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Prueba especial Honda CR-Z, Madrid > Bordeaux (Día I)
Llegamos a Madrid cogemos el Honda CR-Z y nos disponemos a salir hacía el país vecino, por delante muchos kilómetros y más que nos quedarán para llegar finalmente a Frankfurt en tres días. Pero lo más importante es que vamos a conocer como se comporta en carretera el híbrido de Honda. Y de paso, claro […]
Llegamos a Madrid cogemos el Honda CR-Z y nos disponemos a salir hacía el país vecino, por delante muchos kilómetros y más que nos quedarán para llegar finalmente a Frankfurt en tres días. Pero lo más importante es que vamos a conocer como se comporta en carretera el híbrido de Honda.
Y de paso, claro está, haremos un poco de turismo sin salir de casa para que si alguna vez podéis hacer este recorrido, y lleváis algo más de tiempo que nosotros, pues hagáis turismo. Además en este recorrido hasta Frankfurt hemos prescindido lo máximo posible de las autopistas, circulando sobre todo por nacionales francesas y pasando por pueblos y lugares muy interesantes.
Día 1- Madrid > Bordeaux (700 km)
Salimos de Madrid por la mañana y preferimos dejar atrás cuanto antes el tráfico de la gran ciudad, pero siempre hay una parada, para aquellos que salgan de Madrid por la A-1, que recomendamos y es Buitrago de Lozoya (a 75 km de Madrid). Es el último pueblo de la Comunidad de Madrid por la A-1 y destaca especialmente por su recinto amurallado a los pies del Rio Lozoya, que si os acercáis en invierno probablemente os lo encontréis helado.
Después de esta breve parada seguimos hacía Burgos, en un día de mucho calor, apenas hay gente por la calle a medio día y curiosos los semáforos que te señalan el tiempo que falta para que se pongan en verde. Hacemos una breve parada para comer y continuamos. De Burgos al país vasco el recorrido es bastante monótono, pero a medida que nos vamos acercando al norte el paisaje va cambiando.
De camino, pasamos por Navarra (aunque sean pocos kilómetros) pero se nota el cambio de paisaje, ahora destacan los prados verdes y los típicos caseríos en medio de grandes pastos. El paisaje es muy bonito, además se ha calmado el calor.
Seguimos el recorrido y llegamos a Irún, a pocos kilómetros tenemos la frontera, donde destaca especialmente el último pueblo español, puesto que nuestros vecinos galos se suministran de tabaco y gasolina de manera considerable.
El primer pueblo francés es Saint Jean de la Luz, un pueblo costero bastante interesante, destacando como balneario. Desde aquí seguimos hasta Bordeaux, a donde llegamos prácticamente de noche. Esta es una ciudad interesante, y además la zona merece la pena pararse, ver sus viñedos y chateaux donde el medio de vida es el vino, que goza de gran fama internacional.
Desde Bordeaux hasta Soulac-sur-Mer, en la costa, hay una ruta muy interesante entre viñedos y castillos que nos llevará unas horas hacerla pero merece la pena. Y aquí acabamos la etapa de hoy, mañana seguimos camino a Auxerre cruzando Francia.
Impresiones de conducción
Lo primero que nos llamará la atención del CR-Z es su diseño, con unos rasgos muy Honda, sobretodo en el portón trasero, pero que sin duda no te dejan indiferente. Una vez que nos subimos en él, destaca también por una postura de conducción peculiar, baja y a la que cuesta acostumbrarse en un primer momento, es bastante deportiva.
Otro detalle que hay que contar del CR-Z es que se trata de un vehículo híbrido, pero que une un motor gasolina 1.3 IMA con un motor eléctrico que combinados ofrecen una potencia total de 124 CV, más que suficientes para mover al CR-Z con soltura. Pero a diferencia de otros híbridos, el motor eléctrico nunca funciona sólo, siempre acompaña y asiste al motor de gasolina.
Esto a priori puede parecer un handicap en ciudad, donde si el motor eléctrico funcionará en solitario a baja velocidad podríamos conseguir mejores consumos, pero se convierte en un aliado en carretera porque al contar con la asistencia del eléctrico, el motor de combustión presenta unos consumos realmente ajustados. Nosotros mismos lo hemos comprobado en el recorrido desde Madrid al País Vasco, predominantemente por autovía a una velocidad de 120 km/h y tramos a 100 km/h.
Pues bien el consumo medio ha sido de sólo 5,3 litros a los 100 km, una cifra muy ajustada tratándose de un motor gasolina de 124 CV. La mayor parte del tiempo, cuando requeríamos una mayor aceleración funcionaba el motor eléctrico asistiendo al de combustión y por eso consigue una cifra de consumo tan ajustada.
Pero aunque es un vehículo híbrido también tiene su parte deportiva, o algo más deportiva. El CR-Z cuenta con tres modos de conducción: ECO, Normal y Sport. El primero prima el ahorro de combustible, siendo más suave en la respuesta al acelerador, recuperando energía en las frenadas, y con un funcionamiento en general más suave.
El segundo es conducción normal, mientras que el modo Sport hace que el coche tenga una mejor y más rápida respuesta al acelerador, comportándose (dentro de los 124 CV) de manera más efectiva en carretera o permitiéndonos mayores licencias en adelantamientos.
Fotos | Equipo de pruebas
un comentario
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Interesante prueba, Diego. Se nota que sois profesionales y con dedicación.
Enhorabuena.