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Lexus IS 250 F-Sport, prueba (Motor y prestaciones)
Al volante del Lexus IS 250 F-Sport con motor gasolina de 208 CV. En esta primera parte de la prueba valoramos el motor, prestaciones, comportamiento y consumo del japonés.
Vivimos en unos años donde lo racional prima, el ser ahorrador, economizar, medir el gasto y controlar el disfrute para que no suponga un desembolso extra. En los coches, lo más lógico es diesel por el ahorro que suponen… Pero, ¿todo hay que medirlo por la economía? ¿la pasión no cuenta nada?
Hoy probamos un Lexus con un motor que es todo un viejo conocido en el fabricante japonés. Hablamos del Lexus IS 250 F-Sport, con propulsor gasolina de 2,5 litros V6 y una potencia de 208 CV. No tiene turbo, es completamente irracional y un propulsor creado a la vieja usanza. Eso sí, es altamente adictivo.
Antes de continuar con la prueba os vamos a emplazar a otra del mismo modelo, pero eso sí, con un propulsor más ahorrador, el Lexus IS 200d F-Sport, manteniendo la misma deportividad que le aporta el pack F-Sport. Exteriormente no hay cambios entre las dos versiones, pero si quieres conocer un coche que te haga disfrutar de la conducción no te pierdas esta prueba.
Motor y prestaciones
Como ya adelantaba al principio, la motorización de este IS es una vieja conocida dentro de la marca Lexus. Su genialidad radica en la sencilleza de un motor conocido, sin turbo, sin exprimir al máximo y sobretodo con la suavidad que le aportan sus seis cilindros en V y con potencia más que suficiente con sus 208 CV.
Nada más arrancar el coche un suave «ronroneo» le aporta la nota acústica al diseño deportivo marcado por el pack F-Sport. Se nota que bajo el capó hay caballos y que sólo están esperando a que pisemos el acelerador para responder con su fiereza.
Cuando decidimos arrancar y pisar el acelerador, la progresividad es la nota característica, no vamos a notar un tirón de potencia y en todo momento es un motor suave que sube alegremente de vueltas y que responde con fuerza a nuestras órdenes.
Eso sí, como buen motor gasolina, tenemos que subir hasta las 2.500 vueltas para que todos los caballos despierten y así se mantendrán hasta las 6.000 r.p.m. Por debajo de estas cifras, es un motor muy tranquilo que no demuestra tener tanta potencia como marca su ficha técnica.
Disponemos de dos modos de conducción, el PWR y SNOW, el primero de ellos hace que sea más rápida la respuesta del motor al pisar el acelerador y el segundo es para la nieve, reduciendo el par motor que envía a las ruedas para evitar patinar.
Asociada a este motor va una caja de cambios automática de seis relaciones, no es lo más actual en cajas de cambios pero cumple correctamente su cometido. Dispone de función Sport para llevar el coche más alto de vueltas y también de levas, si bien, la rapidez cambiando de marchas es mejorable en modo secuencial.
Una cosa que nos ha gustado, es la respuesta cuando necesitamos por cualquier casual un aporte extra de potencia. Estamos adelantando, necesitamos más fuerza y pisamos a fondo el pedal del acelerador y en ese momento el motor sube hasta 5.000 vueltas y literalmente propulsa al IS.
Comportamiento
Lo primero a remarcar es que el Lexus IS no es un deportivo, es decir, tiene un motor potente y muy prestacional, pero su cometido va encaminado hacia el confort interior y no tanto hacía una deportividad pura. Al menos es lo que notamos nada más ponernos al volante del coche, puesto que a la suavidad del propulsor hay que sumarle una excelente insonorización interior y una puesta a punto de suspensiones que aíslan perfectamente a los ocupantes de las inclemencias del asfalto.
Esta comodidad y confort está fuera de toda duda, sobretodo si vemos las ruedas, unas llantas de 18 pulgadas con un perfil bajo, algo que restaría confort interior y aún así, sigue siendo muy eficaz en este apartado. Las suspensiones están en un buen punto medio entre firmeza y confort.
Dinámicamente hablando es un coche que mantiene el tipo en zonas complicadas como un puerto de montaña o zonas de curvas rápidas con constantes cambios de apoyo, pero eso sí, no deja mucho juego al conductor porque a la mínima salta el control de estabilidad para que el IS esté siempre controlado.
Precisamente la única pega personal en este aspecto es lo intrusivo que puede llegar a ser el ESP, está bien que el coche entre controlado pero es que no deja prácticamente margen para el conductor, actúa a la mínima, algo que lo notaremos sobretodo en una carretera con curvas rápidas.
Finalmente la dirección y los frenos cumplen con su cometido de manera correcta, sin grandes detalles a destacar.
Eso sí, en la época actual donde todo son motores lo más eficientes posible y cargados de turbos para poder exprimir hasta el último caballo, es una auténtica gozada ponerse al volante de este propulsor V6 que destaca por potencia, suavidad, y por el confort que ofrece el coche cuando vamos en carretera.
Consumo
Por todos es sabido que a los caballos hay que alimentarlos, darles de beber, y claro si además son 208 CV y ordenados de manera tradicional pues el consumo no es precisamente bajo. Aún así, las cifras se mantienen dentro de lo normal y no son excesivamente elevadas tratándose de esa potencia y siendo gasolina.
En carretera el consumo del IS 250 está entre los 8,5 y los 9 litros a los 100 km, mientras que en autovía baja hasta los 7,3 litros en nuestro recorrido habitual de 1200 km (Madrid>Vigo>Madrid).
En ciudad las cifras se disparan ligeramente hasta los 12 litros a los 100 km, algo totalmente normal. Pero vuelvo a insistir que para ser un motor de 2,5 litros V6 y gasolina, no son cifras muy altas.
En la segunda parte de la prueba nos centraremos en resumir, puesto que ya hemos probado, las características de diseño y habitabilidad del IS, además de los precios y equipamiento, para finalizar con nuestra valoración general del modelo. Y de nuevo si quieres seguir leyendo más sobre el Lexus IS, te recomendamos nuestra prueba del IS 200d F-Sport.
Fotos | Diego G. Moreira
Localizaciones: Illa de Arousa, Pontevedra y Nigrán
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