24 Horas Híbridas de Toyota, competición y eficiencia de la mano
Esta semana se ha celebrado la segunda edición de las 24 Horas Híbridas de Toyota, un evento que en esta ocasión Highmotor no se ha querido perder. Rodeados de un estupendo equipo, nuestro coche, el nº3, ha conseguido alzarse con la victoria en un final de auténtico infarto.
Esta semana se ha celebrado la segunda edición de las 24 Horas Híbridas de Toyota, un evento que en esta ocasión Highmotor no se ha querido perder.
Con una buena mezcla de estrategia, incertidumbre, nervios de acero y emoción, esta carrera de resistencia nos ha dejado muy buen sabor de boca.
Primeros compases
A las 12 del mediodía del martes 20 nos reuníamos casi 40 periodistas en el Circuito de Albacete, lugar elegido por Toyota para la celebración de esta carrera tan especial. Highmotor, representado por un servidor que os escribe estas líneas, quedaba encuadrado dentro del Equipo 3, formando equipo con los periodistas David Ayala (Motorgiga), Samuel Saco (Marca Motor) Vicente Montero (Levante EMV), Mario Cortijo (Autocasión), Nestor Abarca (coches.net) y el follower de Twitter Carlos Díaz (@CFiazcantabria).
Tras el briefing, designamos a David como el jefe de equipo, y comenzamos a trazar la estrategia de las primeras horas de carrera. Se acercaba la hora del inicio (las 15:00h), y se me designó a mi como primer piloto, afrontando el primer turno que, además, comenzaría con una salida al más puro estilo Le Mans, con los pilotos al lado contrario de la pista, corriendo hacia sus coches.
Nuestra estrategia estaba clara. La clave sería ser conservadores al principio, mantener la cabeza fría y no dejar que los nervios y las ganas de luchar por la victoria nos traicionasen. Nuestras primeras tandas fueron regulares y lentas, con consumos por debajo de los 6 litros y unos tiempos por vuelta que rondaban los 2´45´´.
Al caer la tarde, éramos últimos, y los rivales seguían rodando rápido, algunos equipos nos sacaban incluso alguna que otra vuelta. Nuestro jefe de equipo se mantuvo firme, y todos los integrantes conseguimos mantener el consumo en cifras cercanas a los 6.5 litros, con unos tiempos tremendamente regulares, incluido Carlos, nuestro invitado de redes sociales, a priori el menos experimentado.
Cae la noche, la lluvia, invitada
La noche hacía tiempo que se había posado ya sobre el Circuito de Albacete, y el discurrir de la carrera seguía impasible, justo como el bueno de David nos había adelantado horas antes. Algunas de nuestras tandas brillaban con tiempos brillantes, buenos consumos y una regularidad prácticamente mecánica.
Sin embargo, parecía que algo no funcionaba, ya que además de un error en nuestros cálculos que conseguimos solventar a tiempo pero que nos hizo modificar ligeramente nuestros planes, nuestros rivales se alejaban más y más. Los ánimos empezaron a decaer, cuando a medianoche más o menos comenzó a escucharse por el paddock que posiblemente la lluvia haría acto de presencia.
En efecto, a eso de la 1 de la mañana, comenzaba a bañarnos un tremendo aguacero que nos acompañaría hasta bien pasadas las 4 de la mañana. Servidor rodó bajo esas condiciones, y no pude más que sorprenderme por el excelente resultado de las Michelin CrossClimate. Si en seco ya eran buenas, en mojado el agarre era sencillamente sensacional, permitiéndonos rodar en ritmos muy bajos sin perder ni un ápice de adherencia.
A partir de ese momento, las cosas comenzaron a darse la vuelta. Poco a poco comenzamos a remontar, hasta que a las 5 de la madrugada habíamos ascendido hasta la 3ª posición. En ese momento Samu y yo decidimos descansar un par de horas. Para reponer fuerzas, algo que habíamos decidido hacer todos los miembros del equipo en turnos de dos.
Vuelve la luz
Despertarte a las 7 de la mañana y verse líderes de la clasificación es una sensación brutal. ¡Un auténtico subidón! Los ánimos se cargaron otra vez, recuperamos fuerzas con una buena chocolatada, y comenzamos a trazar la estrategia de cara a las últimas horas de carrera. Sólo habíamos cambiado una vez el neumático delantero izquierdo, aún nos quedaba otro cambio obligatorio, y aún quedaban dos repostajes más de 20 litros cada uno. En total, que no lo he comentado antes, disponíamos de 125 litros dispuestos en 4 garrafas de 20 litros y un depósito inicial de 45 litros.
A media mañana seguíamos marcando buenos tiempos, con un consumo que se mantenía estable. Siempre fuimos de los últimos en cambiar rueda y repostar, algo que nos favoreció y que posibilitó siempre trazar una estrategia más holgada y con más datos de nuestros rivales.
Casi todos nos manteníamos en un intervalo de una vuelta, aunque los dos equipos de cola se habían descolgado un poco ya que sus cálculos comenzaban a avisar de la cantidad de combustible restante.
Decidimos hacer el último cambio de rueda y el último repostaje a las 11:00, y con eso tendríamos que tirar ya hasta el final. Por eso, los nervios comenzaron a hacer mella cuando en las últimas dos horas alguno de nuestros rivales fueron obligados a realizar un tercer cambio de neumáticos debido a desgastes prematuros.
Durante la última hora de carrera «el asunto» se puso serio. Nadie dio su brazo a torcer, y tras un estupendo stint de Néstor nuestro jefe de equipo, David, se puso a los mandos del Auris para concluir la carrera. El equipo nº1 comenzó a achuchar, con Marcos Martinez (MQC-Telecinco) recortándonos 10 y 15 segundos por vuelta.
Momentos finales, todos en un suspiro
Cuando nuestro gap era de aproximadamente 30 segundos con el rival, comenzamos a tirar -todos, no sólo nosotros- a muerte. Dejamos de pensar en consumos, en autonomía, en desgaste. Las vueltas rápidas se sucedían cada poco, se solapaban, las distancias se hacían cada vez más pequeñas. Desde el muro éramos todos un manojo de nervios, todo el mundo miraba con atención los monitores de tiempos ávidos por conocer los tiempos de la siguiente vuelta.
Finalmente, cuando enfilábamos la última vuelta, David nos comunicaba por teléfono que tenía al nº1 literalmente pegado, ya no había diferencia palpable. Todo el mundo en el muro, silencio sepulcral. A esperar la llegada de los coches. Sabíamos que el primero que saliese de la última curva sería el ganador, puesto que los coches eran todos idénticos, no había diferencia de potencia.
Escuchamos ruido. Sabíamos que estaban cerca…y ¡sí! El nº3 enfilaba por delante la última curva. ¡¡La victoria era nuestra!! Al final, sólo 977 milésimas nos separaron del segundo clasificado, el nº1, que posteriormente recibiría una sanción por exceso de tiempo que lo haría descender hasta la 3ª plaza. Pero lo importante era que ¡éramos los ganadores!
Todo lo siguiente es historia. 505 vueltas, 1800 km recorridos y 123 litros de gasolina consumidos. Fotos, abrazos, gritos, saltos, podio, y un bonito Toyota TS-020 en miniatura como recuerdo. Pero todo eso era secundario. Lo importante es que de la mano de Toyota y sus Auris híbridos, habíamos conseguido formar un equipo que desde el primer momento había trabajado como una piña, unido y sin fisuras, constante y equilibrado, que entre todos habíamos conseguido ganar. La victoria no es del nº3, la victoria es de Vicente, de David, de Carlos, de Mario, de Néstor, de Samuel, y también un poquito del que os escribe. ¡Gracias, EQUIPO!
Fotografía | Toyota
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