Así caza uno de los drones de la DGT a un motorista durante un adelantamiento antirreglamentario
Con una discreción máxima, la acción furtiva del vuelo de los drones de la DGT no solo permite la vigilancia de las carreteras sino la denuncia de conductores
Ayer tratamos sobre los últimos vehículos reconocidos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil para llevar a cabo las tareas de vigilancia, control y sanción que la Dirección General de Tráfico impone, las motos camufladas. Hoy, recogemos un vídeo que muestra otro de los medios más novedosos del organismo competente en materia de tráfico y seguridad como son los drones de la DGT.
Incluidos dentro de la dotación de la Unidad de Medios Aéreos del Ministerio del Interior, menos temidos que sus ‘hermanos mayores’, los helicópteros Pegasus pero aún más imperceptibles que estos, los drones de la DGT sobrevuelan cual aves rapaces buscando presas las carreteras en busca de conductores infractores del reglamento.
Amparándose en la vigilancia de las carreteras, la DGT ha reconocido que sus vehículos más menudos no disponen de medios que, directamente, permitan generar una denuncia pero sí que su soporte permite visualizar la actividad en la vía, identificar conductas antirreglamentarias y, por ende, proceder a que los agentes, a pie de calzada, y se proceda posteriormente a denunciar su acción.
Más de un año después de haber sido comunicada la incorporación de un grupo de drones, el perfil de Twitter de de la DGT ha publicado un vídeo dónde se ve el procedimiento de intervención contra un conductor de una moto que comete un adelantamiento indebido.
11 drones se han incorporado a la vigilancia en #carretera en la #OperacionSalida2020 para preservar la #seguridadvial. Permiten parar al infractor inmediatamente después de haber cometido la infracción. #CumpleLasNormas X #SeguridadVial. pic.twitter.com/r3Uyc8O3gJ
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) July 3, 2020
En el fragmento se recoge la filmación de uno de los 11 drones de la DGT que, realizando tareas de vigilancia de carreteras frecuentadas por motores, identifica a uno de ellos momentos antes de cometer una infracción.
Los ojos en el cielo del responsable del control del dron, siguen al motorista antes, durante y después del adelantamiento. En el momento que el operador del vehículo aéreo da fe de la infracción, da aviso a los agentes de la patrulla de la Guardia Civil que aguardan metros después la llegada del motero que, entonces, es obligado a detenerse y procediendo así a su denuncia.
Gracias a este documento, podemos ver cómo los nuevos medios aéreos permiten abarcar un espacio que, hasta hace pocos años, era incluso casi inviable de controlar por el Pegasus dado el volumen del mismo y su coste por horas de vuelo.
Un pequeño dron, cuya capacidad para volar es de alrededor de 20 minutos, es capaz de realizar ascensos próximos al centenar de metros sobre el suelo y, gracias a su cámara, no solo permitir ver por encima de las cabezas de los patrulleros sino de grabar aquellas conductas que sean susceptibles de ser denunciadas.
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