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El actualizado Mazda6 estrenará el tecnológico sistema GVC
Mazda continúa en su línea de los últimos años, es decir, ofreciendo productos refinados y cada vez de mayor calidad, con diseños muy cuidados. Esta fórmula le está funcionando a la marca japonesa y continúa invirtiendo en ello. De esta manera nos presenta el sistema GVC, que debeturá en otoño con el actualizado Mazda6.
La marca japonesa Mazda ha dado un grato salto en calidad y diseño en los últimos años, produciendo unos vehículos con una aceptación mucho mayor por parte del público, lo que se ha reflejado notablemente en los índices de ventas de la marca.
Los chicos de Mazda han sabido dar un importante “empujón” a todos sus productos haciéndolos más apetecibles a ojos de los clientes gracias al nuevo estilo de diseño KODO, pero también han conseguido que esa evolución visual se transmitiera a través de las sensaciones de conducción y al cuidado por los pequeños detalles.
También debemos destacar su renuncia, al menos de momento, al downsizing. Y es que no a todos los clientes les convence la reducida cilindrada, los motores de menos de cuatro cilindros y la introducción sistemática de la sobrealimentación en todo tipo de vehículos, incluso en los urbanos de gasolina. No por ello sus consumos de combustible son más elevados que los de la competencia, manteniendo estas cifras cerca de las de sus rivales.
Mazda estudia cada detalle de sus productos y los intenta mejorar ya sea ganando confort, prestaciones o aligerándolos de peso; “cada gota cuenta” deben pensar los altos cargos, y vaya que si cuenta. En otoño, dentro de no muchas semanas, la compañía japonesa presentará el nuevo Mazda6 para el mercado europeo y, pese a que no se aprecian importantes cambios estéticos, vendrá cargado de nueva e interesante tecnología.
Una parte importante de esta nueva tecnología es el sistema GVC, G-Vectoring Control. El GCV es capaz de dosificar la entrega de energía del motor a las ruedas motrices con el objetivo de mejorar la tracción. Pero no funciona como un control de estabilidad ni tampoco como un simulador de diferencial autoblocante, sino que recoge datos de la dirección, la transmisión y el motor para realizar ese ajuste antes de que, en teoría, las ruedas pierdan motricidad. Mazda afirma que así consiguen conectar aún más al “jinete con el caballo” como si fueran uno.
Y ya que hemos hablado de mecánica, la oferta de motorizaciones de gasolina cuenta con un bloque de 2 litros Skyactiv-G disponible con 145 y 165 caballos, mientras que el 2.5 Skyactiv-G llegará hasta los 192 caballos. Por su parte, la gama diésel cuenta con un propulsor 2.2 Skyactiv-D common-rail en potencias de 150 y 175 caballos.
El diésel añade ahora nuevos dispositivos para mejorar su funcionamiento, disminuyendo y mejorando el tiempo de respuesta del turbo en función de la demanda del acelerador. También disminuyen la rumorosidad y el sonido “a diésel” mediante ondas de presión. El sonido que llega al habitáculo preocupaba a los diseñadores de Mazda y la nueva berlina ha mejorado este aspecto con mejores sellados de las puertas y materiales de aislamiento acústico en los bajos de la carrocería, en el techo y en las puertas, además de una leve reconfiguración de las ventanillas delanteras.
Fuente | Mazda
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