Un 71% del parque español de vehículos circula con neumáticos con menos presión de la recomendada
La época de verano es propicia para pinchazos y reventones de neumáticos por carretera, cuando circulamos con ellos a menor presión que la recomendada. El consumo de combustible se dispara y se compromete la integridad de la rueda por el gran calor generado en su interior. Un examen de pocos segundos para verificar la presión de inflado antes de salir de viaje, es una precaución que no está de más.
El calor del verano se está haciendo sentir en gran parte de la Península y con él, los riesgos inherentes a circular con neumáticos que llevan una menor presión a la recomendada. Y es que si bien muchos automovilistas tienen la costumbre de circular con las ruedas con algo menos de presión para amortiguar mejor las imperfecciones del firme, esta práctica es menos riesgosa en invierno, con temperaturas más bajas, o en épocas de lluvia, para mejorar un poco más el agarre.
El verano y el calor son los grandes enemigos de neumáticos desinflados o con dibujos desgastados. Teniendo en cuenta además la invasión de caucho importado de segunda mano que no reúne las condiciones de seguridad, lanzarse a la carretera con tan solo 0,5 atmósferas por debajo de lo indicado por el fabricante del vehículo, triplica el riesgo de reventón, lo que podría causar un accidente serio.
Rodar con el coche muy cargado, con neumáticos desinflados a menores valores que los recomendados, genera una alta temperatura en el interior de los mismos, además de hacerlos menos resistentes a los pinchazos y pueden reventar cuando chocan con cualquier socavón. Las carcasas de los neumáticos con menos aire del recomendado también se deforman mucho más en cada giro, aumentando su resistencia a la rodadura, con el consiguiente incremento en el gasto de gasóleo o gasolina. Se considera que el aumento en consumos de combustible es de aproximadamente un 7%.
La solución cae por su propio peso, ya que está en juego la seguridad. Si vas a hacer un viaje largo en esta época de vacaciones, podrás perder unos segundos más en medir la presión de los cuatro neumáticos y el de recambio. El inflado de las ruedas siempre debe hacerse con las cubiertas frías. Si cargas el coche más de debido, con una o dos décimas más de presión sobre los valores que habitualmente usas, podrás asegurarte un viaje sin contratiempos. Claro que seguramente sentirás cada imperfección del camino un poco más, pero te evitarás lo más posible el desagradable resultado de un pinchazo rodando por carretera.
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