Land Rover Range Rover Pruebas SUV
Land Rover Range Rover 4.4 SDV8 de 340 CV Vogue, prueba (Diseño exterior, interior y acabados)
Segunda parte de la prueba del Land Rover Range Rover equipado con el motor diesel V8 de 340 CV. En esta segunda parte de la prueba analizamos el diseño exterior del británico y además repasamos el interior. La calidad o el espacio que ofrece a sus ocupantes son dos temas que trataremos en esta segunda parte de la prueba.
Seguimos montados en el Land Rover Range Rover y desde hace unos días te estamos contando todo sobre este 4×4 de lujo, uno de los pocos que pueden llamarse 4×4 en el panorama actual donde proliferan SUV. El Range Rover lo hemos probado con el motor diesel más potente, el V8 de 340 CV y caja de cambios automática de ocho relaciones.
Todo sobre el potente motor, prestaciones o el comportamiento off-road, te lo hemos contado en la primera parte de la prueba. Ahora en esta segunda parte vamos a analizar el diseño exterior y el renovado interior, así como el espacio que ofrece a los ocupantes o la calidad de los materiales.
Diseño exterior
El cambio generacional se nota en el exterior, pero sin embargo, sigue manteniendo las líneas maestras de la generación anterior -y en parte tradicionales- actualizando el diseño con cambios más sutiles, redondeados y modernos.
En el frontal, la estética tradicional y robusta de un Range Rover sigue presente, pero ahora destacan los nuevos faros delanteros, que incorporan tecnología LED para las luces diurnas y una parrilla de mayores dimensiones que aporta un toque moderno. La novedad se vuelve a notar en las rejillas debajo de los faros o en el diseño de los antinieblas.
Lateralmente, además de las grandes llantas de 20 pulgadas que equipa nuestra unidad de pruebas, destaca la línea recta que recorre desde el frontal hasta la zaga, así como una generosa superficie acristalada (las ventanillas tienen un tamaño considerable). Varias rayas a la altura de la puerta dibujan un diseño similar al de unas branquias, y la línea inferior cromada pone el punto y final al diseño lateral.
En la zaga de nuevo nos encontramos con cambios menores, pero en el mismo camino que lo visto hasta ahora. Es decir, sutiles renovaciones que mezclan el diseño tradicional con nuevas tecnologías. Los faros disponen de tecnología LED y se prolongan desde el lateral del vehículo.
Un detalle práctico es la doble apertura del portón, tipo ranchera, y lo más curioso es que al ser eléctrico, se abren y cierran automáticamente, las dos partes del portón -todo un detalle premium-.
Pero esta cuarta generación también ha perdido peso, el desarrollo ha sido prácticamente desde cero y los ingenieros de Land Rover han optado por un nuevo chasis monocasco que cambia el acero por el aluminio consiguiendo una reducción de 420 kg de peso.
Diseño interior, espacio y calidad de acabados
Por dentro sigue intacta la calidad, los acabados y en general el espacio que ofrece a sus ocupantes. Pero el diseño se ha renovado por completo, ofreciendo un salpicadero muy similar al que estrenó el Range Rover Evoque. Un salpicadero limpio en formas y en botones, donde la pantalla central de 8 pulgadas y táctil, es la protagonista.
Incluso algunas funciones del climatizador se hacen desde la pantalla táctil (como el control de los asientos calefactables o la dirección del aire).
Dentro de las novedades de la cuarta generación destaca la instrumentación, el cambio ha sido radical -adiós a lo analógico y bienvenido a la era digital- puesto que toda la instrumentación es digital y a color.
La postura de conducción es alta y cómoda, el volante de grandes dimensiones es bastante fino y cuenta con reglaje eléctrico y es calefactable. La visibilidad es buena, incluso la trasera y lateral, gracias a una grande superficie acristalada. Me ha llamado la atención que en los reposabrazos han hecho un guiño a lo tradicional, puesto que además del cofre central, los asientos delanteros disponen de reposabrazos ajustable, el típico de Land Rover con una rueda debajo para ajustarlo.
En las plazas traseras, hay espacio más que suficiente para tres adultos, además en nuestra unidad disponían de salidas de aire (de serie) y del climatizador automático e independiente para las plazas traseras. Al no contar con un tren central elevado, el pasajero de la plaza central puede viajar cómodamente.
Atrás, la única diferencia con una berlina grande premium (tipo A8 o Clase S) es que en el Range Rover viajas más alto, pero por lo demás hay espacio de sobra para los pies y para la cabeza. Y los asientos son prácticamente butacas. Disponen de reglaje eléctrico para el respaldo, y además se pueden abatir con varios botones desde el propio maletero.
Como comentaba al principio, la calidad está al nivel que le corresponde por precio, con detalles como las guanteras que están todas revestidas por dentro de materiales suaves que no dejan que toquemos el plástico en ningún momento. Pero el acabado interior en negro brillante -un toque moderno- no es recomendable por practicidad. Una cosa son los gustos que pueda tener cada uno, pero práctico no es. Al ser brillante se mancha mucho más rápido, se raya muy fácilmente y además a nada que se toca quedan las huellas.
Quizás peque de abuelo, pero hubiera preferido la típica madera que siempre equipó el Range Rover. Eso sí, si estás pensando en comprarlo, opcionalmente puedes elegir entre un extenso catálogo de materiales y acabados para el interior.
Maletero y huecos
En el apartado de huecos, cabe destacar las diferentes soluciones que tiene este Range Rover. Dispone de doble guantera delantera, de un cofre central amplio, guanteras en las puertas y posavasos en el tren central.
El maletero es amplio (550 litros) pero es un maletero poco profundo y además la boca de carga queda elevada para poder cargar objetos pesados. La parte práctica viene de la doble apertura del portón del maletero (totalmente eléctrico).
En la tercera parte nos toca repasar el equipamiento de seguridad, el de serie, y hablar de aquellos elementos opcionales de nuestra unidad de pruebas. Finalmente cerraremos esta prueba con los precios del Range Rover y nuestra valoración.
Fotos | Diego G. Moreira
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