Toyota anuncia nuevas medidas para reducir gastos en producción y desarrollo
El presidente de la empresa, Akio Toyoda, y su responsable de I+D, Mitsuhisa Kato, han explicado esta mañana cómo avanzará la estrategia Global Vision buscando ahorrar dinero en diversos aspectos. Las iniciativas se pondrán en marcha este 2015 y destacará el lanzamiento de la plataforma TNGA.
Toyota ha descrito hoy en Japón sus próximos pasos englobados en la estrategia corporativa Global Vision sobre cuyas novedades lleva informando periódicamente desde 2012. Los objetivos a los que se enfrenta el fabricante nipón a medio plazo comprenden mantener la fabricación y las ventas por encima de los diez millones de coches anuales mientras ejecuta nuevas medidas de recorte de gastos que pondrá en marcha este 2015.
La intención que han expresado el presidente de la marca, Akio Toyoda, y el vicepresidente corporativo responsable del área de I+D, Mitsuhisa Kato, es allanar el camino hacia una nueva etapa de crecimiento constante tras invertir en la ampliación de la gama de productos. Aunque Toyota terminó 2014 como líder entre los fabricantes mundiales por tercer año consecutivo, las previsiones indican que Volkswagen la adelantará en 2015. Analicemos qué prepara la nipona para recuperar el trono si eso sucede.
Una nueva plataforma global
El nuevo Prius estrenará la TNGA este año. Se complementará con motores un 15 % más potentes y un 25 % más eficientes.Una parte importante de la estrategia se apoya en la nueva Toyota New Global Architecture (TNGA) que la empresa estrenará este año. Se utilizará primero en la cuarta generación del Prius, un detalle que señalamos en 2014, para después emplearse en más vehículos del segmento C, entre ellos la siguiente generación del Lexus CT.
Esta plataforma permitirá a Toyota disminuir un 75 % la diversidad de componentes -cuyo diseño y fabricación se simplificará ajustándose a estándares mundiales y no exclusivos de Toyota- con los que construye sus automóviles, reducir un 20 % los recursos que necesita para crear nuevos modelos y destinar la mitad de dinero a adaptar las cadenas de montaje al comienzo de su producción. En definitiva, tratar de deshacer el intrincado tejido de piezas y plataformas que maneja Toyota ahora mismo.
Replantear los procesos de ensamblaje
Las factorías contarán con zonas de pintura y equipamiento más compactos. Además, recortarán su consumo energético.La consecución de dichos objetivos estará influida, además, por el nuevo modelo de fabricación. Toyota adoptará próximamente una serie de cambios que contribuyan a hacerlo menos complejo y más eficiente. Por ejemplo: sustituirá los equipos de mayor tamaño por otros menores que no exijan un anclaje al techo o al suelo y compactará las zonas de pintura.
La huella contaminante representa otro factor significativo en este sentido. Toyota mejorará la gestión del consumo energético de las factorías con el fin de bajar un 55 % las emisiones de CO2. Estas técnicas, conjugadas con las anteriores medidas de ahorro, se espera que se traduzcan en el abaratamiento en un 40 % de la inversión necesaria para abrir otras nuevas. Toyota no ha calculado aún cuánto dinero deberá reservar para estas modificaciones, pero supondrá, de media, un capital menor que el que asignaba a estos fines antes de 2008.
Ventajas e inconvenientes
Para los fabricantes automovilísticos más grandes, diseñar arquitecturas modulares que puedan usar en casi todo su abanico de vehículos constituye prácticamente una obligación hoy en día. Resultan indispensables para aprovechar las economías de escala y, en el caso de Toyota, aumentar su competitividad frente a expertos en la materia como son sus dos grandes rivales: los grupos Volkswagen y General Motors.
Compartir piezas sale más barato sobre el papel, pero existe el riesgo de las llamadas a revisión mundiales en caso de que una salga defectuosa.Sin embargo, estas plataformas encierran asimismo un riesgo que han sufrido especialmente las marcas japonesas en el último lustro. Cuando una cifra inmensa de automóviles esconden en sus entrañas idénticos componentes, y se descubre que uno de ellos es defectuoso, o incluso potencialmente peligroso para los usuarios, se generan campañas de llamadas a revisión proporcionales a ese mismo número. Una situación que emponzoña gravemente la imagen de la empresa y que, en ocasiones, mengua la liquidez de sus arcas si hay demandas de por medio.
Toyota se escuda en que lo que economice compartiendo plataformas y simplificando las fases de diseño y producción servirá para disponer de más recursos a la hora de concebir los productos. De este modo, será menos probable que adolezcan de taras y evitará que se repita el aciago episodio que ha atravesado recientemente la empresa.
Fuente | Toyota
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