Así son las pruebas que sufren los coches antes de llegar al mercado
Antes de comenzar a ser vendidos, los coches que llegan al mercado deben superar varias pruebas que ponen al límite todas las piezas que forman parte del coche
Los coches llegan al mercado y se enfrentan a un uso intensivo en condiciones reales que lo llevan al extremo. O quizá no, pero el uso continuo puede llevar a provocar daños y fallos en el funcionamiento de diversos elementos que forman parte del equipamiento del vehículo. Así que antes de ponerse a la venta deben estar todos bien probados y comprobados, acreditando que pueden funcionar de manera correcta a pesar del paso del tiempo.
En ocasiones, estas pruebas de esfuerzo se realizan sobre los prototipos, testando los mejores materiales para dar forma al coche. Después, se suelen realizar tambien sobre el producto acabado, para acreditar que está en perfecto estado y que puede recibir el castigo cotidiano sin problemas. Pero, ¿cuál son estas pruebas de esfuerzo que reciben los vehículos antes de ponerse a la venta? Vamos a ver alguna de ellas.
Antes de ser dado como válido para su venta, cada prototipo, con las piezas finales, ha de rodar por muchos terrenos extremos. Desde lugares muy áridos y con las temperaturas más altas posibles hasta el hielo que cubre el terreno las zonas más frías del planeta, son miles de kilómetros que se recorren para comprobar la resistencia de las distintas partes del coche.
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PRUEBAS COCHES ANTES DE LA VENTA
Además, se intenta que haya un impacto continuo de pequeños trozos de grava, que impactan en la parte inferior para comprobar también que todo está en orden. Normalmente, se produce el impacto que se producirían en un recorrido de unos 3.000 kilómetros por terreno irregular.
Los asientos también sufren el roce del equivalente a 20.000 entradas y salidas del coche, para comprobar que cada asiento puede resistir el roce del cuerpo humano y no sufre daños en este tipo de roces. Además, también se abaten los asientos una cantidad similar de veces para comprobar su resistencia. Las puertas también reciben una serie de exigencias, ya que se abren y cierran unas 30.000 veces al año. Se intenta comprobar que el ruido de la puerta es seco, corto y aporta una sensación de estanqueidad.
Esta también se comprueba en uno de los tests a los que se somete cada uno de los coches que salen de la línea de montaje. Durante diez minutos, cada coche se somete a un diluvio con 2.500 litros de agua, lanzados con fuerza contra cada coche. Este agua no puede entrar en el habitáculo, comprobando así que puede soportar este castigo en la vida real. Pero esto no es todo.
El funcionamiento de los frenos, además de las suspensiones y la dirección son probados también en circuitos especializados en poner a prueba todas estas cosas. Cada año se recorre alrededor de unos dos millones de kilómetros, en un terreno que está compuesto por adoquines, varios desniveles y seis tipos de firme. Con esto, los especialistas encargados de llevar al límite a los coches pueden comprobar que todo funciona correctamente y que todo resistirá el castigo que representa el día a día. En este vídeo se puede ver parte de esas pruebas. ¿Qué te parece cómo se testea cada uno de los coches que sale al mercado?
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