La Asociación Española de la Carretera quiere que paguemos una cuota de uso de carreteras

La AEC (Asociación Española de la Carretera) va a lanzar una propuesta para implementar un pago de uso de carreteras y así poder usar esos fondos para el mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura de caminos en nuestro país.

Tal propuesta nos haría pagar una cantidad variable (se habla de una tasa anual de entre 150 y 180 euros), de acuerdo a la cantidad de kilómetros anuales transitando por autovías, caminos secundarios, horas de mayor o menor congestionamiento e incluso de qué carretera se trate, ya que las más congestionadas serían más caras. Como consuelo, la propuesta nos dejaría transitar sin pagar un solo céntimo en horario nocturno y mientras no pases de 15.000 kilómetros anuales de uso.

La extraña proposición ya tendría asegurado su debate entre los grupos parlamentarios, durante la próxima semana. Hay que destacar que no todos los grupos están de acuerdo en debatir semejante cosa por el previsible coste social que acarrea tomar la decisión del «pago por uso» en una situación económica como la que estamos sufriendo, mientras se recaudarían unos 20.000 millones de Euros en concepto de pago.

Una idea tomada por los pelos, ya que el mantenimiento de los caminos, salvo aquellas carreteras dadas en concesión, son responsabilidad del estado. Además, parece que no se han analizado otras consecuencias. Por ejemplo, el impacto que podría tener esto sobre el menor uso del coche agravado por aún más gastos relativos al mismo, o impacto en los costos de aquellos bienes que se transportan por carretera, subida de precios en el transporte público y de carga que usan las carreteras, etc.

Pero la que pareciera ser la más grave, es el golpe a la libertad que el coche te proporciona. Que seas capaz de subirte al coche y hacer los kilómetros que quieras, solamente por el placer de hacerlos y de conducir. Además, aún no se sabe cómo se va a «controlar» la cantidad de kilómetros que uno recorra y cuáles carreteras estamos usando, sin invadir nuestra privacidad como ciudadanos.

Vía | Siglo XXI