Nuevo MINI: Presentación y prueba en Madrid

Daniel Valdivielso @valdi92 11 marzo 2014 5 min.

Nuevo MINI: Presentación y prueba en Madrid

Uno de los modelos ingleses más irónicos se renueva. Hablamos del MINI, que se acaba de lanzar en su ya tercera generación desde que fue adquirida por BMW. Highmotor se ha puesto a los mandos para extraer todas las sensaciones en una prueba de la que te contamos todos los detalles.

Highmotor ya ha tenido la oportunidad de conducir uno de los vehículos más icónicos que podemos encontrar en nuestras carreteras. Hablamos de la tercera generación del MINI.

Este nuevo MINI se renueva en su totalidad, tanto en técnica como en imagen, manteniendo sin embargo todas esas cualidades que le han convertido en uno de los vehículos más populares de los últimos años. Nosotros hemos querido comprobarlo en persona, y por eso nos hemos puesto tras el volante. ¿Nos acompañas?

Diseño exterior

Esta tercera generación del MINI, cuya denominación interna es F56, evoluciona notablemente en su exterior, manteniendo una imagen plenamente reconocible. Crece en dimensiones, alcanzando ahora una longitud de 3´82 metros, lo que implica una ganancia de casi 10 cm respecto al R56, la generación saliente.

En general, el MINI crece minimamente, ofreciendo un aspecto más robusto y mejorando por tanto las cotas internas de habitabilidad y maletero, así como la conducción, gracias a una distancia entre ejes de 2´5 metros.

Se mantienen signos característicos del modelo como los faros redondeados, la parrilla hexagonal o los escapes vistos, ya sea en un lateral o en el centro en el caso de los Cooper S y Cooper SD.

Diseño interior, equipamiento y seguridad

Si el exterior lo podemos calificar de una buena evolución, en el interior podemos hablar de auténtica revolución. Nada se conserva de los anteriores MINI, encontrándonos un habitáculo muy mejorado respecto a sus antecesores.

Tanto los materiales como los acabados han dado un gran salto adelante, con plásticos acolchados a lo largo y ancho de la cabina, ajustados de forma más que correcta, como se espera de un producto de aspiraciones premium como este.

Se ha redistribuido también la posición de los mandos e instrumentos. Por ejemplo, el polémico cuentakilómetros pasa ahora a situarse detrás del volante, en un lugar más convencional pero más cómodo y seguro para el conductor. Además, el grupo de instrumentación situado tras el volante se mueven solidariamente con éste último cuando ajustamos su posición.

En la consola central encontramos ahora el equipo multimedia del MINI junto con los mandos del climatizador, además de diversos interruptores que activan/desactivas diferentes funciones del vehículo, dependiendo del equipamiento.

Hablando del equipamiento, la dotación del MINI también crece, y ahora es posible equiparlo con gadgets más avanzados como el control de crucero adaptativo, Head-Up Display o un sistema multimedia con aplicaciones Android e iOS.

La seguridad toma un papel relevante en esta nueva generación, que incluye tecnologías como el capó activo, los faros full LED o el asistente de aparcamiento inteligente.

Pese a que el MINI ha crecido en dimensiones, no podemos obviar que se trata de un vehículo que no supera los 4 metros y que, por tanto, la habitabilidad no es su mayor punto fuerte. De esta manera, 4 ocupantes viajarán de forma razonablemente cómoda, aunque los pasajeros de la parte trasera se acabarán resintiendo, sobre todo por el escaso espacio para las piernas.

El maletero sin embargo, crece de forma sustancial, alcanzando ahora los 210 litros en posición normal. Esto implica un incremento de más del 30% respecto al modelo saliente. Además, esconde un doble fondo muy práctico para posibles objetos pequeños.

Propulsores

Uno de los aspectos más novedosos del MINI es su renovada gama de motores. Todos los propulsores son ahora turboalimentados, estrenando por primera vez unidades de 3 cilindros tanto diésel como gasolina.

Si hablamos de gasolina, podemos escoger entre:

One 75/One: 1.2 Turbo, 3 cilindros. 75 CV y 150 NM o 102 CV y 180 NM.
Cooper: 1.5 Turbo, 3 cilindros. 136 CV y 220 NM.
Cooper S: 2.0 Turbo, 4 cilindros. 190 CV y 280 NM.

En caso de escoger diésel, se podrá optar por una de estas opciones:

One D: 1.5 Turbo, 3 cilindros. 92 CV y 220 NM.
Cooper D: 1.5 Turbo, 3 cilindros. 116 CV y 270 NM.
Cooper SD: 2.0 Turbo, 4 cilindros. 170 CV y 360 NM.

Una gama muy completa con unos consumos muy bajos y unas prestaciones brillantes. Sin ir más lejos, el modelo Cooper acelera de 0 a 100 km/h en 7´9 segundos, mientras que la versión Cooper S emplea únicamente 6´8 segundos.

Se podrá escoger también (exceptuando el One D) una transmisión automática de 6 relaciones de gran rendimiento. Todas las versiones irán de serie combinadas con una caja de cambios manual de 6 velocidades.

Sensaciones de conducción

Llegamos a la parte más interesante de este análisis, la conducción. Por fin nos ponemos al volante de una unidad Cooper con transmisión automática. Una elección que, si bien no es la más popular, no deja de ser interesante.

La combinación del propulsor TwinPower Turbo de tres cilindros con una caja de cambios automática firmada por el especialista ZF da un resultado soberbio. El carácter propio de los motores tricilíndricos queda prácticamente eliminado, olvidándonos de vibraciones y ruidos extraños el 95% de las veces.

Dotada de Start&Stop, el funcionamiento de la ZF es muy agradable, con unas inserciones rápidas y precisas incluso en modo manual, en el que permite apurar las marchas y reducir en situaciones que otras cajas evitarían.

Los consumos son destacables. Después de un trayecto muy variado de 100 km aproximadamente, hemos obtenido un consumo final de 6.0 litros cada 100 kilómetros, una cifra muy buena teniendo en cuenta que la ruta incluía carreteras de montaña donde extraer el potencial al conjunto.

El chasis, junto con la suspensión y la dirección, forman un equipo imbatible cuando la carretera se retuerce. Hablamos de una dirección hiper-directa y muy precisa, que combinada con una amortiguación enfocada a la conducción, nos ofrecen un tacto muy deportivo y comunicativo. Como punto negativo, cabe destacar la rigidez del conjunto muelle-amortiguador, que en determinadas ocasiones puede resultar excesiva.