Así es por dentro el motor de un Mazda MX-5 de finales de los 90
Este vídeo muestra a la perfección cómo era el propulsor del MX-5 de los 90 y podemos observar con lujo de detalles todas las piezas del cuatro cilindros.
El Mazda MX-5 se mantiene fiel a los elementos más clásicos de un superdeportivo con su tracción trasera y motor atmosférico. Esto lo sigue presentando hasta a día de hoy con su última generación, pero en este artículo os vamos a hablar de algo fundamental en este coche, su motor. Hace poco os contábamos como era el Miata coupé que nunca se comercializó fuera de Japón y hoy os contamos cómo era el propulsor que se encontraba en el interior de este pequeño deportivo.
La mecánica de los MX-5 siempre se ha caracterizado por no presentar una extremada complejidad, permitiendo a sus usuarios aprender de motores con cierta facilidad y repararlo por sus propios medios. Los dos primeros MX-5 contaban con dos propulsores para el mercado europeo, pero la diversión estaba garantizada gracias a su estupendo chasis y un reparto de pesos prácticamente perfecto.
Hubo algún mercado -como el estadounidense- donde la motorización del Miata tenía menos potencia que la que se ofrecía en otras partes del mundo, pero el propulsor era el mismo. El primer MX-5, generalmente conocido como NA, contaba en su versión más básica con un motor de 1.6 litros de cuatro cilindros y 16 válvulas que desarrollaba 110 CV de potencia. Es cierto que las cifras no son excesivas pero, como ya hemos recalcado, esto no es lo que hace especial al pequeño deportivo japonés.
Su peso de tan solo 950 Kg y una buena puesta a punto de su chasis hicieron que el primer MX-5 se convirtiese en uno de los coches que más diversión proporcionaba. Esta misma filosofía es la que han seguido el resto de sus versiones y, a día de hoy, el MX-5 de séptima generación cuenta con una potencia muy decente y un peso contenido.
Aún así, los ingenieros japoneses pensaron en sus clientes más radicales, los cuales no se conformaban con el motor de 110 CV y por eso crearon otro algo más potente. Este segundo propulsor constaba de 1.8 litros, mantenía el mismo número de cilindros pero la potencia ascendía hasta los 130 CV. En su segunda generación se presentó la misma estructura de motores, pero el más potente alcanzaba los 145 CV.
Hoy nos hemos encontrado con este vídeo en el que se ilustra a la perfección como era un motor del deportivo nipón. En el cortometraje podemos observar como se desmonta pieza a pieza el propulsor y podemos ver con lujo de detalles todos sus componentes. Sin duda alguna el MX-5 es uno de los pocos deportivos que te ofrece una relación calidad-precio tan buena gracias a su conjunto bien trabajado.
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