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Prueba Subaru XV Bifuel – Día 2: Bayonne > Clermont-Ferrand
Seguimos al volante del Subaru XV Bifuel, con funcionamiento a gasolina o GLP, por tierras francesas. En esta ocasión recorremos desde Bayona hasta Clermont-Ferrand, pasando por Burdeos, Rocamadour, Les Eyzies, Castillon- La Bataille, entre otros pueblos y te contamos todo sobre la ruta y el coche en esta segunda parte de esta prueba especial del Subaru XV.
Seguimos con la prueba del Subaru XV Bifuel con motor gasolina 2.0 de 150 CV y caja de cambios automática de seis relaciones. En este segundo día atravesamos media Francia hasta una de las ciudades centrales, Clermont-Ferrand. Será un recorrido interesante puesto que haremos una ruta por los pueblos más peculiares que nos podemos encontrar en esta zona central francesa.
Casi toda la prueba estamos intentando echar la menor gasolina posible y circular completamente con GLP. La conversión es sencilla, tenemos un mando en el tren central, que al pulsarlo activamos el gas. Ese mando dispone de cuatro LED que nos indican el estado de carga del depósito de gas y el LED inferior nos indica si circulamos con gasolina o GLP (en amarillo estamos circulando con GLP, en rojo aún circulamos con gasolina). El cambio es automático y no tenemos que parar o frenar para pasar a circular con autogas.
Día 2: Bayonne > Clermont-Ferrand (660 km)
Hoy el día amanece frio y completo en cuanto a distancia por recorrer y lugares que visitar. Y lo de frio no es por decir, puesto que rozábamos los 0 ºC a eso de las 9 de la mañana en Bayona. Nada más salir nos toca una autovía, totalmente gratuita, pero en obras y cruza una extensa zona boscosa típica de la zona de Bayona. El problema es que al estar en obras, los 100 km de recorrido por esa vía se hacen eternos y adelantar camiones (aunque está permitido) es todo un riesgo por la poca anchura que han dejado para circular (para que después hablen de España y la mala organización de nuestras obras).
La primera ciudad que visitamos, o mejor dicho que pasamos, es Burdeos (foto del arco), bastante pintoresca pero al ser domingo nos tocó una especie de mercadillo en el centro de la ciudad y circular por ella era una tarea complicada y ligeramente caótica. De ahí salimos con un paisaje típico de viñedos, aun no es la época del vino, pero es precioso ver los diferentes Chateaux y viñedos a ambos márgenes de la carretera.
El ajetreo de Burdeos esta mañana de domingo, contrasta con la paz y tranquilidad que encontramos en Castillon- La Bataille. Este pueblecito medieval a orillas del rio además de trasmitir tranquilidad es un lugar histórico. Aquí se celebró la última batalla de la «Guerra de los Cien Años«, disputa entre los franceses e ingleses en 1453.
En nuestro recorrido por la típica nacional con árboles a ambos lados, empezamos a percatarnos que hay que tener mucho cuidado a la entrada de los pueblos, porque aparece la típica señalización que mide la velocidad y la muestra digitalmente y eso sirve como aviso a un posible radar en el pueblo, al menos es algo que vimos en varias ocasiones. La primera vez, un simpático motorista hizo saltar el radar de noche y nos previno de su colocación, y después era habitual encontrar radares señalizados con ese medidor de velocidad digital.
Seguimos nuestra ruta en dirección a Les Eyzies, y pasamos por más pueblos medievales junto al río, hasta llegar a Lalinda, otro pueblo con mucho encanto. Sobre el medio día llegamos a Les Eyzies, un lugar que ha crecido bajo la montaña, es peculiar sobretodo visto desde el propio pueblo, parece que en cualquier momento la montaña se va a desplomar sobre el pueblo.
Finalmente salimos de Les Eyzies y emprendemos el rumbo hacía Rocamadour, una joya escondida en mitad de la montaña. Además de la curiosidad que genera la construcción (en plena ladera de una montaña) también es conocido por el santuario de la Virgen Negra. Desde la Edad Media es un lugar de peregrinación, que atrae a muchos turistas. Lo mejor es ir por la tarde y esperar a que se haga de noche en el pueblo, puesto que la vista nocturna te dejará sin palabras.
Camino Rocamadour, el navegador del Subaru (que hasta el momento se había portado muy bien, estando muy completo en funciones) decide practicar algo de conducción off-road y nos guía durante 20 km por una pista forestal o algo similar (supongo que sería un atajo). Ya de noche llegamos a la ciudad de Clermont-Ferrand.
Impresiones de conducción
A medida que van pasando los kilómetros sigo manteniendo que la postura de conducción es cómoda para viajar, además, con algo más de tiempo analizamos la plazas traseras y hay espacio suficiente para las piernas e incluso para la cabeza. Cuatro adultos pueden viajar sin problemas en el Subaru XV.
Otro detalle que nos gusta, sobre todo cuando viajas, es la cantidad de huecos que tiene en las plazas delanteras. Ya sea para dejar una botella, en las puertas dispone de guanteras amplias o incluso en el tren central. Eso sí, la guantera principal no es muy grande.
En cuanto al rodaje, el tacto del pedal del freno y de la dirección nos parece mejorable. Camino Rocamadour lo probamos en una carretera de curvas y el XV mantiene de manera notable el tipo, con la única pega en el tacto de la dirección (demasiado artificial). A medida que nos vamos haciendo con la caja de cambios, la dejamos revolucionar mucho menos (gracias a las levas) y conseguimos un funcionamiento más suave y eficiente. El motor se nota que es boxer por la suavidad que ofrece.
Al caer la noche las luces de xenon alumbran bien, pero demasiado bajas, y como la regulación es automática poco podemos hacer. En los 150 km restantes desde Rocamadour hasta Clermont los hacemos de noche completamente, entre las luces de xenon y las largas, la iluminación es correcta (exceptuando el detalle de la altura).
Las cifras de consumo en este recorrido son de 45 litros de GLP consumidos en 520 km, es decir, 8,6 l/100 km de GLP. En término de costes, repostamos en España (en San Sebastián a 0,76 €/litro) por lo tanto hemos rodado 520 km con 34,2 euros. Cuando funcionamos con gas se nota que pierde algunos caballos, en recorridos normales no importa, pero a la hora de circular por autovía o de afrontar una subida prolongada el coche es perezoso.
Nos quedamos sin gas antes de llegar al destino, y aunque en Francia hay muchos puntos de reposaje de GLP mejor hacerlo antes de las 7 de la tarde, porque sino, probablemente estén cerrados. El resto de combustibles se pueden repostar mediante un sistema automático siempre que tengamos tarjeta de crédito, pero para el GLP tiene que ser una persona la que nos cobre, así que mejor repostar en horario laboral (en Francia antes de las 7 de la tarde).
En la siguiente etapa iremos desde Clermont-Ferrand hasta Ginebra, y habrá una recorrido interesante donde el frío y la nieve serán los protagonistas.
Fotos | Equipo de Pruebas
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