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Lancia Delta 1.8 Di Turbo Jet 200 CV, prueba (I)
Hoy nos ponemos al volante de un italiano peculiar, se trata del Lancia Delta que desde hace dos años cuenta en la gama con un potente motor gasolina firmado por FPT que ofrece 200 CV. Pero si a eso sumamos que nuestra unidad luce un color exterior negro mate, sin duda no es un Delta […]
Hoy nos ponemos al volante de un italiano peculiar, se trata del Lancia Delta que desde hace dos años cuenta en la gama con un potente motor gasolina firmado por FPT que ofrece 200 CV. Pero si a eso sumamos que nuestra unidad luce un color exterior negro mate, sin duda no es un Delta típico.
No es la primera que vez nos ponemos al volante de un Lancia Delta puesto que ya probamos el italiano con el motor diesel 1.9 de 190 CV, uno de los mejores propulsores diesel en cuanto a prestaciones y consumo. Pero esta vez quisimos probar algo más radical y menos racional, acompañado del color negro mate del que hace gala, bajo el nombre Hard Black.
Motor y prestaciones
Hoy en día que los motores se miden más por emisiones y consumos, este prestacional 1.8 Di Turbo Jet de 200 CV viene a rompernos los esquemas en este aspecto gracias a una contundente dosis de potencia y deportividad. Hablamos de un motor de inyección directa de gasolina, sobrealimentado mediante turbocompresor y doble variador de fase continuo de escape y admisión, con un un par máximo de 320 Nm a sólo 1400 r.p.m.
Este motor va asociado a una caja de cambios automática Sportronic de seis relaciones con posibilidad de manejo secuencial y levas en el volante. Pero volviendo a las prestaciones, gracias a la tecnología Scavenging conseguimos un potente par motor desde regímenes muy bajos y de ahí la contundente respuesta del Delta.
Encendemos el coche nos disponemos a arrancar y pisamos con bastante decisión el acelerador, vemos como a partir de 1.500 vueltas empieza a despertar el motor empujando con fuerza hasta cerca de las 4.000 r.p.m. donde sorprende de nuevo un empuje aún más contundente (entre 3.500 r.p.m. 4.500 r.p.m.) que no se agota hasta pasar las 5.500 vueltas.
En definitiva tenemos un motor elástico, con un fuerte empuje desde bajas vueltas pero que no desfallece a altas y sigue empujando con fiereza. Quizás este sea el mejor adjetivo del motor, porque tanto por el sonido como por el aporte de potencia no podemos decir que sea un motor suave, pero sí, es eficaz y mueve sin problemas los casi 1.500 kg del Lancia Delta.
La caja de cambios cuenta con una rapidez correcta a la hora de usar el modo secuencial, pero cuando pisamos el acelerador es mejorable la respuesta, quizás algo más de rapidez bajando marchas redondearía el conjunto. Eso sí, aún en modo secuencial si aceleramos sin parar encima de las 5.000-5.5000 r.p.m. el cambio sube marcha por nosotros al igual que la baja si no lo hacemos nosotros al detenernos o en una reducción importante.
Comportamiento
Pese que pueda parecer que estamos al volante de un deportivo, el Lancia Delta no deja de ser una berlina que en este caso concreto la probamos con un motor muy prestacional. Siempre hay que tener presente sus dimensiones y pesos, así como su esquema de suspensiones.
La primera vez que nos disponemos a comprobar como se comporta en curva el Delta nos toca un día bastante lluvioso, donde sus neumáticos de bajo perfil (40) y sus llantas de 18 pulgadas no nos facilitan mucho la tarea y no se muestra muy eficaz en este campo.
Ya en seco, volvemos a poner a prueba las cualidades dinámicas del italiano y esta vez nos sorprende la firmeza en el paso por curva, mientras encauzamos en una carretera rural, continuos cambios de aplomo sin que el Delta muestre inercias o derivas típicas de un modelo de esta envergadura. Esto en parte es gracias a un esquema de suspensiones más duros que el habitual del modelo, pero que en definitiva arrojan un buen comportamiento.
Eso sí, si tenemos que hablar de agilidad, está claro que hay modelos más ágiles pero al menos mantiene bastante bien el tipo sin sacrificar el confort. Destaca la estabilidad en carretera con unas suspensiones cómodas y confortables, de corte más bien firme.
Completando el conjunto deportivo tenemos la dirección que para nuestro gusto es mejorable, puesto que no es todo lo directa que debería ni transmite mucha seguridad a la hora de practicar una conducción más deportiva, mientras que el sobresaliente se lo lleva el equipo de frenos, los cuatro Brembo, que gozan de una eficacia sorprendente, detienen suave y rápidamente al Delta en cualquier situación.
Eso sí, los discos delanteros deberían ser ventilados para ofrecer una mejor resistencia a la fatiga, algo que tras ponerlo a prueba en un trazado sinuoso, notamos que los frenos no ofrecen la misma efectividad que en frío.
Consumo
Este es el apartado más negativo del motor, porque hoy en día hay bloques de similar potencia que mejoran estos consumos del Lancia Delta que en algunos casos nos parecen excesivos. Empezando por la cifra en autopista, rondamos los 8,5 l/100 km (un BMW X3 35i de 306 CV tiene un consumo similar).
Si nos vamos a carretera es casi imposible bajarlo de los 8 litros a los 100 km, mientras que la cifra real rodando de manera normal ronda los 10 litros a los 100 km. Pero en ciudad la cifra aumenta considerablemente hasta los 15-16 litros a los 100 km.
Es un motor prestacional, pero el apartado del consumo se ve mermado por las prestaciones y actualmente hay motores de similar potencia con consumos algo más ajustados.
Fotos | David Taboada
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