SsangYong Monovolúmenes Pruebas
SsangYong Rodius 270Xdi Limited AWD 165CV, prueba (parte I)
Hablar de SsangYong no es hablar del pasado, de una marca prehistórica ni una marca que aún fabrica coches a pedales. Tiene una filosofía diferente, orientada a un público diferente y que se conforma con otras cosas que no son navegador de tropecientas pulgadas, ponerse a 250 km/h por carretera ni cosas así, más típicas […]
Hablar de SsangYong no es hablar del pasado, de una marca prehistórica ni una marca que aún fabrica coches a pedales. Tiene una filosofía diferente, orientada a un público diferente y que se conforma con otras cosas que no son navegador de tropecientas pulgadas, ponerse a 250 km/h por carretera ni cosas así, más típicas de otras marcas como Mercedes, BMW o Audi.
He de decir que cuando estuve en Gran Bretaña, allí el mítico Musso (4×4 enorme y largo) era comercializado por Daewoo, entonces conocida, por lo que estamos hablando de una marca que no es nueva y que no está tan adentrada en el mercado europeo como otras, pero igualmente comprable y con todas las garantías. A lo largo de la prueba iremos viendo como no tiene desperdicio.
Motor y prestaciones
El Rodius sólo monta un motor de 2,7 litros diésel de 165 CV independientemente de la versión, cuya cualidad no es precisamente la aceleración, que consigue llegar a los 100 km/h desde parado en 12,9 segundos. Trabaja poco revolucionado, con suficiente holgura para llegar a regímenes altos, pero que a menos de 2.500 vueltas es lo óptimo. El par máximo está en 340 Nm en el rango desde las 1.850 rpm hasta las 3.250. Lo malo es que sus emisiones de CO2 se sitúan en 250 g/km, teniendo que pagar un 14,75% de impuesto de matriculación.
No es un coche para correr, es para ir tranquilo con la familia de paseo de excursión o a la nieve. Su velocidad punta se sitúa en 186 km/h pero a más de 140 km/h, aunque es muy capaz de alcanzarlo, no es recomendable sobrepasarlo, bien por las multas, bien por el ruido que genera el viento. Estamos ante un monovolumen poco aerodinámico, todo hay que decirlo.
La versión probada dispone de una caja automática de 5 velocidades con cambio secuencial tanto en la palanca de cambios como en el volante, mediante dos botones situados a cada lado del mismo integrados perfectamente. Aunque el cuenta revoluciones marcaba un corte de inyección a las 4.500, no era recomendable apurar tanto por el consumo que se disparaba como por el poco tirón que íbamos a tener. Lo óptimo es cambiar a no más de 3.500 vueltas.
La velocidad en autopista se nota en el confort de la marcha, sobre todo en plazas delanteras donde el ruido del viento era considerable. Sin embargo en las plazas traseras apenas se nota y permite disfrutar del DVD equipado de serie con total tranquilidad. La suspensión blanda y ligeramente baja, independiente y con paralelogramo deformable, es muy apta para ciudad y carreteras a ritmo tranquilo, así como condiciones de lluvia o nieve y a pesar de disponer de tracción integral con reductora, fuera del asfalto no gana mucho, sino que más bien pierde.
La suavidad en la dirección y el tacto del volante termina de confirmar que es un perfecto compañero de viaje para grandes familias o excursiones con los amigos (y alguna que otra despedida de soltero). La conducción placentera está asegurada tanto para ocupantes como conductores.
Y toda esta suavidad en la dirección, confort de la marcha y bajo régimen de vueltas no afecta a los frenos. Discos ventilados delante y detrás me sorprendieron gratamente al hacer una frenada de emergencia. Muy pocos coches me habían parecido tan seguros en dicha frenada, puesto que, a diferencia de lo que se pueda pensar, no pierde trayectoria en recta y la eficiencia es muy alta, sobre todo tratándose de un vehículo de más de 2.200 kilos de peso.
Entramos en materia de consumos. Se puede plantear de dos maneras: la primera es que las cifras dichas tal cual pueden parecer elevadas para tratarse de un diésel pero la cosa cambia cuando hacemos la relación consumo/pasajero y teniendo en cuenta que dispone de 7 plazas, un consumo de un 40% por encima de un turismo normal no nos parecerá exagerado.
En nuestro caso, obtuvimos un consumo de 8,7 litros a cada 100 kilómetros, apenas 6 décimas por encima del oficial pero a una velocidad de crucero cercana a 110 km/h, por lo que se podría haber alcanzado esta cifra. Es un consumo excesivo para un viaje de 2 personas, pero teniendo en cuenta que se puede dividir entre 7 personas, no resulta excesivo, aunque ligeramente por encima del mercado actual. En el depósito caben 80 litros.
Capacidad Offroad
Aunque dispone de tracción integral de marcha corta y larga, además de la tracción total permanente, no se puede considerar como un auténtico todoterreno. Su tracción total y reductora va más orientado al uso sobre superficies deslizantes, y aunque estamos seguros que es posible atravesar un barrizal con ella, preferimos no probarlo y quedarnos con la duda. Nos quedamos con las ganas de probarlo en superficies muy deslizantes.
No dispone de control de descensos ni control de pendientes, pero sí podemos afirmar que puede subir cuestas bastante empinadas sin ningún esfuerzo. Su corta altura libre al suelo de 182 mm no permite grandes excursiones por terrenos abruptos ni con mucho desnivel constante pero fuerza y poderío no dudamos que no tenga.
El modo específico winter al que se accede mediante un botón al lado de la palanca de cambios, permite establecer una configuración mucho más suave en la transmisión y caja de cambios. La primera marcha no se usa para nada, ni para arrancar -tiene suficiente fuerza para arrancar en segunda- y la potencia del motor que se traslada a las ruedas es más suave para evitar patinazos.
En la segunda parte hablaremos de su peculiar diseño, tanto interior como exterior. No pretendemos convencer a nadie, simplemente os mostraremos todo lo que nos ha fascinado desde dentro, donde cada espacio y cada detalle está pensado. Y el que avisa no es traidor.
Prueba SsangYong Rodius 270Xdi Limited AWD 165CV | Parte II y Parte III
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