Peajes en Portugal: el conflicto de los impagos en autopistas

El asunto de los peajes de Portugal lleva varios años dando coletazos a los usuarios españoles que han circulado por las autopistas lusas. Es un tema candente que está provocando que hasta 300.000 conductores españoles hayan sido identificados como infractores y estén recibiendo notificaciones para que salden su deuda con las concesionarias de las vías de pago portuguesas.

De momento se están reclamando los impagos de las autopistas (que siempre fueron de pago pero algunos conductores no lo hacían al pasar por la zona de «adherentes»), aunque también se está empezando a reclamar el impago de las antiguas autovías (ex-SCUTs) que ahora son de pago con pocas facilidades para los conductores. Desde el año 2012, fecha en que se puso en marcha este sistema, muchos conductores de nuestro país han circulado sin pagar los peajes y ahora se les está reclamando su importe.

Más de 300.000 afectados por impagos en autopistas y Ex-SCUTs portuguesas

De estos 300.000 conductores identificados ya han sido 30.000 los que han recibido la notificación de las autoridades lusas reclamando la deuda, a través de varias empresas de reclamación de deudas y un bufete español. Antes de final de año saldrán de las oficinas portuguesas otros 70.000, que reclamarán una cifra que asciende a varios millones de euros (sólo a los conductores gallegos se les reclama 11 millones de euros).

En las antiguas Scuts (autovías que ahora son de pago), el sistema funciona como un telepeaje de los que se utilizan en España, pero con la particularidad que son el único sistema para pagar. Es decir, para poder circular por las carreteras de Portugal se ha de contratar este servicio, tener un Via-T compatible, pagar por internet anticipadamente o mediante Visa en las zonas previstas en las entradas de estas vías. Es un sistema complejo y que causa mucha confusión entre los conductores españoles, que no saben bien a qué atenerse o desconocen aún como pagar.

Las reclamaciones son de cantidades pequeñas, ya se trata de peajes normalmente bajos, sobre los 4-10 euros, pero pueden acarrear muchos gastos. Por ejemplo, una reclamación a una empresa de transporte ha recibido una reclamación de 4,40 euros, pero con gastos queda en 211,54 euros. La empresa española que gestiona los cobros, suma unos 25 euros fijos a la reclamación en unos «supuestos» costes de tramitación. Un aumento incomprensible y que duele al bolsillo.

Ante una reclamación de este tipo: asesorarse bien y en su caso reclamar

Los conductores españoles a los que se ha solicitado el pago están comenzando a realizar reclamaciones sobre estas notificaciones. El principal problema está en la desinformación existente, ya que muchos conductores no se niegan a pagar en los peajes. Simplemente, no saben cómo hacerlo.

Algunas de estas notificaciones alcanzan los 22.000 euros, así que es algo serio y a tener en cuenta. De todas maneras, algunos despachos de abogados está estudiando las notificaciones y han detectado errores en ellas. Desde ellas se aconseja ponerse en manos de asesores jurídicos y recurrirlas administrivamente.

Entre los errores localizados está la falta de comprobación del conductor del vehículo sancionado. Es decir, se remite la reclamación al propietario actual, sin tener en cuenta las transmisiones que haya sufrido este con anterioridad. Es decir, que puede haber cambiado de propietario y las autoridades lusas no lo tienen en cuenta y lo ha de pagar el propietario actual.

También se han detectado errores en las lecturas de matrículas, por lo que puede que la reclamación llegue a titulares distintos a los sancionados, que pueden no haber estado nunca en Portugal. La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) aconseja a sus asociados que se dirijan a las asociaciones de transporte para asesorarse.

Los conductores particulares deberían consultar con las asociaciones de conductores, como el RACE, para informarse bien sobre las opciones reales que tienen y evitar futuras infracciones cuando viajen a Portugal de nuevo.

Vía | FENADISMER