MINI Countryman Cooper D, prueba (Parte II)

Diego G. Moreira     20 marzo 2011     5 min.
MINI Countryman Cooper D, prueba (Parte II)

Seguimos con la prueba del MINI Countryman Cooper D, el SUV visto desde los ojos de la marca británica. Bajo el capó tiene un motor diesel 1.6 D de 110 CV, motor suficiente para mover al Countryman y que sobretodo destaca por los consumos. Además lejos de lo que pueda parecer, el Countryman sigue manteniendo […]

Seguimos con la prueba del MINI Countryman Cooper D, el SUV visto desde los ojos de la marca británica. Bajo el capó tiene un motor diesel 1.6 D de 110 CV, motor suficiente para mover al Countryman y que sobretodo destaca por los consumos. Además lejos de lo que pueda parecer, el Countryman sigue manteniendo la esencia MINI de diversión al volante. Todo esto lo analizamos de manera detallada en la primera parte de la prueba.

Ahora nos toca hablar del diseño, un punto importante en cualquier MINI, puesto que unas de las señas de indentidad de la marca es precisamente su diseño retro, tanto exterior como interior. Pero además en esta segunda parte también veremos el espacio interior, porque uno de los puntos que más me ha gustado del Countryman es su interior, con las cuatro puertas nos ofrece más versatilidad que el resto de la gama y además ganamos en espacio para los ocupantes de las plazas traseras y maletero.

Diseño exterior

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Por delante sigue manteniendo las líneas principales de un MINI, con una mayor altura libre del suelo y algunos cambios en el frontal, pero son pequeños cambios manteniendo el ADN del diseño. Precisamente en el frontal nuestro Countryman equipaba como opción unos faros de largo alcance, que se encienden automáticamente cuando conectamos las luces largas, visualmente son bonitos, pero no son tan prácticos porque al circular por carreteras en mal estado vibran y se convierten en molestos. También son molestos de noche cuando circulamos por autovías donde el asfalto no es regular, eso sí, la iluminación quitando este detalle es buena.

mini_countrymanAdemás cuenta con luces bi-xenon que siempre con un extra recomendable por la calidad de la iluminación. Siguiendo con el diseño nos centramos ahora en la línea lateral donde nos encontramos las cuatro puertas y nos damos cuenta que es un MINI de un tamaño considerable, puesto que los cuatro metros de largo se notan, sobre todo en su interior.

En la zaga nos encontramos unos faros que no comparte con ningún modelo de la gama MINI, con el logo presidiendo el portón (que a su vez hace las veces de mando para abrir el maletero). Se nota que el diseño de MINI sigue presente ahora con cuatro puertas. De hecho, mientras hicimos la prueba del Countryman era el centro de muchas miradas, al igual que lo fue (o lo sigue siendo, mejor dicho) el MINI convencional.

Diseño interior, habitabilidad y calidad de materiales

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Abrimos la puerta, nos sentamos y nada más ponernos al volante del Countryman nos encontramos con un interior conocido, similar al de los otros MINI, con el velocímetro presidiendo el centro de la consola central y con los típicos mandos MINI para los elevalunas y luces antiniebla. El velocímetro central no es muy práctico para controlar la velocidad, pero en el cuenta-vueltas encima del volante han dispuesto de una pantalla que nos indica digitalmente a que velocidad vamos.

En nuestro Countryman disponíamos del sistema de navegación, que se inserta dentro del velocímetro, una solución muy vistosa y también práctica. Además el sistema de navegación nos ha parecido muy fácil de usar e intuitivo, con sólo dos botones y un joystick controlamos desde el equipo de sonido hasta el sistema de navegación.

miini_countrymanLa mayoría de los mandos los tenemos a mano, pero otros por el diseño se ha sacrificado la practicidad (como los elevalunas delanteros) es una pega menor que hay que pagar por un diseño más exclusivo. En general la calidad interior es buena, pero hay una mezcla de materiales que desluce el conjunto, porque en la consola central tenemos plásticos con tacto de goma de calidad y otros más duros y con peor tacto (como el que recubre el velocímetro).

Centrándonos en la postura de conducción, en el Countryman vamos ligeramente más altos que en un turismo, con una postura de conducción correcta y unos asientos (de cuero en nuestra unidad) con un mullido correcto, pero a los que le faltaba algo más de sujeción lateral. El volante tiene un diámetro más bien pequeño lo que lo convierte en muy manejable (una rasgo típicamente BMW).

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El Countryman destaca en su interior por el espacio, nuestra unidad disponía de cinco plazas (se puede pedir con rail central completo y cuatro plazas o cinco plazas), en ellas pueden viajar cinco adultos sin problemas, además disponen de espacio suficiente para los pies y para la cabeza. En nuestra unidad el techo solar aportaba un toque diferente y sobretodo mucha luz al interior.

Y hablando de luces, nuestro Countryman tenía disponible la iluminación interior cambiante, de esa manera los diferentes LED que teníamos en el interior del coche podían cambiar de color con sólo darle a un botón, es un equipamiento prescindible, pero que sin duda acentúa la exclusividad del modelo.

Huecos y maletero

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En el apartado de huecos nuestro MINI no dispone de muchos lugares donde poder dejar nuestras cosas, y los que tienen son algo pequeños. Cuenta con el práctico rail central donde podemos incorporar nuestros accesorios pero no tiene muchos huecos para dejar el móvil o las llaves sin ser en las guanteras de las puertas o en los posavasos.

Donde más ha ganado el Countryman con respecto al resto de la gama, además del espacio interior, es en el maletero que ahora tiene una capacidad de 350 litros, pero como podemos mover los asientos traseros, cuando los adelantamos del todo tenemos una capacidad de carga de 450 litros.

En la tercera parte de la prueba nos centraremos en el equipamiento de serie, el de seguridad, y como de costumbre, nuestra valoración general sobre el MINI Countryman y sus precios.

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Fotos | David Taboada

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