que nuestra unidad de pruebas equipaba las llantas de 20 pulgadas con unos neumáticos de perfil bajo y muy anchos, en medida 265/30.
La tracción quattro ultra no supone en este caso un aumento en consumo significativo, pues es de las que se desconecta cuando no es necesario, para mejorar la eficiencia. No es que el Audi A5 Coupé necesite de este sistema de tracción total para ofrecer un comportamiento dinámico intachable y una elevada velocidad de paso por curva; pero no se puede negar que con ella el coche transmite un nivel de confianza y seguridad altísimo a la hora de conducir en carreteras viradas, sobre todo cuando el asfalto no está seco.
Supone un sobreprecio de 2.530 euros, menos de lo que cuesta la opción de llantas de 20 pulgadas con los neumáticos de perfil bajo, que sí me parecen excesivos. Aunque también hay que decir en este sentido que me ha sorprendido que no comprometan el confort de marcha. Y eso que nuestro A5 Coupé estaba equipado con la suspensión deportiva, con un ajuste más firme que la estándar. Una opción que no faltaría en mi configuración ideal para el A5 Coupé 40 TDI, al que quizás equiparía con una monta de llantas/neumáticos menos radical (255/35-19, o incluso 245/401-8), y consideraría la posibilidad de montar los amortiguadores adaptativos, por encima de la dirección dinámica.
Galería de imágenes Audi A5 Coupé 40 TDI quattro
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