Un 12% más de turismos suspenden la ITV por defectos de carrocería
Los vehículos que pasaron por las ITV españolas presentaron 3,4 millones de defectos en la carrocería, de los cuales 531.000 fueron considerados graves.
Frente a 2015, el número de vehículos que se presentaron a pasar la ITV con defectos leves en su carrocería se incrementó en un 7,3 por ciento, mientras que aquellos que presentaban un defecto grave experimentaron un crecimiento del 11,1 por ciento.
La situación real es mucho más grave de lo que pudiera parecer a tenor de las cifras, puesto que estos incrementos en el número de vehículos con defectos en su carrocería se producen después de que durante el período 2011-2015 los defectos leves ya hubieran aumentado en un 42 por ciento y los graves en un 17 por ciento.
El número de vehículos que no pasan la ITV a la primera por defectos en su carrocería prosigue su incremento, en parte motivado por la creciente antigüedad del parque móvil español. Entre los turismos también fue muy significativo el incremento de vehículo con la chapa en mal estado. Casi 1,7 millones de vehículos (un 7,1 por ciento más que el año 2015) superó la ITV con defectos leves en su carrocería, mientras que 255.000 fueron rechazados debido a que los defectos que presentaban eran demasiado graves para dejarlo pasar. Esta cifra fue un 12% superior a la del año anterior, cuando 219.000 vehículos fueron rechazados por esa misma causa.
Según Jordi Ortega, responsable de la red de talleres expertos en chapa y pintura Certified First, «la importancia de la carrocería del vehículo va más allá de la parte meramente estética. Su conservación tiene mucho que ver con la seguridad, la aerodinámica o el consumo, cuestiones que a todos nos preocupan».
Al pasar la ITV, los inspectores técnicos se fijarán especialmente en determinados aspectos de la carrocería, prestando especial atención a los posibles defectos de estado (óxido, corrosión, perforaciones, desperfectos,…), a la existencia de aristas vivas o cortantes, a los anclajes de portacontenedores inexistentes o deteriorados, fijaciones defectuosas en los paragolpes o aquellos espacios por los que pudieran entrar humos del vehículo en el interior del habitáculo.
«En la práctica —afirma Jordi Ortega— es muy complicado establecer criterios objetivos de medición para temas como la corresión. Por eso, lo mejor es prevenir y solucionar los pequeños problemas de chapa y pintura que surjan en nuestro coche y no dejar que se acumulen, pues eso provocará incidencias aún más graves».
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