Aston Martin Deportivos Historia
El Aston Martin Bulldog se propone batir el récord de velocidad… 40 años después de fallar en su empeño
Tras 40 años de olvido, el Aston Martin Bulldog, el prototipo creado para ser el primer coche en superar los 200 millas por hora, volverá para batirse así mismo
Cuántos prototipos concebidos con convertirse en iconos de la automoción habrán quedado, en el mejor de los casos, en un garaje junto con otras piezas de coleccionista. Algo así sucedió al Aston Martin Bulldog presentado en 1979 y que, ahora, tras 40 años de ostracismo y olvido vuelve a ser noticia.
No porque Aston Martin haya decido rescatar ni su concepto ni siquiera su nombre, es porque, la única unidad de las, entre 15 y 25 que la firma de Gaydon tenía planeado fabricar de este bólido basado, de manera inequívoca, en el Aston Martin Lagonda y que Willian Towns tuvo a bien capitanear en su singladura hacia un récord jamás alcanzado.
Esta incisiva e inquisitiva propuesta apareció como el más preciso y aséptico bisturí quirúrgico se tratara en su empeño de sesgar el viento contra el que se topara, de ahí que su Cx, o coeficiente de rozamiento, arrojara un sensacional 0,34; impulsado por la mecánica más potente disponible del momento, la del bloque de 8 cilindros en disposición de V con 5.3 litros de cubicaje a los que se adhirieron dos propulsores firmados por Garret cuya potencia final era de 610 CV.
La combinación parecía ser perfecta: aerodinámica y potencia combinada para conseguir un objetivo: ser el primer coche en alcanzar las 200 millas por hora, equivalentes a 321,87 km/h.
Para bien pero, sobre todo para su desgracia, no debemos perder nunca la referencia: estamos a finales de la década de los años 70 del pasado siglo y, ni por el contexto tecnológico, ni siquiera el geopolítico que marcaría el económico, el Aston Martin Bulldog había nacido en buen momento quedando condenado para siempre.
Tanto es así que, a pesar de los esfuerzos de la marca, ni el coche tuvo la acogida prevista ni pudo alcanzar las velocidad teórica para la que había sido diseñado ya que, en 1981, en las pruebas llevadas a cabo este coche marcó una velocidad máxima de «tan solo» 191 mph (307,39 km/h).
Entonces, Aston Martin no pudo dar carpetazo al proyecto, puesto que la unidad fabricada como modelo de exhibición era una realidad pero sí sacar algún mínimo rédito, o, al menos, recuperar algo del dinero invertido y acabo, primero, siendo vendida a un comprador de Oriente Medio.
40 años vagando por el desierto…
Si bien el Aston Martin Bulldog no acabó cubierto por las arenas del desierto, cual suerte de otros malogrados mártires del delirio, el exclusivo ejemplar ha ido cambiando de colección en colección, de titularidad en titularidad hasta que el hijo de quien guillotinó el proyecto se ha hecho de nuevo con él para darle una segunda oportunidad.
Ahora, Richard Gaunlett, y tras más de un año de trabajo, el hijo del que entonces fuera presidente de Aston Martin y lograra sacarla del pozo, y no precisamente petrolífero, Victor Gaunlett, a través de su empresa Classic Motor Cars, CMC en adelante, ha tenido a bien recuperar esta pieza y redimirla.
Con la incorporación al equipo de trabajo de Darren Turner, piloto profesional y, a la vez, de desarrollo y pruebas de Aston Martin, CMC de Gaunlett anuncian que, en este 2021, tras dar por concluida la restauración del Aston Martin Bulldog en sus instalaciones de Shropshire, Reino Unido, este espectacular prototipo volverá a salir a pista para batir la meta para la que tanto Towns como Gaunlett pusieron tan altas miras en un vehículo al que, más de cuatro décadas después de ser concebido y fabricado, se le dará una segunda oportunidad. Todo un viaje en el tiempo.
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