En esta guía rápida repasamos las averías más frecuentes que pueden sufrir los frenos de tu coche, algunas de las cuales puedes diagnosticar tú mismo, sin pasar por el taller.
Así puedes notar que la dirección de tu coche no funciona bien
Aunque la dirección del coche está diseñada para estar bien durante mucho tiempo, puede llegar a estropearse y causar averías graves. Así puedes detectarlas.
El sistema de dirección se encarga de hacer que el coche se dirija donde quiere el conductor. Esa es su función principal, pero va más allá, porque es un elemento fundamental para la seguridad del coche. Por ejemplo, está unida a elementos como los amortiguadores y los neumáticos. Para que funcione correctamente, hay que mantener el paralelo de las ruedas delanteras. De esta manera se evita que los neumáticos se desgasten de forma no uniforme y se pierda la estabilidad del vehículo en las curvas.
Por suerte, hay muchos indicios que marcan que la dirección funciona mal y que se ha de reparar. Para ello, varios fabricantes de componentes se han unido en la inciativa ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC) y sugieren prestar atención a esos avisos que ofrece la dirección cuando comienza a funcionar mal.
Los avisos de la dirección
Estos indicios se pueden percibir con facilidad, ya que el volante forma parte de la dirección y el conductor siempre está en contacto con él. Esto quiere decir que se podrá detectar con facilidad cuando algo falle. Entre los avisos que ofrece el sistema de dirección están las vibraciones del volante. Esto indica que algo no funciona bien y que se debe revisar la dirección.
Otra prueba que puede resultar determinante para saber si hay un problema en la dirección es realizar una sencilla prueba. Si en una recta se suelta el volante durante unos segundos y el coche se va hacia un lado, es señal de que la dirección falla y es otro motivo para llevar el coche hasta el taller.
También se puede detectar que la conducción es molesta, que hay algún ruido molesto que llega desde el volante o que se produce un desgaste irregular en los neumáticos. Todo ello son avisos de que algo no funciona bien y de que hay que llevar el coche al taller para solucionar cuanto antes los problemas en la dirección.
El mecánico será el que determinará el nivel de desgaste o la gravedad de la avería de la dirección, así que será el que proponga la solución más adecuada para resolver el problema. Por suerte, la dirección está pensada para que no tenga que ser cambiada durante toda la vida útil del vehículo.
Como mucho, se tendrán que sustituir algunas piezas que hayan sufrido un desgaste o se hayan roto. Con estas pequeñas operaciones de mantenimiento, es posible que la dirección funcione de manera correcta y no resulte ser una avería muy cara. Pero para evitar que esa pequeña avería se convierta en algo más grande y grave, hay que visitar al taller y repararla antes de que vaya a más.
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